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domingo, 18 de febrero de 2024

ROTISERÍA ARGENTINA

 (El entrepiso)

   En tus salas
se encendían arañas luminosas
y a tu comedor
llegaba lo mejor
de los dandys de ayer
con amigas lujosas..

Enfrente,
en los altos del café El Parque
-Lavalle y Talcahuano-
la baronesa Fontané
tenía su pensión en esa ochava
y desde su amplio balcón ella observaba
a las mujeres jóvenes de la vida galante
que llegaban de noche
en espejeantes coches...
...y la otoñal madama suspiraba.
 

Vieja rotisería
donde en tu comedor
la platina resplandecía
como alhaja de esplendente fulgor
Aquello podía ser André de Fouquières o Pocardy
o también el ostentoso comedor
del café dela Paix o chez Maxim's.

Los poderosos señores de antaño
y buenos goumets hacián pendant
con mujeres hermosas
y platos extraños:
poulardines trufées, ragut.
Corría el Cordón rouge,
el inefable Lanson 
y el buen Cliquot frappé.

Un Hors-d'oeuvre exaltado:
                  jambón glacé,
                  caviar rosado,
                  áspid de foie-gras
                  vitel toné,
                  paltas con camarones y paté.

Las burlonas coquetas de senos infernales,
de cuerpos modelados por la seda o el raso,
torturaban con crueles miradas pasionales
al galán que soñaba morir entre sus brazos.

Buscando ángulos íntimos del comedor
el pianista ponía un fondo musical ad hoc.
Cuando a una pareja besándose veía,
eran delicados preludios
y Schumann desde el piano sonreía.

En tus cordiales manteles
nuestro teatro supo tender 
sus ramos de laureles:
Pablo Podestá, Tallaví, Lliri o Panchito Aranaz
y el galán infaltable
de aquellos verdes años que hizo
suspirar más damas
que todos los poetas de antaño:
Alberto Ballerini, El Narciso.

Noches inolvidables
 con don Enrique Falbi,
en las que este fastuoso caballero
derrochaba el dinero
abonando adiciones memorables.

Y por este lente caleidoscópico
que es el recuerdo,
surgen imágenes en colores
de jóvenes pianistas,
bohemios trasnochadores:
Juan Carlos Cobián, el Chopin del tango
y señor de la noche
daba su recital,
ejecutando sus tangos primigenios:
El trino, El gaucho, El Orejano 
o aquel otro que nunca trascendió
y que se llamaba Mano a mano
muy anterior al de Celedonio
y Gardel-Razzano.

Maco Milani, caballero de rango social,
siempre le pedía que tocara Joaquina
porque ese tango lo ponía sentimental.

El gordo Roca,
pianista dilettante y habitué,
lo reemplaza a veces
para tocar su tango Ivette.

También Ángel D'Agostino
estrenaba sus primeros pantalones largos,
adolescente profesor
que desde el piano
hacía  lucir el arte de sus manos
en aquel increíble comedor.

Jóvenes de la élite porteña:
Varela Castex (Cacerola),
Carlos Aubone, Torres Agüero,
eran los infaltables niños piolas.

Rotisería de Lavalle y Talcachuano,
han quedado en tus muros
duendes emparedados
y a pesar de que estás
como una ochava más
frente a la incomprensión de Tribunales,
no podrán olvidarte jamás
los viejos porteños sentimentales.

ENRIQUE CADÍCAMO
                 


1 comentario:

  1. No viene al caso del tema de hoy. El buscador de la página, no me funciona, por eso lo pregunto aquí: sería posible subir la partitura de ‘Canchero’ de Arturo de Bassi y Celedonio Flores? No la encuentro en ningún sitio web. Gracias anticipadas

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