Celedonio Esteban Flores, uno de los fundadores de la sociedad entre el tango y la lunfardía que inauguró con tanto éxito Pascual Contursi, concibió sus dos primeras letras, que consagrara Carlos Gardel, como poemas. El ojo avizor y la certeza de descifrar que en esas quintetas bravas había material para el tango, lo llevaron al gran cantor a incorporarlas a su repertorio, poniéndoles música.
Primero fue Margot, que en los versos alejandrinos del Negro Cele se titulaba Por la pinta. Con él granó Cele un premio de 5 pesos nacionales que otorgaba el diario vespertino Última hora. Tanto a Gardel como a Razzano les gustó el tema y el guitarrista José Ricardo le puso música, pasando a llamarse Margot. Un tango que bastantes años más tarde Edmundo Rivero volvería a traer a la palestra, como otros temas de Celedonio.
Nadie sabía quien era Cele, el que firmaba con esas cuatro escuetas letras los versos, pero cuando se disponían a grabarlo, la empresa grabadora logró ubicar al muchacho , que entonces tenía 25 años, pero parecía menor. Gardel sospechaba que el autor era alguien mayor que lo mandaba al muchacho y le soltó en su estilo:
-Vos sos el sobrino del autor del verso, ¿no?
-De quién - respondió el morochito.
-De tu tío... bueno, del que escribió esos versos rantes de Margot...
-Soy yo el que escribió esos versos rantes. Y aquí les traigo estos otros versos rantes a ver si le gustan.
- Y ahí estaba Mano a mano.
Gardel comenzó a leerlo en alta voz y con Razzano se cruzaban gestos de admiración. Y lo felicitó al muchacho que por aquel entonces practicaba boxeo y había llegado a una final amateur de pesos pluma. Los versos a los que Gardel y Razzano le pondrían música con unos punteos de guitarras entre estrofa y estrofa, se convertirían a partir de ese año 1923, en que lo grabó, en un tango inmortal.
Celedonio en su época de boxeador |
La letra de Mano a mano, refleja la historia que le contara a Cele, el cantor Fernando Nunziatta en el famoso bulín de la calle Ayacucho 1443 y la terminaron en un café cercano. Nunziatta cantaba en un dúo con Cicarelli y tenía una enfermedad pulmonar grave. Le mostró la foto de la mujer que lo había abandonado y sobre esa historia escribió el Negro Cele el tango célebre, que se empinó en la voz de Gardel mientras el flaco Nunziatta moría en Córdoba.
También moriría Celedonio, joven, a los 51 años, cargado de problemas y deudas por la timba y la noche larga. Pero su legado artístico devengaría enormes y justos beneficios, y ausente la mano pródiga y derrochadora, su viuda le hizo construir un mausoleo en Chacarita gracias a aquellos tangos geniales, y sus colegas instalaron sus restos en dicho sitio.
Recordamos Mano a mano, en estas dos versiones: Por Carlos Gardel con la guitarra de los negros José Ricardo y Guillermo Barbieri. Y por la orquesta de Francisco Canaro con la voz de Roberto Maida, grabado en 1938.
Carlos Gardel - Mano a mano
Roberto Maida con Francisco Canaro - Mano a mano
Excelente letra, de lo profundo del alma
ResponderEliminar¡Buenísima historia de este tangazo!
ResponderEliminardia a dia a pesar q con mis 85 me siento alagado y baya con esto a todos los cantores que difundieron con su voz estos temas sacado de la vida misma .graciaa por averce dedicado sus vidas a transmitirnos este legado va parte de mi corazoncorazon
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