Se repite la eterna ceremonia: se va un año que hemos usado y nos llega otro nuevo. Todos dejan alegrías y algunas gotitas de frustración, pero hay que seguir con el ánimo renovado y con el Tango en nuestra Agenda diaria. Porque afortunadamente infinidad de músicos, cantores, compositores y poetas nos dejaron un legado maravilloso para que podamos disfrutarlo, al margen de los resbalones inevitbles que a veces nos toca soportar.
Ellos eran humildes, de Gardel a Goyeneche, de Arolas a Pichuco, de Cadícamo a Eladia Blázquez, del Cacha a Miguel Ángel Zotto, de Carmencita Calderón a la Mantiñán, y dejaron y dejan una estela que llega a todos los costados del mundo.
Y como vemos en las palabras del gran Leopoldo Federico que se acaba de despedir de nosotros, no tenían reparo alguno en elogiar a un colega. Y hoy que la fama vale veinte guitas y cualquier papanatas o gatita puede ser estrellita fugaz de la televisión, estos tipos que echaron el resto, fueron grandes y no se engrupieron nunca.
Y yo les reto a todos los amigos tangueros y milongueros que me acompañan a través de estás páginas, que sigamos dándole cuerda a nuestro cuore que todo nos parecerá poco.
¡Les deseo lo mejor a toda esta barra linda, a sus familias y la seguimos gastando en el nuevo año!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario