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jueves, 24 de mayo de 2018

Roberto Guisado

Genial integrante de una orquesta excepcional, su nombre fue siempre destacado por colegas y cronistas del tango, aunque su nombre no titile con la fuerza debida entre los tangueros aficonados y los milongueros. Carlos Di Sarli abarcó las facetas recomendables: las raíces inmersas en la tradición, pero se lanzó en busca del nuevo matiz. ¡Y vaya si lo consiguió! Creó la atmósfera exacta, sin grandes relumbrones, que asombró a todos y sigue brillando en el firmamento del tango por el mundo.

Desde que se estableciera en Buenos Aires, allá por 1926, el pianista de Bahía Blanca, mantuvo siempre sus preferencias musicales en el estilo de Osvaldo Fresedo. Incluso tocó y dirigió en una de sus orquestas. A la hora de su lanzamiento, siguió inmutable transitando el camino que soñaba. Sin grandes preocupaciones de carácter armónico, buscó arraigar sus formas básicas en una gama de matices muy precisos.

                           


Su manera de sentir la orquesta estaba en el predominio de las cuerdas, relegando absolutamente los solos fraseados de bandoneón, el matizado de la frase y la concepción pianística dominante. Con su mano izquierda  inventó una manera de acentuar, de modular e incluso de bordonear. Sus contrapuntos con los violines le permitieron dejar páginas que hoy, incluso, nos siguen enamorando, y en la pista nos impulsan de una manera muy especial.

Roberto Tierrita Guisado fue su principal apoyo, como primer violín de la orquesta durante casi 31 años, con las lagunas que el director creó a raíz de sus alejamientos. Guisado ingresó al sexteto inicial de Di Sarli en octubre de 1929, pero debía atender otras ocupaciones y recién se asentó como titular ante el alejamiento de José Pécora, que dejó la orquesta y la música, en agosto de 1930.

                           
La Orquesta de Di Sarli con Alberto Podestá. El primer, der. Roberto Guisado

Guisado fue un gran estilista del violín. En el fraseo y el uso del vibrato tuvo mucha similitud con Elvino Vardaro. Resultó elemento fundamental dentro de la orquesta, al encabezar con su sensibilidad musical, el coro de los violines que acompañaban al piano conductor. También fue notable su forma de atacar los pasajes en staccato, con una arcada corta, justa  y llena de polenta milonguera. Por ello la conducción inimitable disarliana y los contacantos de Guisado como primer violín formaron con el conjunto un todo descollante y de una sensibilidad atrapante.

Vale la pena escuchar atentamente algunos largos y muy emotivos coros de de cuerdas que él encabeza en registros discográficos como El retirao, el jaguar, La racha, Nueve puntos y tantos otros que nos siguen impulsando en el parqué. Guisado se identificó totalmente con Di Sarli en la forma de expresión del conjunto y su labor merece ser recordada por todo lo que aportó a esa orquesta maravillosa.
                                           
Nacido en 1909, pasó su infancia y adolescencia en la localidad de Ituzaingo, en el oeste de Buenos Aires. Con su hermano Teodoro estudiaron violín desde niños y se perfeccionaron con Marcos Sadovsky, gran maestro. Luego él seguiría estudiando con otros profesores. A los 15 años ya tocaba en radio, en cines y a los 18 actuaría en el Café Nacional, en la orquesta de José Servidio. Estaban los tres hermanos Servidio en bandoneones, Juan Carlos Ghío en el piano, los hermanos Guisado en violines y otros músicos.

El ingreso de Tierrita en el sexteto de Di Sarli fue para él como una señal de su camino futuro. Ambos, el pianista y el muchacho del violín que acababa de cumplir 20 años, formaron, sin darse cuenta quizás, de una sociedad que haría historia en el tango. Las pausas se produjeron cuando Di Sarli, por ejmplo, deja la orquesta en 1934 y se retira a Rosario para descansar. Por ello se forma la Típica Novel,  que es la continuidad del sexteto, ocupando el piano Roberto Canataro.

Roberto Guisado y la Típica Novel

Al año siguiente vuelve a Buenos Aires Di Sarli, y como se enfermó Canataro,  sus músicos lo buscan, le hablan para que toque con ellos y así vuelve como pianista al  que había sido su sexteto, ahora como Típica Novel. Será en 1938 cuando Di Sarli vuelve a armar su orquesta, y en enero del 39 debuta en radio El Mundo. Ahí está otra vez Roberto Guisado como pieza vital de la orquesta que gustó siempre a todos, y la llegada del chiquilín Roberto Rufino como cantor -¡Tenía 16 años cuando ingresó en la formación de Di Sarli!- le agrega la íntima emoción que sorprendió a todo el mundo.

Cuando Di Sarli se aleja otra vez de la música para dedicarse a actividades empresariales, Guisado tocó en orquestas como las de Artola, Sassone, Do Reyes y en 1956, todos los músicos, salvo dos,  dejan a Di Sarli y forman una orquesta llamada: Los señores del tango. Incluso se van con ellos los cantores Mario Pomar y Oscar Serpa. Debutan con buen suceso en radio Belgrano, son contratados para bailes, pero Guisado volverá con el maestro, hasta 1958, en que por motivos de salud, Di Sarli deja el tango y fallecerá dos años más tarde.

                             
Los señores del tango con Pomar y Serpa. Guisado es el 2º izq. abajo
 Su gran violinista siguió actuando, viajó a Japón con Florindo Sassone,  formó en varias orquestas como refuerzo, grabó con el cuarteto Los Porteñitos,  y lo vi en Caño 14, cuando integraba un cuarteto con Chupita Stamponi, Atilio del Corral y Fernando Romano. Era una delicia escuchar el sonido de ese violín que me traía tantos recuerdos... Sí, Roberto Tierrita Guisado se merece el homenaje del recuerdo, por todo lo que aportó, especialmente en esa gran orquesta con la que bailé las 7 grandes noches de carnaval de 1954 con la barra. Además de otras veladas en las que la disfruté de lo lindo.

Vamos a escuchar esta interpretación del tango de Agustín Bardi: La racha, por la orquesta del maestro Di Sarli, con el sonido de esos violines que conducía Guisado. Fue grabado el 8 de mayo de 1947.

La racha - Carlos Di Sarli






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