Muchos de aquellos que arribaban a la capital del lejano país, traían en sua alforjas unas dotes musicales maceradas en conservatorios, y otros el manejo del lenguaje poético. El tango los recibiría con los brazos abiertos y les daría total libertad para que se incrustaran en la música nacida a fines del siglo diecinueve en los barrios proletarios y que caminaba con paso firme hacia metas mayores.
Manuel Jovés en Cataluña |
Uno de esos músicos privilegiados fue el pianista nacido en Manresa (Barcelona), Manuel Jovés I Torras, que en su nuevo destino se quedaría solamente con el primer apellido, como sucedía con los extranjeros. Era joven, tenía apenas 22 años y se aquerenciaría pronto con el clima de la noche porteña. Para comenzar montó una academia de música y canto y se integró, como violinista en el conjunto de música clásica que se presentaba en el Café Colón, de la Avenida de Mayo. Tenía ideas y metas definidas, y acompañaría a las que serían estrellas del arte español, como Lola Membrives, la Goya, Raquel Meller, viajando con con ella por el interior de Argentina, Uruguay y Chile.
Pero era muy importante el bagaje que traía en sus alforjas y que explicaría el éxito que lograría en su nuevo país. Había estudiado música, piano y violín con el Padre Guzmán en el Monasterio de Montserrat. Fue todo un talento precoz, y ello explica que con apenas 19 años de edad pasase a dirigir el prestigioso Orfeo Manresá, de cienco cincuenta músicos. También jovencito comenzó su carrera de compositor y varias de sus sardanas fueron premiadas en concursos. Tendría problemas con algunos de los directivos y decidió renunciar al Orfeón, tres años después, y marcharse bien lejos. Así surgió su llegada a Argentina.
Precisamente con Viérgol, compondrían un éxito de larga duración como el tango Loca, que grabaría Carlos Gardel y que merecería la expresión de D'Arienzo al grabarlo -"¡Qué polenta le metió Jovés a este tangazo"- También compusieron: Rosa de fuego, Campanita de la aldea, Una más, Pobre china y Venga champán, que estrenarían precisamente en algunas de las revistas armadas entre ambos.


La sociedad que estableciera con Manuel Romero, le reportó gran resonancia a la obra del pianista de Manresa. Entre ambos compusieron obras de trascendencia y largo alcance, como el citado Buenos Aires, estrenado en la obra teatral "En el fango de París", el 22 de febrero de 1923 en el Teatro Maipo, por el actor Carlos Morganti. En la misma obra se lució Manolita Poli con un shimmy: París, de los mismos autores. El hecho de que Romero -hijo de andaluces- dirigiera teatro y cine le dieron relevancia a esos tangos. También en sociedad crearon: Nubes de humo, Patotero sentimental, Corazón del arrabal, Pobre milonga y La provinciana.


Lo recordamos en dos temas suyos. Escuchamos a Edmundo Rivero cantando Nubes de humo sobre la música de la orquesta de Carlos Di Sarli, grabado en 1960. Y a María de la Fuente, acompañada por la orquesta dirigida por Ástor Piazzolla, en Loca, grabado en 1952.
Nubes de humo - Edmundo Rivero-Carlos Di Sarli
Loca- María De la Fuente -Ástor Piazzolla
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