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miércoles, 6 de abril de 2016

Miradas sobre el tango

Tengo ganas de exponer opiniones de voces importantes sobre nuestro querido y trascendente tango, que muestran visiones que alimentan su importancia en el desarrollo del mismo y su implante en el corazón del pueblo. Fueron vertidas en su momento, hace tiempo de ello,  y escojo a tres personajes fundamentales dentro de la historia y el desarrollo, que con sus análisis nos permiten sumergirnos en el pasado y presente de esta trilogía que conforman el tango: Música, poesía y danza. Comenzamos con el más importante musicólogo que ha tenido esta expresión musical: Luis Adolfo Sierra.

                                                       


                                  
                                                   CAMPO POLÉMICO

   Somos confesados partidarios del tango evolucionado, preferentemente instrumental. Pero observamos profundo respeto y reconocimiento, y hasta sentimos sincera admiración por algunas auténticas expresiones de la guardia vieja que conceptuamos tan importantes como las más valiosas modalidades renovadoras de la actualidad.

   En el arte, por consiguiente en la música, y -por extensión- en el tango, existen dos maneras perfectamente diferenciadas de sentir, consecuentes con dos tipos de conformación temperamental diametralmente opuestos. Un sector los constituyen aquellas personas en cuyas preferencias artísticas prevalecen siempre los elementos de orden "emocional", y el otro, quienes están decididamente influenciados por los elementos de orden "estético". En consencuencia, corresponden al primer grupo, que es, naturalmente el más numeroso, aquellos que encuentran en las formas simplistas del tango primitivo un encanto inconciliable con las "complicaciones" del tango moderno; y por contraste, se agrupan en la tendencia opuesta los que no toleran la "pobreza" estructural y formal del tango viejo.
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   El tango es, entre las expresiones musicales populares, una de las más ricas en variedad de modalidades. En su no muy dilatada trayectoria evolutiva, sucesivas generaciones de cultores han aportado la inquietud de su realización creadora, confiriéndole al tango distintas fisonomías de forma y contenido, y dando, así, origen a variadas tendencias, estilos y escuelas, dentro del género. Todas las épocas tuvieron sus rasgos característicos y diferenciales, a través de promisorias promociones de autores e intérpretes que sintieron y expresaron el tango a su manera, (...)  ¿Por qué, entonces, en lugar de consagrarse a escuchar o bailar, y aplaudir lo que más satisface el gusto de cada uno, se prefiere criticar enconadamente aquello que no se comparte, como si a alguien le astiera el privilegio absurdo de la verdad absoluta, llegándose a extremos inadmisibles de negar todo valor artístico o autenticidad a las modalidades que le son desafectas? (...) El tango es muy generoso en ejemplos terminantes y definitivos, acerca de modalidades resistidas por impropias en el momento de su aparición, y consagrados luego entre los exponentes más representativos del mismo. ¿Puede negárseles autenticidad tanguera actualmente a De Caro, a Maffia, a Laurenz? Sin embargo, en su hora, fueron combatidos como sacrílegos desvirtuadores de nuestra música popular.

                                                                                                                     L.A.S.

Acá conviente insistir en que estas expresiones personales que vuelco en el blog, fueron vertidas hace cerca de cincuenta años, pero conservan toda su vigencia, por eso las incorporo. Y por tratarse de semejantes personalidades. Como la de Horacio Salgán que expongo a continuación.

                                               


                                          AUTENTICIDAD PARA EL EXTERIOR 

   Hablemos del tango en el exterior. Con la mejor intención, sin duda, se han hecho tentativas para adaptar el tango en su instrumentación, para complacer al público extranjero, agregándole saxofones, acordeón, trombones, etc. Sin perjuicio de que apoyemos todo intento de renovación con bases serias para dar variedad al tango, creo que hay que aspirar a que se toque y se conozca en el exterior de la manera a que estamos acostumbrados, es decir, con la inclusión del bandoneón y conservando en todo lo posible un "sabor" porteño. Que yo sepa, jamás nos han enviado fox-trots  instrumentados para bandoneón y han hecho bien. Los que quisieron ejecutar jazz tuvieron que aprender saxofón y tan cierto es, que este instrumento era muy poco conocido hasta que comenzó el auge del género jazzístico. Por consiguiente, todo aquel que tenga interés en tocar el tango, como es, que aprenda bandoneón. No significa esto que una ejecución en la que no haya bandoneones no pueda ser un tango, pero en principio y para hacerlo conocer bien, es de desear su inclusión. En etapas sucesivas se podrán hacer todas las modificaciones posibles. Y que no andamos desencaminados en esta idea del bandoneón, es que en Japón y en Francia, por ejemplo, existen ya muchos amantes del tango que han aprendido este expresivo instrumento.

   Tratemos pues, de hacer llegar al resto del mundo expresiones genuinas de nuestra música popular y tengamos fe en el tango que tiene méritos de sobra.
               
                                                                                                                       H.S.

Y para cerrar estas serie de expresiones de hombre fundamentales en la historia del tango, tiene un sitial de privilegio el violinista, compositor y director Enrque Mario Francini.

                                               



                                        ¡EL TANGO ES HASTA BAILABLE!...

   Uno de los conceptos equivocados y, de los que más perturban, es el que nos hace aparecer al tango exclusivamente como música bailable, tal como si hubiera que "escucharlo con los pies". Hay hasta directores que fomentan esta concepción, que yo juzgo errónea. ¿Acaso uno de los mejores momentos del tango no fue el de la época de Carlos Gardel? ¿Gardel era una expresión bailable o melódica del tango? ¿Quieren que sintetice mi opinión? La mía es ésta: el tango es "hasta" bailable. Se pueden hacer con él cosas realmente fantásticas tanto con la música como con la letra, aunque de éstas yo no quiero hablar porque yo soy músico y aquél es otro tema. Lo que pretendo dejar bien esclarecido es lo siguiente: el tango es una expresión del pueblo, pero eso no significa que haya que explotar la sensibilidad del pueblo con sus lacras. El pueblo no tiene la culpa de la mala interpretación que se le dé a su sensibilidad y sabe discernir lo bueno de lo malo...

                                                                                                                     E.M.F.  


                                 
Y no se me ocurre mejor cosa que acompañar estas expresiones con un par de temas del Quinteto Real, en el cual militaban como fundadores, tanto Salgán como Francini, con la bendición de Luis Sierra. Y nos dejan dos bellezas. Primero, el tango de Luis Brighenti: Ensueños. A continuación, ese valsecito clásico de toda la vida, tan bailado en casamientos y fiestas populares: La loca de amor, de Enrique Caviglia.       


1- Ensueños - Quinteto Real

Quinteto real - La loca de amor


                                      


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