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lunes, 28 de agosto de 2017

Armando Tagini

Por una razón cultural y lógica, para que llegaran al tango poetas de la envergadura de Homero Manzi, Cátulo Castillo, José María Contursi, Homero Expósito o Eladia Blázquez, por ejemplo, antes tenían que haber tallado los adelantados para explotar la fuerza mineral de la palabra, los costumbrismos de la ciudad feérica, el substrato que crece en los suburbios afiliándose a la raíz de la música popular por excelencia.

                                           
Armando José María Tagini

                                           
Y uno de los pilares de aquella avanzada fue precisamente Armando José María Tagini, nacido en el barrio del Abasto en junio de 1906, que se prometía cantor como el malogrado Gardel, pero que conseguiría finalmente el éxito en las páginas que le grabaría precisamente el cantor eterno, al estar metido de lleno en la composición. Sus dos grandes pasos hacia la cumbre los da cuando apenas tiene 21 años y lanza esos dos primeros temas que Gardel lleva al disco con las guitarras de Barbieri y Ricardo: Gloria  y La gayola (ambas el día 20/8/1927). Nada menos. El primero con música de Humberto Canaro  y el segundo compuesto con Rafael Tuegols  . Dos golazos.

Su padre italiano le pedía siempre que trabajara y así lo haría en las oficinas de una firma comercial, como sucedería  con otros tangueros de su época. Pero el berretín de cantor no se le borraba del alma y además de la radio y el teatro, donde incursionó con frecuencia, también cantó en la orquesta de Anselmo Aieta, en la cual estrenó algunas páginas del bandoneonista y Francisco García Jiménez.

                               


En 1927, precisamente, participa en los célebres concursos de Max Glücksmann, con su tango Perfume de mujer, compuesto en colaboración con el pianista Juan José Guichandut, y obtienen el segundo premio, detrás de Noche de Reyes. Belleza de tema que Gardel lleva al disco el 22 de octubre de aquel año 1927, y en  cuyos versos románticos  ya se perciben al poeta que perfila un estilo distinto.

Mujer, ¿te acuerdas de mí?
Yo soy aquel muchacho soñador 
que hallaste tú, cargando con la anemia
de su vida bohemia, de ensueño y de dolor. 
Yo soy aquel que lució
como blasón su moño volador
y que cenó en sus noches de infortunio
con pan de plenilunio y vino de ilusión.

Lo increíble es que en ese momento, Tagini y Guichandut eran dos muchachitos de 21 y 18 años respectivamente, cuando se alzan con ese premio y muestran todo su talento juvenil. Y volverían a unirse en otros temas que harían camino largo, como Marioneta y Misa de once, ambos llevados al disco por Gardel pero que estarían incrustados definitivamente en las partituras de orquestas y cantores por su inhabitual belleza y registro de situaciones. También compusieron el tango Mamarracho, donde Tagini emplea un lunfardo barrial, en el cual también demuestra sentirse muy cómodo.

Otros dos temas que le grabaría Gardel y en los que Tagini vuelve a mostrar su capacidad para pintar los aguafuertes de la ciudad en que se crió y formó, fueron: Mano cruel (Gran creación luego de Alberto Marino acompañado por la orquesta de Hector María Artola) y Buey manso, ambos con música del contrabajista Carmelo Mutarelli.

Y podría citar otros temas de este poeta y compositor de calibre especial, como: Adiós Ninón, con García Jiménez; Charlatán y Bajo fondo, con Ciriaco Ortiz; El cornetín del tranvía y Menta y cedrón, dos bellezas con Oscar Arona; Marcha nupcial, con Venancio Clauso; El tiempo que se fue, con Enrique Rodríguez; Relámpago de gloria, con Mario Canaro; Abrojos, con Alfonso Lacueva; El embrujo de tu violín, con Mario Maurano; Mosquetero de arrabal, letra y música propia; La serenata, con Vicente Gorrese; Malquerida, con Luis Petrucelli y otros títulos que se agregan a los citados y escritos en sus cincuenta años de vida, pues falleció tempranamente por un ataque al corazón.
                                           


Lo recuerdo siempre y hoy lo evoco con estas palabras y dos temas. Perfume de mujer, grabado por Floreal Ruiz, acompañado por la Orquesta Típica Porteña, dirigida por Raúl Garello, el 17 de noviembre de 1977, cuatro meses antes de su fallecimiento. Y Menta y cedrón por Ángel D'Agostino y la voz familiar de Ángel Vargas

Perfume de mujer - Floreal Ruiz

Menta y cedrón - D'Agostino-Vargas

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