Porque la experiencia anímica es la única forma de comprender la realidad. Y cuando hablamos de tango y nos sumergimos en su historia, entendemos que en las notas de esa música arde un fuego que no se apaga nunca.
Precisamente anoche se produjo uno de esos pequeños milagros cotidianos que me hicieron sumergir en el fútbol y el tango, dos pasiones maravillosas.
Porque vi en acción al Barcelona contra el Athletic Bilbao y fue una obra de arte de principio al fin, por parte del conjunto azulgrana. Estoy acostumbrado a ese espectáculo porque no me pierdo un partido de ellos, y sé que están escribiendo una historia maravillosa que permanecerá en la historia para siempre. Ya no soporto un mediocre partido de fútbol como lo fue a continuación el clásico capitalino entre el Real Madrid y el Atlético.
Ese monumento artístico a la belleza que es el fútbol del Barça, lo imaginaba anoche viéndolo en imágenes repetidas, con música de Piazzolla porque mentalmente lo asemejaba a un ballet.
Y precisamente con mi amigo Éttore Lobato hablábamos anoche de música porque es un melómano aficionado a la música clásica, al jazz y muy especialmente al tango, del cual además es coleccionista. Y justo conversábamos sobre el Noneto que formó Piazzolla para grabar en Roma en 1972, dejando unas joyitas para el recuerdo.
Y en esta melange entre el fútbol de Messi, Xavi, Iniesta, Pedro, Piqué, Jordi Alba y compañía y aquella música, me surgió la idea de ponerle música al ballet.Claro que es algo espiritual simplemente pero como futbolero me emociona esa conjunción artística que ha alcanzado el Barça.
Y hablo de zumo de tango, porque me encanta precisamente esa creación tanguística de Piazzolla: Zum. El mismo que registrara en forma muy bella Osvaldo Pugliese con su orquesta en 1973, y que sigue sonando majestuoso en la memoria.
El Noneto de Piazzolla con el cual grabó inicialmente siete temas en vivo, estaba integrado por el propio Piazzolla en fueye, Antonio Agri y Hugo Baralis en violines, Oscar López Ruiz en guitarra eléctrica, Osvaldo Manzi al piano, Néstor Panik en viola, José Bragato con el cello, Kicho Díaz en bajo y José Corriale en percusión.
Piazzolla y el Noneto con la cantante Mina |
Ástor y Kicho |
Y acá escuchamos los flashes de Kicho disparando el ¡zum! con el arco. De paso revivimos aquella ardua polémica que citaba Ástor. "Es una vieja pica que existe entre lo clásico y lo popular. El tanguero odia al clásico y el clásico al popular".
Viendo al Barça y escuchando a Piazzolla, yo encastro ambas cosas. Y me deleito con esa versión de Zum, registrada por el fueye marplatense y sus ocho músicos. La reiteración de unos compases me suenan a una serie de hermosas paredes de Messi, Xavi, Iniesta y compañía. Y el ¡Zum! viene a ser el gol. Por imaginación, que no me falte. Como a ellos tampoco.
Zum . Piazzolla y su Noneto
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