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miércoles, 29 de enero de 2025

Hugo Marcel

                                    Hugo Marcel

  

CARNET DE SU ARTISTA PREFERIDO

-¿Nombre artístico
-Hugo Marcel, 
-¿Nombre propio?
-Horacio Cárpena.
-¿Nacido en?
-Barrio de Flores, de la Capital.
-¿Fecha?
-13 de mayo de 1942.
-¿Nombre del padre?
-Eduardo
.-¿De la madre?
-María.
-¿Estado civil?
-Soltero
.-¿Estatura?
-1.73.
-¿Peso?
 -63 kilos.
-¿Color del cabello? .
-Castaño oscuro.
-¿De los ojos?
-Pardos
 -¿Cómo se inició?
-En el año 1954, a la edad de 12 años. Mi hermano Eduardo y mi amigo Pedrito Pellicer me invitaron a cantar en un homenaje que se le tributaba al famoso arquero de Boca Juniors, el "Gato" Julio Elías Musimessi. Fué la primera vez. 
-¿Qué tangos interpreta?
-Por ahora, los que me elige el maestro Fresedo
.-¿Sus compositores preferidos?
-Arolas, Bardi, Fresedo, Delfino, Di Sarli, Cobián, Charlo y Marianito Mores
.-¿Y los letristas?
-Discépolo, Manzi, Cátulo Castillo, Cadícamo y Emilio Fresedo.
-¿Sus orquestas predilectas?
-Osvaldo Fresedo, Carlos Di Sarli y Horacio Salgan, cuando tenía su conjunto típico.
-¿Cuál es su "hobby"?
-Dibujo, música, lectura y natación.
-¿Le gusta beber?
-Lo necesario.
-¿Y fumar?
-No.
-¿Qué comida le agrada más?
-Arroz a la valenciana y ravioles caseros. Los prefiero preparados por mi madre o por mi hermanita.
.-¿Qué le hubiera gustado ser?
-Lo que soy ahora: el cantor de Osvaldo Fresedo.
-¿Su paseo favorito?
-Cualquier lugar de mi tierra, especialmente en un "Pipper" o en un yate de color blanco. ¡Son mi locura!
-¿Su frase habitual? 
-Lindo, lindo... ¿Todo en orden?
-¿Qué grabaría en la puerta de su casa?
-"Enhorabuena, amigos".
-¿Cuántos discos grabó?
-Mis primeros cuatro, con Fresedo, para el sello Columbia.
-¿En qué orquestas actuó?
-Con Roberto Rufino, Elsa Rivas, Miguel Caló, Leopoldo Federico y con el autor de "Vida mía".
-¿Algo curioso en su vida?
-Actuaba con el maestro Osvaldo Fresedo en un baile del Club Vélez Sársfield, cuando unas chicas me preguntaron lo siguiente: "¿Usted conoce al pibe Hugo Marcelino, que cantaba con el binomio Rufino-Rivas? Es el hijo del "gordo" Federico?". Yo fui el primer sorprendido, pero al explicarles que Marcelino y Marcel eran una misma persona, y que esa persona era yo, casi se desmayan... ;Ah! Aproveché la oportunidad para presentarles a mi padre, que también fue cantor, en los tiempos de Angelito Vargas...
 
(Revista "Cantando". 16 de febrero de 1960)

                              



 

 

lunes, 27 de enero de 2025

Los recuerdos de Cadícamo

    "La Avenida de Mayo se entroniza con el cuplé. Sus estrellas son españolas y se llaman Raquel Meller, La Goya, Pastora Imperio, Paquita Escribano, La Maravillita, La Fornarina, Linda Thelma y muchas otras que desde los tinglados del varieté deleitaban con sus figuras, su belleza y su gracia castiza de majas, más que con sus cuplés, a los porteños de los años 20.

