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jueves, 7 de marzo de 2024

Cartón junao

     Ya me he referido a ese notable creador de piezas tangueras que fue Carlos Waiss. El hijo de inmigrantes rusos que también lució como presentador de orquestas, buen manejo de la oratoria y hombre de la noche en las cuales irían luciendo sus creaciones. Algunas muy lucidas como Soy del noventa, Si supiera que la extraño, Lenguas de fuego, A suerte y verdad, Un tango y nada más, Cosas viejas, Yuyo brujo, etc.

                                      

                                                            Carlos Waiss

   Hoy me detengo en esta página que compusiera con sus grandes amigos Juan D'Arienzo y Héctor Varela en 1947, la década donde más lució poéticamente en el tango, aunque en algunos casos exagerara la tendencia chabacana. Otro amigo, el boxeador Oscar Sostaita, con quien me cruzaba seguido en el centro, me lo presentaría una tarde-noche en el Bar Suárez, de Lavalle y Esmeralda. 

   Tenía buena planta, era locuaz y cuando hablamos de sus tangos, sonreía, brindamos con las copas, yo le decía en broma que escribía bien pulenta -remedando su exitoso tango- y él me contó que desde jovencito admiraba a letristas de tango como Le Pera y Celedonio Flores y también a poetas del lunfardo como Carlos De la Púa, Julián Centeya, Dante Linyera o Raúl González Tuñón. 

   Cartón junao siempre me llamó la atención desde la primera vez que lo escuché por D'Arienzo en un programa radial y luego en los discos que compraba mi hermano. Y si nos detenemos en esas estrofas que cantaba, realzándolas, Alberto Echagüe, resultan verdaderamente llamativas la presencia arrebatadora del lenguaje vernáculo y la encrucijada de remembranzas que utiliza Waiss. Debe contener una cuota de lunfardo récord en el tango. Ya el título define al "Delincuente fichado por la policía"

Siempre pasa con el pucho, sobrador a flor de labio
Con la pinta medio shiome que deschava el arrabal,
Lleva el lengue hecho galleta, con el funyi arremangado,
Y se va ladeando todo, con andar acompadrado
Mientras pica en la vereda con el taco militar.
La chamuya de los grilos, de cachimba y empiedrada
En la cara luce un feite, que hoy es vieja cicatriz.
Se da dique que hace poco le fajaron la mancada,
Y fue culpa de una nami, que de puro rechiflada
Casi ortiba los aprontes que le daba en el bulín.

                                     

 

   Ya en el desarrollo nos muestra al tipo que presume de su condición de cafishio, guardaespaldas de políticos de barrio, de gente de avería, de robar o engañar. "Cuando juna al mayorengo se las toma stricio i pico". Acá habla del oficial de policía  y stricio i pico es un lenguaje del naipe (Tute cabrero) que en este caso significa: Hacer mutis por el foro.Y en la primera bis, al final termina cayéndosele la careta y su único delito es "andar de contramano".  Los policías lo encontraron "haciendo pinta" en la puerta del café y se acabó la comedia. 

La va de que es junado, conversa de sotana,
Su vieja ferramenta la tuvo que amurar.
Pregunta por “el hombre” y respeta a la fulana
Y dicen que un caudillo lo pudo acomodar.
La va que fue ladero de puntos remanyados
Y en el refiche lungo del turbio chimentar,
Para él no hay un secreto, desde tirar el carro,
Pialarse en un choreo o hacer un cuento más.
 
Tiene pinta bulinera de gavión de rango misho
El yuguillo lo levanta, casi, casi hasta la nuez,
Cuando juna al mayorengo, se las toma “stricio i pico”
Se embalurda con dos cañas, le hace cruz al abanico,
Y pa´ andar algo piola, la jotraba de chofer.
La saluda con: ¡Dequera! y si marca es con un: ¡Quía!
Pero yo que le remanyo su prontuario, bien lo sé,
Que no tiene más balurdo, que un andar de contramano,
Y los tiras, la otra noche fue por gil que lo apuntaron
Cuando estaba haciendo pinta en la puerta de un café.

 

( Juan D'Arienzo, con su cantor Alberto Echagüe, lo grabaron el 8 de agosto de 1947.  Y sigue llamándonos la atención, porque este registro tuvo mucho éxito.)

                       




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