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lunes, 11 de septiembre de 2017

Tiempo de tranvías

Hoy traigo al blog este tango de Héctor Negro, con música de Raúl Garello para recordar a uno de los poetas más interesantes y más genuinos que ha tenido el género popular en los últimos sesenta años. Se llamaba Ismael Héctor Varela, nació en 1934 en el porteño barrio de Belgrano, falleció en septiembre de 2015, y en toda su obra intenta reflejar el espíritu del habitante de la ciudad, sus angustias, su élan vital, y las circunstancias que rondan la época de sus trabajos.

Negro admiraba a sus antecesores en el tango, especialmente a Celedonio Flores, porque fueron los que establecieron las pautas de las letras que canturrearía el pueblo y perdurarían en la memoria colectiva. En su sabia combinación de experimentalismo y alegoría hay una fineza de fondo, e incluso, una fuerte crítica social referida a las injusticias que soportan sus paisanos.

                             
Héctor Negro


Si tuviéramos que buscar un referente próximo a su poesía, quizás Homero Expósito fuera quien más se aproximara a este temprano constructor de canciones para la murga de su barrio, siendo un niño, como Manzi, Bahr, Bigeschi y tantos otros hombres del tango. En 1967 ganó el Premio Odol con su tango Esta ciudad, en colaboración con el guitarrista y compositor Osvaldo Avena.

Escribió varios libros de poesía, colaboró en revistas literarias, estuvo en el Consejo de dirección de "Buenos Aires, Tango y lo demás", sus versos fueron publicados en medios de Estados Unidos, México, Francia y Japón y con Carmen Guzmán ganaron el Primer Premio  en el Festival de la Canción Argentina -género folklore- con la milonga De Buenos Aires, morena. También era hincha de Independiente y le dedicó un hermoso poema a Bochini.

                                      


El tema que anuncio en el título es uno más de su ingente producción, porque realmente es impresionante la cantidad de tangos o milongas que ha escrito, y todos dentro de ese margen de calidad que siempre sostuvo en sus creaciones. Hay una vaga nostalgia no enturbiada por el paso de los años y la modernización, y me encanta sobremanera, su manera de volver hacia atrás con el símbolo del tranvía. Porque refleja tantas cosas que hemos vivido de muchachitos, llenos de sueños y costumbres de barrio.

Tiempo de tranvías tropezando el empedrado.
Patios que se abren a la luna y al parral.
Mágicos zaguanes con temblor de besos largos.
Penas de ginebra que tanguean en el bar.

Vuelven esos ecos de las mesas de escolaso.
Noches con la barra en la esquina fraternal.
Sábado y milonga que promete el club del barrio 
y el domingo lleno de ese fútbol sin igual.

Tiempo de tranvías,
que allá se desbarrancaron.
De los carnavales
que fueron de otra ciudad.
Te vieron mis ojos pibes,
encendidos y asombrados.
Te canta mi tango nuevo,
con ganas de recordar.

Tiempo lindo de tranvías
que fueron de otra ciudad...

                                      


Decía Héctor Negro en un artículo:
   -La exaltación de aquellos ejes del sentimiento del muchacho del barrio, que fueron la madrecita, la novia, la barra de amigos, ese mundo que los años desvanecen con las mutaciones que el tiempo produce. O lo que pueda rescatarse hoy de ese sentido de la vida.  Más lo que se siga descubriendo a través de la vivencia cotidiana en una ciudad y un mundo permanentemente cambiantes, cuya característica más destacada es precisamente esa: ese cambio impiadoso que borra los vetigios del pasado y a veces parecer querer arrasar con la memoria. Todo cabe en el tango y todo ha sido y sigue siendo cantado por sus versos. en diferentes lenguajes y estilos

Y termina en Tiempo de tranvías:

Fueye de Pichuco cuando el gordo era muchacho.
El violín de Gobbi y la orquesta de Caló.
Barras milongueras de Pugliese en cada barrio.
Tangos del 40 que canté con otra voz.

Era mi Corrientes colmenar de tango vivo.
Era cada ochava la promesa de un cantor.
Tiempo de tranvías, de las calles con silbidos.
Sé que ya el olvido no podrá jamás con vos.

Lo grabó la orquesta de Osvaldo Pugliese con la voz de Abel Córdoba. Y también Rubén Juárez (que lo cantó en mi casa de Madrid, acompañándose con el fueye), secundado por la orquesta dirigida por Raúl Garello, en 1979. Ésta última es la versión que les invito a escuchar.

Tiempo de tranvías - Rubén Juárez

2 comentarios:

  1. Muy buena nota recordatoria de este gran poeta.
    Después de haber compartido largas horas de trabajo fuera del ambito del tango y la poesía, y como admirador de su trabajo, considero que el tango BIEN DE ABAJO, con música de Arturo Penón, representa su personalidad y forma de ser. Claudio

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  2. Hola Claudio. La obra de este poeta es tan vasta y tan elogiable que puse Tiempo de tranvías por su vis nostálgica, pero podía haber elegido cualquier otro tema suyo, como el que citás, por ejemplo. Bien de abajo, es uno de los más escuchados. Y buenísimo.

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