Piazzolla x Pugliese

Sabido y reconocido por ambos, es la mutua simpatía que sentían el uno por el otro, y sobre todo el respeto profesional por la obra de ambos. Pugliese vió el último ensayo del famoso Octeto Buenos Aires, de Ástor y lo aprobó con contundencia: "¡Sí señores, esto es Tango"!,  para infundir ánimos a los músicos que lo integraban y salir al paso de los tangueros puristas que no admitían esa novedad.

Piazzolla por su parte, fue reiterativo al respetar tanto a Pugliese como a otros músicos de tango. Así le reconocía sus deudas con otros músicos de tango, a Alberto Speratti: "Nuestra generación musical ha sido influída por De Caro, más que nada, en el sentido esencia, sabor, algo que a él le es propio: swing. La diferencia es que nosotros hemos perfeccionado lo que ellos crearon en forma rudimentaria. Yo vengo escuchando a De Caro desde pibe; mi viejo tenía discos de él, y reconozco que puedo tener algo de De Caro. Pero también puedo tener algo de Vardaro, de Troilo, de Salgán".

                                     

-Hay intuitivos que hacen estas cosas sin darse cuenta por qué. Es el caso de Osvaldo Pugliese, quien a veces pone cosas que suenan lindísimas, tienen gran fuerza rítmica pero son improvisaciones. Yo lamento que eso no se valore, que no se lo trate más seriamente.

Estas reflexiones las hacía en 1968, y a los que llegamos a conocerlo y seguir su trayectoria, sabemos que a veces le salía la tanada, como decía él, y borraba con el codo lo que había escrito con la mano. Pero sin embargo, en 1990, también le decía estas cosas a mi compañero y amigo Natalio Gorin:

-A los 18 años, cuando yo estaba con Troilo, en los intervalos me hacía una escapada al Moulin Rouge, porque ahí tocaba Pugliese y el ritmo de su orquesta me volvía loco. A Osvaldo uno lo valora toda la vida. Estar en París, reunirse con otros argentinos y poner sus discos, significa pasar un grato momento, acercarse a Buenos Aires. Además hay que rescatar sus inquietudes, su evolución aun dentro del tradicionalismo: no se quedó para nada. Con Pugliese siempre nos hemos respetado a la distancia, no tuvimos muchas ocasiones de juntarnos y charlar. Es como si el de arriba hubiese ordenado: Ustedes hagan cada uno lo suyo porque así van a andar bien...

                                             
-A veces me preguntan por qué no hice cosas con Salgán, o con Pugliese, y la verdad es que no resulta sencillo. No hace mucho tocamos con Pugliese en Holanda, yo hice un arreglo de cuerdas para Adiós Nonino y Osvaldo parecía un despistado, no embocaba una. Y yo quise tocar La yumba a la manera de él y tampoco pude. Me sentí mal, como si estuviera ensuciando su música. Está escrito que nuestros caminos deben ir por separado. Pero lo aprecio como persona y lo admiro como músico.

Pugliese siempre respetó a Piazzolla porque vió como siguió estudiando, buscando mejorarse y su evolución quedó plasmada en el legado que dejó para la posteridad y que significó dentro del tango un estímulo importante para los músicos que vinieron detrás.

Y Ástor, allá por 1972, me decía que le gustaba mucho lo que había hecho Pugliese con su tango Marrón y azul y especialmente con Verano porteño ("una belleza", diría).

                             

                                           

Y yo creo que vale la pena volver a escucharlos una vez más. Marrón y azul lo grabó Don Osvaldo con su orquesta el 26 de diciembre de 1956. Y diez años más tarde, en 1966, dejó en el disco esta hermosa versión de Verano porteño. Atenti.

Osvaldo Pugliese - MARRÓN Y AZUL

Osvaldo Pugliese _ VERANO PORTEÑO