Pero Hugo nació en 1974, año de mi exilio y los Hermanos Rivas destacaban entonces haciendo tangos y boleros, al estilo de los inolvidables Cava Bengal, en Radio El Mundo y Radio Splendid. En 1966 grabarían temas del repertorio campero de Gardel con mucho éxito y tenían trabajo en abundancia.
En esas fuentes bebió Hugo y se incorporaría muy jovencito al conjunto familiar, lo que le permitiría adquirir experiencia y seguridad. Eso sí, sin dejar de estudiar porque sus metas eran altas y su espejo era el maestro Roberto Grela, el más grande, a quien conocería a inicios de los noventa, poco tiempo antes del fallecimiento de éste. Pero le quedaron esos consejos del maestro: "Cada uno tiene que hacer su propio camino, buscar su estilo personal y su ruta en la música. Después la música te va llevando sola".
En mis constantes viajes a Buenos Aires, varios amigos tangueros me hablaban de las cualidades de Hugo Rivas e incluso lo seguían entusiasmados. Recuerdo que fuimos una noche a La casona de Fernando, de Garay y Pichincha (mi barrio) a escucharlo, con Roberto Perfumo y otros amigos y me impresionó gratamente por su temperamento y su fraseo, además de una sensibilidad especial.
Argentina ha sido cuna de grandes guitarristas y ya de chico me entusiasmaba con los dúos o tríos que pasaban de noche por el boliche del barrio, nos regalaban tres o cuatro piezas, pasaban el platito y se iban dejándonos un sentimiento muy lindo en el cuore. Y por radio escuchábamos al conjunto de guitarras de Edmundo Zaldívar, al de Abel Fleury, los de Canet, de Grela, los que acompañaban a Corsini o a Edmundo Rivero cuando se fue de la orquesta de Troilo.
Hugo Rivas se alinea en esa parva de violeros inmortales y a sus 39 años ya ha editado nueve discos como solista, y con su nombre otro en el que participan artistas de la talla de Leopoldo Federico, Luis Salinas (otro genio de las cuerdas), Raúl Garello, Julio Pane, Ernesto Baffa y Pablo Agri. Incluso participa en una pieza su pequeño hijo de 10 años, que también se abraza al instrumento como guitarrista precoz que es y perfila la continuidad de la saga en el destino artístico de Buenos Aires.
Hugotocando con el maestro del fueye: Julio Pane. |
Además de estas delicatessen que nos regala, Hugo es todo un maestro de las tijeras y la navaja. Un coiffeur de primera línea que tiene su peluquería unisex en el barrio porteño y tanguero donde nació: Boedo. Orgulloso de sus genes, piensa que nació para tocar. Es autodidacto, y trata de aprender música pero lo suyo va por la oreja y el instinto. De casta le viene al galgo.
-Hay cosas que nacen de forma natural -dice-. Creo que nací para tocar. El desafío, muchas veces es encontrar el equilibrio entre la nota simple y con gusto y las habilidades musicales de un buen arreglo. Yo nunca busco el circo ni el trapecismo para que el público se dé cuenta de lo que puedo hacer con el instrumento. Eso es ir en busca del aplauso fácil.
Y acá gastándola con Leopoldo Federico |
Vale la pena verlo y escucharlo. Por ejemplo, con su cuarteto de cuerdas, en ese precioso tango de Osmar Maderna: Lluvia de estrellas.
Y también los invito a disfrutarlo junto a Leopoldo Federico y su conjunto en ese tangazo de Julián Plaza: Danzarín.
Cosa'e locos.
jose maria te afirmo rotundamente que hoy para mi es la mejor viola del tango hace unos dias le pedi un cd de su ultima creacion para difundir por radio tiene su salon a dos cuadras de mi casa y ademas es un muchacho humilde sin pose ni vanidad y solemos parlar de gotan cuando nos vemos un justo reconocimiento para este muchacho digno de figurar en tu foro tanguero abrazo
ResponderEliminarHay que ser justo con toda la gente que va llegando al tango y aporta tantas cosas buenas. Este muchacho dejará huella.
EliminarAbrazo. jm