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miércoles, 14 de junio de 2017

Mario Battistella

Nació en un pueblo de Verona, Italia, y llegó con 17 años a Buenos Aires, atraído por familiares de amigos y vecinos que habían emigrado a Argentina. No conocía el idioma, y mucho menos los giros porteños, pero terminó siendo un poeta tanguero de campanillas y Carlos Gardel le dió la contraseña necesaria, al grabarle varias de sus obras, como: Desdén, Al pie de la Santa Cruz, Me da pena confesarlo, Medallita de la suerte, Melodía de arrabal, Estudiante, Sueño querido, Cuando tú no estás, Mañanita de sol y la zamba Criollita de mis ensueños.

Se llamaba Mario Battles Stella. Parte de su adolescencia transcurrió en ciudades como París y Viena, cuando preparaba su futuro en los estudios universitarios, que quedaron apartados al llegar con el barco a Buenos Aires, la ciudad que lo acogió y en la que encontró su rumbo. Al principio escribiendo obras de teatro en colaboración con Alfredo Bohigas, entre 1926 y 1928. Luego viajaría a su país de visita familiar, seguiría a Francia y se encontraría con Carlos Gardel que estaba filmando allí. Sería productor de la Paramount y escribió con Le Pera las canciones y argumento de los filmes: Melodía de arrabal, Espérame y La casa es seria.

                                                         
Mario Battistella


Gardel contaría en una entrevista periodística que su primer trabajo con Battistella ocurrió cuando entre ambos buscaron darle forma al tango Desdén, que lleva letra de Battistella y música del propio cantor. Gardel lo estrenaría en 1933 en Radio Nacional, coincidiendo con el regreso del poeta a Buenos Aires. Y lo grabó el 17 de junio de ese año, con las guitarras de Pettorossi, Barbieri, Riverol y Vivas.

Pero el primer tema que registró de Battistella fue el tango: Sueño querido, que lleva música de Ängel Maffia, y lo llevó al disco en Barcelona para el sello Odeón, el 23 de julio de 1932, con el acompañamiento de Juan Cruz Mateo al piano y Fernando Ibáñez en violín. La muerte del gran cantor, impidió que pudisese cantar otros temas de Battistella que conocieron el éxito merecidamente, y se prolonga hasta nuestros días, como Remembranzas (con Mario Melfi), No aflojés, con Pedro Maffia y Sebastián Piana, y Cuartito azul, con Mariano Mores.

                                                

Vale la pena detenernos en estos temas. Remembranzas ha sido resucitado por los milongueros, depués que Pugliese con Maciel le inyectaran nueva vida y se mantiene en su sitial. No aflojés es digno de destacar porque en este tema Battistella usa un lenguaje muy porteño y sumamente original. La recreación que hiciera del mismo Ángel Vargas con la orquesta de D'agostino en 1940 es todo un primor: ("Vos que fuiste de todos el más púa, / batí con que ganzúa / piantaron tus hazañas.../ Por tu ausencia en las borracherías / cambió la estantería / el gusto de las cañas... / Compadrito de aquellos tiempos, / soy el tango hecho lamento, / corro parejo con tu pintón, / ¡sufro tu misma emoción!")

Cuartito azul fue el primer éxito de Mariano Mores, y lo más notable es que el pianista había compuesto una música que pretendía ser una introducción para "La cumparsita". Cuando Battistella la escuchó, le dijo:
-No, pero esta música es algo hermoso. Tenés que hacer un tango nuevo, distinto.

Mores, convencido, decidió dedicárselo a su novia Myrna -que sería su esposa-, y le contó la historia de su habitación de la calle Terrada que había pintado con una tableta de azul Brasso, que se usaba para blanquear la ropa, y su romance con ella.. Y con esa historia el poeta armó la letra que dejaría una larga estela, ahormado en la hemosa música de Mariano:
("Cuartito azul, dulce morada de mi vida / fiel testigo de mi tierna juventud / llegó la hora dde la triste despedida... /Ya lo ves todo en el mundo... es inquietud...")

                                   

Battistella dejó una extensa obra a lo largo de 35 años. Puede afirmarse que compartió con otros colegas como Le Pera, Blomberg , Tagini, Meaños o José María Contursi, la renovación poética del tango y por  eso su copiosa producción cobra la debida  importancia. Tiene numerosos temas que no han perdido el brillo y que da gusto escuchar, como Rebeldías (con Mora); Pinta brava (con Charlo), Bronca y P'al nene (con Edmundo Rivero), Medallita de la suerte (con Gardel-Gazzano), Pampa y cielo (con Cadícamo).

Yo lo recuerdo hoy en su tango: Me da pena confesarlo que compusiera con Le Pera y Gardel. Lo canta el Máximo  en la película Espérame, acompañado por la orquesta dirigida por Juan Cruz Mateo.

                                               
                                          



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