-El lunes 9 de abril de 1917 inició el dúo Gardel-Razzano su labor fonográfica decisiva para el disco "Nacional" del menudo y empeñoso Max Glücksmann -sucesor de don Enrique Lepage-, en el rudimentario "estudio" de una casona de la calle Cangallo entre las de Rodríguez Peña y Callao, depósito de material de exhibición recibidas en su mayor parte de la filmadora parisiense Pathé Frères.
-En esos días de 1917 obtenían Gardel y Razzano un notable suceso en el Empire Theatre, de Buenos Aires, sala de la esquina nordeste de Corrientes y Maipú, arrasada casi veinte años después por el ensanche de la gran arteria porteña. Su activo empresario Humberto Cairo amplió entonces las secciones cinematográficas con números de "varieté", y la cartelera del Empire anunciaba el sábado 24 de marzo de 1917, juntamente con las "vistas" del momento, el debut de las siguientes atracciones: La Comedia de Don Pascual (un cuadro humorístico, lejano predecesor de las "revistas dislocadas" de ahora); un dueto: Charlene y Charlene; La Cholita, tonadillera; y el dúo Gardel-Razzano. Conviene hacer notar -por la llamativa antinomia con nuestra moneda actual- que el precio de la platea por sección, era de cuarenta centavos.
-De aquellas temporadas de hace medio siglo en el cine-teatro Empire (y también en el Esmeralda, que es hoy el teatro Maipo), surgió en los labios floridos de Gardel el tango-canción como expresión definitoria del lirismo popular de la ciudad, con amanecidos temas de letra y música que pecarían de contrahecha jerga y de rebeldías a disciplinas del pentagrama. Bastaba y bastó, en cambio, que en la jerga cupiese un legítimo sentimiento y la música se pegara querenciosamente al oído.
- El 12 de enero de 1918, por medio de un aviso en la inolvidable revista Caras y caretas, la empresa Max Glücksmann ponía a la venta el disco del tango Mi noche triste, de Castriota y Contursi, cantado por Carlos Gardel. El anuncio a toda página del popular semanario incluía cinco discos del duo criollo Gardel-Razzano, uno de la orquesta típica de Roberto Firpo, nueve de Enrique Caruso, el más grande tenor de todos los tiempos, y ocho de la célebre soprano Amelia Galli-Curci.
-El éxito de la interpretación de Gardel de Mi noche triste -nueva fase triunfadora del cantor, que hasta entonces no entonaba tangos en público-, y la popularidad adquirida por la orquesta típica de Roberto Firpo, se introdujeron en los planes de la compañía Muiño-Alippi que en el aludido teatro Buenos Aires, de la calle Cangallo, preparaba una nueva temporada. Tenían en cartera una obra de Alberto Weisbach y José González Castillo titulada Los dientes del perro, cuyo primer cuadro se desarrollaba en un cabaret...
Enrique Muiño y Elías Alippi |
-(...) Alippi contrató la orquesta de Firpo instalándola en un ostensible palco del cabaret para que desparramara su auténtico repertorio de páginas populares, que enlazaba a las parejas de actrices, actores y figurantes en un verdadero baile de meta y ponga. Y como número fuerte, que arrancaba una ovación y el consiguiente bis, la primera actriz Manolita Poli, protagonista de la obra, cantaba Mi noche triste. Eso ocurrió por primera vez en la noche del 26 de abril de 1918 y se prolongaría por cientos de noches en el teatro Buenos Aires, primero, y después virtualmente en muchos teatros...
-(...) Como ya he relatado en alguna otra ocasión, Pascual Contursi había adaptado por su cuenta una letrilla a la música de un tango de Castriota titulado Lita. De tal conjunción informal resultó el afortunado Mi noche triste. Hubo luego ciertas diferencias entre los dos imprevistos colaboradores, y un sabroso episodio como colorario, que también he contado ya sucintamente y que ahora puntualizaré mejor. Max Glücksmann pagaba diez centavos en concepto de derechos autorales por cada disco cantado, pago que los respectivos autores certifican con una estampilla firmada y adherida al marbete de cada disco. Ateniéndose a convenios anteriores, Castriota recibía seis centavos. Contursi planteó la cuestión por el centavito de menos en su parte, hasta que un amigable arbitraje hizo entrar en razón a Castriota para que los derechos se dividiesen por partes iguales.
-La puntada final de ese arreglo se dio una noche en la secretaría del Empire Theatre, estando presentes los dos autores, Razzano, Gardel y el empresario Cairo. Al salir al vestíbulo, entre los comentarios consiguientes, Contursi justificaba el centavito logrado excediéndose con inusitada vehemencia en apreciaciones de la importancia de su letrilla en el éxito del tango. Castriota, al llegar a la vereda, abandonó su natural mesura y se encaró con él, diciéndole secamente mientras señalaba un gran afiche en colores de la marquesina:
-Pero, dígame... Usted, ¿qué se cree que ha escrito? ¿La dama de las camelias?
El afiche anunciaba efectivamente el famoso drama de Dumas (hijo), interpretado para la pantalla por la trágica italiana Francesca Bertini, que en ese tiempo hacía derramar rios de lágrimas en la penumbra de los cines mudos.
Y Gardel, muchacho grande, generoso y sencillo -que cuando reía lo hacía por todos los poros-, inició el coro de carcajadas festejando la ocurrencia, en aquella porteña esquina de Corrientes y Maipú que ya pertenece al otro lado de los días pertinaces.
Linda oportunidad para escuchar a Carlos Gardel inventando y patentando para la historia, la forma de cantar el tango. Lo grabó en dos oportunidades, en 1917 con la guitarra de José Ricardo y en 1930 acompañado por Riverol, Barbieri y Aguilar. Esta última es la versión que escuchamos.
Carlos Gardel - Mi noche triste
Que lindo poder conocer a través de éste relato momentos fundacionales del tango-canción.
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