   Sus apodos que venían de Lavapiés, eran: La Chulona, La Vecindana, La Castañera, La Marimandona, La Apasionada, La Gachona, La Cigarrera... Todas heroínas de un Madrid galante. Artistas magas, hembras maravillosas de fuerza real que ya no abandonarían Buenos Aires. Recordemos a una joven talentosa y además poseedora de una agradable voz, que se sintió atraída por los cuplés tan en boga y debutó por los tinglados del varieté con canciones españolas y criollas difundiendo "La chismosa", "Que la mar es muy traidora"...

                               


  

 ...y otras ya popularizadas por Gardel-Razzano como "El pangaré", "Ay..ay..ay...", "La pastora" y "El poncho del olvido". Esta joven tiple que poco después abandonó los cuplés por el arte dramático y la comedia, llegando a ser la gran actriz argentina, orgullo de nuestro teatro y también de los de la Madre Patria, se llamó Lola Membrives.

   Luego de las damas, aparecieron los parodistas, españoles e italianos que se llamaron Duarte, Buonavoglia, y dúos cómicos como Los Carpi, Negri-Appiani, Keta y Pepe Ruiz. Famosos tríos como Los  Rovira y troupes como Los Chivos y la brasileña  Guanabara, cuya figura mimada era el cantante adolescente Raúl Roulien, quince años después estrella cinematográfica de Hollywood.

   En esa época fue cuando el diario "Última hora" organizó un concurso de poesías populares con un premio de cinco pesos para el ganador del certamen. Este premio se lo adjudicaron a unos versos lunfardos titulados: "Por la pinta", que firmaba un poeta desconocido llamado Celedonio Flores. 

   Gardel, asiduo lector de "Última hora", famosa por sus pronósticos hípicos, leyó aquella nota de Celedonio flores y resultando tan de su agrado, sin previa consulta al autor, le hace adaptar música con su guitarrista El Negro Ricardo, aun cuando la misma siempre figuró a nombre de Gardel-Razzano.

                                     

Celedonio Flores

   Lo comenzó a ensayar pareciéndole que era una creación que debía grabar de inmediato. Lo citó a Cele al estudio de grabación el mismo día que iba a realizar el disco, haciéndosela escuchar primero, y aquél al terminar de oírla se emocionó tanto que no hacía otra cosa que agradecerle ese honor. Según me comentó Cele, cuando muchos años después de este episodio, éramos fraternales amigos, en aquel histórico momento Gardel, con ese gracejo tan porteño que tenía al expresarse, le dijo:

-Pero hay una cosa, pibe... Tenés que piantarle el título de "Por la pinta".

-Lo voy a pensar, Carlitos. En ese momento no se me ocurre ninguno...

-Pero, qué clase de poeta sos... No hay tiempo que perder. Dentro de unos minutos lo grabo...

Después de unos minutos a Cele se le ocurrió rebautizarlo con el título de "Margot".  

   El disco salió a la venta y aquellos cinco pesos de premio se convirtieron para Celedonio en una redoblona de miles. Cuando yo escuché aquel disco en la voz de Gardel cantando aquellos versos alejandrinos escritos por Flores -para mí un poeta nunca igualado en su género-, me parecieron más que un poema lunfardo una escuela, un modelo, una fuente donde tendrían que ir forzozamente a abrevar los autores de de letras de tangos futuros.

   Pero infelizmente no fue así. La poesía tanguera con el andar de los años se fue convirtiendo en poesía hispana. Algunos poetas de los denominados "cultos" quisieron incursionar en él pero fracasaron al expresarse en un lenguaje completamente extraño al género.

    Eso es otra cosa. El valor autóctono fue Celedonio Flores, que supo extraer poesía del barro, esa poesía desdeñada por los puristas.

   Como Mahoma, que escribió el Corán para los islámicos, El Negro Flores comenzaba con "Margot" a escribir para los porteños una nueva filosofía tanguística".

