Salís de tu casa, en coche o metro hacia la Plaza República Argentina, aparcás en la puerta o descendés del Metro justo a la entrada de la milonga y aparezco yo en la Casa de Aragón, y vení que así bailando y medio volando, te pongo un flor de tango para saludarte y te digo...
-¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!..
En Tango íntimo, la milonga de los sábados, te espero siempre con una pista muy coqueta, de madera y con un repertorio bailable que te hará despegar de la silla toda la noche.
Te espero.
El tango tiene raíces muy profundas y nunca parará de crecer y desarrollarse. Así se bailaba en el Hotel Carrasco de Uruguay en el año 1935.
Por siempre tango | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Por el tango que acaso está naciendo desde el íntimo bulín de un alma en llanta, por lo nuevo que quiebra algún silencio como un alba que airosa se levanta. Hay un tiempo que se vive y que se olvida hay un antes y un después que sabe a tango, una ruta de nostalgias compartidas como el no sé qué de algún milagro. Vuelven voces que se fueron, entrañables y queridas y se puebla la guarida del ansioso corazón, por siempre tango que regresa en una herida de amor, que cobra vida en cada nota que se hace canción. Por la espera que duele en nuestras almas y las duras cicatrices que nos muerden hay un tango sonando en la distancia donde sangran quimeras que se pierden. Hay un modo de cantar un dolor hondo, de cantar una alegría compañera, un idioma que nos viene desde el fondo de la raíz noble y bien tanguera. Vuelven voces que se fueron, entrañables y queridas y se puebla la guarida del ansioso corazón, por siempre tango que regresa en una herida de amor, que cobra vida en cada nota que se hace canción. Por siempre tango, dulce y agria mordedura que se hace criatura cuando respira un nuevo bandoneón. |
Música: Sacri Delfino |
Letra: Héctor Negro |
Y para convocarte a esta milonga, acá va un tanguito que te haga cosquillas en los pies. Y en el cuore.
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