Los mareados

Este tango del pianista bahiense Juan Carlos Cobián, se llamó originalmente: Los dopados.

Lo grabó originalmente Osvaldo Fresedo en 1922 y también la dupla Cobián-Agesilao Ferrazzano, con la voz de Rodolfo Díaz en 1924 pero pasó sin pena ni gloria.

En 1942 Aníbal Troilo, que actuaba con su orquesta en el cabaret Tibidabo de Corrientes casi esquina Libertad, volvió a escuchar aquella versión de Fresedo y pensó que podía dar un golpe con el tango. Lo visita a Enrique Cadícamo en el departamento de éste y le pide que le ponga letra.

Cadícamo no quería  hacerlo porque su gran amigo Cobián estaba fuera del país y no podía hacer éso a sus espaldas. Pensó que tal vez le caería mal.

Troilo lo convenció con el argumento de que, cuando Cobián regresase a Buenos Aires, se encontraría con un éxito.

Lo estrena Pichuco con un bello arreglo y la voz de Fiorentino y consigue un verdadero hit. Cadícamo había pensado llamarle: En mi pasado, pero a Pichuco le gustó más el título definitivo de: Los mareados. Lo grabó el 15 de junio de 1942 y desde entonces lo han tocado y cantado infinidad de intérpretes.

Es una verdadera maravilla con esos tres tiempos: Presente, futuro y pasado de la estrofa en la segunda parte, que es una verdadera genialidad de Cadícamo: Hoy / vas a entrar / en mi pasado.

Ese amigazo que es el Negro Raúl Lavié, con su tremenda voz ,puede cantarlo en la calle acompañado por la orquesta que dirige desde el bandoneón su coterráneo rosarino,  Néstor Marconi y seguir asombrándonos con sus excepcionales dotes naturales de barítono tirando a bajo, el manejo de los tempos musicales  y el dominio de las exigencias dramáticas de la poesía.

Y no me pudo sustraer a las ganas de volver a insistir en las maravillosas coreografías que lograron en la época que constituyeron una pareja de altísimos quilates: Javier y Geraldine.

Acá vamos a verlos bailando Los Mareados, ejecutado por la orquesta de Don Osvaldo Pugliese, y una interpretación soberbia - máxime con este arreglo genial-, llena de detalles técnicos de alta escuela y una sincronización maravillosa, llevados por su alma tanguera. Cuando se interrumpe la interpretación de la orquesta, pinchamos en el ángulo superior izquierdo y continuamos con esa pareja increíble. Bellezas.