Curiosamente, sus padres uruguayos de la localidad de San José, donde el futuro músico vió la luz, lo enviaron al muchacho a Montevideo para que siguiera la carrera de Leyes, aunque ya se codeaba con los pentagramas. En la capital de Uruguay, se unió a Juan Bauer, conocido como Firpito (autor de No te quiero más) y Roberto Zerrillo, en un trío que tocaba tangos y milongas orilleras en aquellos cines de películas mudas y en cafés céntricos. Incluso llegó a tocar el piano en la orquesta de Eduardo Arolas como reemplazante del titular.
Artola es el primer bandoneón -derecha- junto a Zerrillo |
Viajaría a España y pasa a acompañar al trío tan mentado de Irusta-Fugazot-Demare, junto a Pedro Polito y el "gallego" Álvarez. El regreso está motivado por la nostalgia y al volver a Buenos Aires en 1932, se enrola con Antonio Rodio y Alfredo Malerba en el trío que acompañará a la triunfante Libertad Lamarque. Ya tiene patente en la ronda porteña y tocará en la orquesta de Francisco Canaro que lo recomienda a su hermano Rafael para que lo lleve con su orquesta a Francia.
Artola -der.-, con Dante Amicarelli al piano y Aldo Calderón |
Decidió que no había marcha atrás, que no cabían improvisaciones y su prestigio creció como la marea alta. En Radio Splendid encontró su sitio, luego pasaría a Radio El Mundo y allí lo buscarían para su nueva faceta de arreglador-orquestador, músicos como Troilo, Fresedo, Do Reyes, Vardaro y otros, sabedores de que el hombre lograría el máximo de efectos sonoros y ensamblamiento armónico. Como diría el musicólogo Luis Adolfo Sierra: "A Argentino Galván y a Héctor Artola corresponde la sistematización del arreglo musical en el tango; Galván y Artola fueron los dos grandes creadores que llevaron al atril al tango instrumental".
Dándole indicaciones a Alberto Marino en radio El Mundo |
Además, como compositor, tiene pegadas de mucho mérito como Tango y copas, Desconsuelo, Marcas y Equipaje (todas con el poeta Carlos Bahr), Qué será de mí, con Mario Canaro; En un Rincón, con Homero Manzi, o Serenidad con Alfredo Navarrine, entre otras.
Quico, como se le conocía en el ambiente, sabedor de que tenía un mal incurable fué a visitar su San José natal y volvió ya muy enfermo a Buenos Aires, donde falleció en 1979. Acompañó a varios cantantes, tuvo su propia orquesta y con arreglos propios logró embellecer temas como Quiero verte una vez más (de Mario Canaro) -1950- o Halcón Negro, de Francisco Canaro, en 1957. Escuchemos:
07- Quiero verte una vez más - Héctor Artola
14- Halcón negro - Héctor Artola
y con los arreglos portentosos se che bandoneon silencio y la novena en especial hi hizo que oscar alonso empardara a gardel si habra sido grande el yorugua que hasta lo hizo cantar afinado a jorge vidal,en fin este como galvan no tuvo reposicion saludos
ResponderEliminargrande musicista Artola grazie jose'
ResponderEliminarSí, gran músico. Abrazo Antonina y ¡Feliz año nuevo!
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