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lunes, 9 de abril de 2018

A barquinazos

Este tango, como muchos de la enciclopedia tanguera, tiene una curiosa historia detrás. Lo compuso Osvaldo Pugliese en forma instrumental, con el nombre inicial de Hermosa japonesita, pero no lo grabó con  su orquesta ni tuvo interpretación alguna. Hasta que en 1948 se filma la película "Mis cinco hijos", con libreto de Nathan Pinzón y Ricardo Setaro, que dirigieron Orestes Caviglia y Bernardo Spoliansky.

El filme se estrenó el 2 de setiembre de dicho año, con la particularidad de que actuaron los cinco hermanos Alonso: Tito, Pola, Iris, Mario y Héctor. En el mismo intervino también la orquesta de Osvaldo Pugliese y el maestro decidió sacar a relucir su tango inédito. Contaría con la colaboración nada menos que de Homero Expósito -con quien se encontró en el Café El Águila-,  que le puso versos para el mismo y lo tituló A barquinazos. Que viene a significar, "a los tumbos".

                                 
La orquesta de Osvaldo Pugliese en la película "Mis cinco hijos"


En la película actúa la orquesta de Pugliese y se filmaron esas escenas en el Club Social Villa Crespo, del cual el propio músico había sido uno de sus fundadores. Tocaron los instrumentales Adiós Bardi y La yumba y Pugliese invitó a a Mario Alonso a cantar dos temas -para desazón de Alberto Morán-. Uno de ellos fue El encopao (de Pugliese y Dizeo) y el otro: A barquinazos.

La letra de Expósito contiene la retórica habitual del poeta, y aunque deba trabajar sobre una música previamente escrita -tarea nada fácil- logra darle ese imperio de maestría a la aventura del amor que va a los tumbos, pero los reproches y quejas del romance no le impiden seguir creyendo en el mismo. En el tema recrea la historia juvenil de Zárate que nunca pudo olvidar.

Yo sé que puedo llegar
y me propongo hasta el fin,
tengo tu amor al ojal,
una ansiedad de cantar
Homero Expósito
y una ambición de vivir.


La cuesta siempre nos cuesta                                           
pero a la larga no es larga,
y yo prefiero seguir,
que despeñarme con la carga
para morir. 

Total, qué importa
que se viva a barquinazos,
dando tumbos, paso a paso
tropezando cada vez.
Las caídas
del que lucha por la vida,
son mejores que el fracaso
de negar para querer. 

Ya que la suerte
quiere darme la esperanza,
de tu amor, que es agua mansa
para el fuego del ayer.
Ven a mis brazos
dame confianza,
que aunque sea a barquinazos
triunfará la fe.

Lo extraño es que Osvaldo Pugliese no grabó el tema con ninguno de sus cantores. Y más raro aún, Javier Mazzea, a instancias del propio autor, le puso versos a Hermosa japonesita. Lo cantaría Adrián Guida con la orquesta del maestro en 1986 aunque no llegó a grabarlo. El tema venía a colación del recuerdo de un integrante de la comitiva que viajó a Japón con la orquesta. El que sí lo grabó fue Florindo Sassone con su orquesta y el cantor Oscar Macri.

Podemos escuchar la versión de Mario Alonso con Pugliese en dicho filme. Mario formaría luego en la orquesta de Francisco Canaro con éxito y dejaría 31 registros discográficos con Pirincho. También escuchamos la versión de Guida con Pugliese, en vivo durante la actuación del 23 de agosto de 1986 en el teatro Alvear. Y vemos la escena de la película en la que canta, Mario Alonso, con la orquesta de Pugliese: El encopao.


                                      










 



 




 

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