Entrelazados los cuerpos con densidad emocional,
por el temblor de una pasión,
unidos vis a vis en el enjambre
con intención de eternidad y venas tangoespuma
recorren amorosamente el lento límite.
Con la nota antigua recobrada,
los pies ansiosos
los pies ansiosos
en busca del ansiado paraíso,
dibujan sobre la frontera exigua.
Emborrachando el corazón entre galopes de piernas
abrevando en el ritmo,
trascienden sobre el movimiento incesante
con un redoble de sístoles y diástoles.
Los pasos apretados, insinuados
cual enjaulados pájaros en celo,
devorando la noche de luz lila.
La efímera fiesta encuentra la urgencia cancelada
y se introduce sobre el movimiento incesante
con la cortina musical que interrumpe
ese abrazo amoroso, creando la dispersión ondulante
en los difuminados
rostros del paisaje.
Ellos se buscarán y volverán a unir sus formas
soñando, imanados, abrochar epifanías
sobre compases yumbeados o eternas troilerías
para alcanzar al fin su cielotango.
Y el espejo devolviendo alegorías.
José María Otero
Imagen: micmac
Imagen: micmac
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