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jueves, 25 de julio de 2013

Pepe Libertella

Fue uno de esos tipos laburadores que aunaron el trabajo al talento,  y no paró nunca desde que descubrió un bandoneón en su barrio de Villa Lugano en la periferia porteña. Había nacido en Calvera, perteneciente a Potenza, en la Basilicata, del sur profundo de Italia. Su padre que era especialista en tejados, resolvió emigrar a la Argentina y se instaló en Villa Lugano. Allí fue construyendo una casita con sus propias manos y cuando la tuvo lista, mandó llamar a la familia en la cual estaba Giuseppe, el niño de once meses que se criaría en ese suburbio campestre y sería un porteño de pura cepa.
 Su progenitor portaba una verdulera, que es un miniacordeón que tanto usaron los inmigrantes para reverdecer sus cantos folklóricos. En ella merodeó sus dedos el pequeño Pepe, lo mismo que tocaba en una armónica,  hasta que un día vio a un vecino nuevo portando un bandoneón,  haciendo escalas con el mismo y repitiendo "La última cita" de Bardi. A Pepe le pareció un mago. Ese nacarado del fueye lo ensimismaba. Justo a él que se la pasaba escuchando tangos en la radio del vecino. Fue un flechazo instantáneo.

El padre, viendo el entusiasmo del chico arregló con otro bandoneonista y le cambió unos cuantos metros de chapa para construcción, a cambio de que le diera lecciones a su hijo. Luego, éste, oficiando de  monaguillo cuando juntó las debidas propinas en los casamientos, más un dinero que puso el padre, se compró un bandoneón. Pero estaba bastante escashato y perdía aire por todos lados. Luego aprendería definitivamente música y ejecución con Marcos Madrigal y Francisco Requena.

Julián Plaza, Libertella, Fresedo, Di Sarli, Verdi, Marcucci y Mingo Sánchez en Radio el Mundo
                                 

A los 15 años llegó al centro para trabajar en una oficina. Pero en el tren, como tantos otros bandoneonistas aficionados, portaba el instrumento y tocaba durante el viaje, para regocijo de los pasajeros que se arremolinaban a escucharlo. Así se fue conociendo con otros ejecutantes y uno de la guardia vieja le avisó: "Pibe, vos tocás bien, ¿Qué te vas a quedar en Villa Lugano, en medio de los yuyos". Fue como una anunciación.

En 1948, con 15 años,  ingresó a la orquesta de Alberto Suárez Villanueva y uno año más tarde en la de Osmar Maderna, donde coincidiría con Luis Stazo, su futuro compañero de aventuras. Estuvo siete años con Maderna y los sucesores de éste a su fallecimiento, conducidos por Aqueiles Roggero. En 1955 ingresaría a la orquesta de Carlos Di Sarli, donde tendría de compañeros de fila a Julián Plaza, Alfredo Marcucci, Félix Verdi y Mingo Sánchez. Ya estaba instalado en los lugares privilegiados del tango y apenas había cumplido los 22 años.
                                   
Libertella y Troilo en la Tanguería Relieve

Cuando se retira Di Sarli, al año siguiente, Libertella decide formar orquesta propia y acompaña a Ángel Vargas, que se había separado momentáneamente de Ángel D'Agostino. Luego seguiría con esa orquesta durante otros siete años en los que acompañó a Miguel Montero y grabó con éste seis elepés. En 1963, viajando en gira con éste por la provincia de Santa Fe, conoce en el pueblo Chañar ladeado, a la que sería su esposa y madre de sus tres hijos: Nelly. Al requerirlo Edmundo Rivero para una gira por Japón, forma el quinteto que llamó Gloria y que marcó el punto de partida de una gran cantidad de viajes a ese país del extremo oriente, donde llegó a grabar once elepés.

El Sexteto Mayor que fundó con su amigo Luis Stazo, a su lado.
                                         
En 1973 forma con su viejo amigo, Luis Stazo, el Sexteto mayor que iría cambiando de integrantes mientras recorrían el mundo, y sus hijos se casaban y le darían nietos que vería esporádicamente en al regreso, mientras arreglaba bandoneones, componía, reparaba la casa de Floresta y organizaba nuevos planes de viaje. Fueron apaludidos y admirados en Nueva York, París, Madrid, Berlín, o Tokio y numerosas figuras acudieron a sus conciertos. Hasta 1971, en que su corazón dijo ¡basta!, en París!

Y quiero recordar a este músico temperamental en dos selecciones. La de temas de Ástor Piazzolla, grabado en Japón en 1978, y la tangos de Julio De Caro. Ambas con su orquesta.

José Libertella- Selección de Ástor Piazzolla

Libertella: Selección de tangos de Julio De Caro


3 comentarios:

  1. Muy buena la reseña de la vida de mi viejo. Te agradezco mucho. Abrazo grande.

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  2. Muy buena la reseña de la vida de mi viejo. Te agradezco mucho. Abrazo grande.

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