   (Carlos Gardel, acompañado por su guitarrista José Ricardo, lo grabó en 1921, ubicando a Celedonio Flores como el poeta que esperaba el tango)

                 

 


                   

      

jueves, 23 de enero de 2025

Adiós te vas

    Cátulo Castillo no sólo fue un prolífico y espléndido autor de tangos, sino que además dirigió la Historia de la Música y de Pedagogía en el Conservatorio Municipal Manuel de Falla. Estaría incluso 15 años como Director del mismo. Anduvo de jovencito por Europa dirigiendo la orquesta típica en la cual formaban Miguel Caló, Alberto Cima, Roberto Maida  y los hermanos Alfredo y Ricardo Malerba.

   Volvería tres años más tarde, en 1931, a sus 25 años de edad con el elenco de revistas del teatro Sarmiento, acompañando a su padre -José González Castillo- con quien ya se había ido de niño a Santiago de Chile donde Don José trabajaría en la prensa de Valparaíso. Allí comenzaría su rol escolar que continuaría en el regreso a Buenos Aires, junto con sus estudios musicales.

                                         

Cátulo Ovidio González Castillo

   Tenía apenas 17 años cuando compone su primer tango: "Organito de la tarde", que lleva versos de su padre. Y el tema pega fuerte en el ambiente. Su vida está llena de salpicones, como la práctica del boxeo, donde destacaría hasta tal punto que gana un torneo importante, como peso pluma, y lo preseleccionan para las Olimpíadas de Ámsterdam.

   Ya conté que cuando yo trabajaba con Antonio Carrizo en radio El Mundo, al terminar nuestro programa "Mundo diez", nos íbamos a almorzar al restaurante que estaba frente a la radio. El programa que iba a continuación lo hacían Cátulo con Luis Medina Castro. Antonio era un gran conversador y nos quedábamos mucho tiempo hablando. En un par de oportunidades, la cosa se estiró, se asomó Cátulo por la puerta del restorán, con su paquete y Antonio lo invitó a la mesa.

                                      


   En uno de esos encuentros, recuerdo que un día antes yo había escuchado en la radio del coche, de paso para el periódico "La Razón" donde trabajaba, un tango suyo, que es el que hoy traigo a la cita, cantado por Carlos Acuña con la orquesta de Rodolfo Biagi. Se lo comenté, le pregunté por Pittaluga, autor de la música y me contó que era un pianista amigo de su padre, quien se lo presentó y lo animó a que le diera esta letra suya que acababa de escribir. Él, en principio dudó, pero aceptó el consejo y no se arrepentiría, como nos contó.

Hoy que regresas,
tu silbato y el invierno
llama con voces sigilosas al ayer,
tendré encendida la luz de tu recuerdo
y desde el último andén te llamaré.
¡Bajate aquí!... bebe esta copa de ternura
que entre tu ausencia y mi locura corre el tren.


Corre el tren peregrino,
por el viejo camino,
más allá del dolor,
más allá de tu amor,
más allá del destino.
Corre el tren peregrino
por el largo camino,
y en un sueño lejano
vendrás a mi mano
llenando el andén.

Será lo mismo, puede ser, pero en las cosas
hay una triste sensación de no sé qué.
Las mismas lluvias de ayer, no dan más rosas.
Los mismos cielos de ayer, no dan más fe.
¡Adiós... te vas!... Queda el saludo del pañuelo
con que agitabas tu desvelo, desde el tren.

   Egidio Pittaluga, tan poco conocido en el ambiente, aunque embocó otros temas que tuvieron recorrido como Cautivo, Lucecita, Poco a poco despacito, le puso música a estos versos de Cátulo que fueron cantados e interpretados con éxito por Biagi-Acuña, y Di Sarli- Rufino. La versión disarliana fue grabada el 17 de marzo de 1943 y la recordamos aquí. 

                                  




martes, 21 de enero de 2025

Barrio reo

    Los que nos criamos en un barrio reo, nos recreamos con este tango cuyos versos son de Alfredo Navarrine, que fue cantor de temas rurales. Con su hermano Julio formaron un dúo vocal que recorrió distintos pueblos y llegaron no sólo la ciudad porteña, donde actuaron en radioteatros, e incluso anclaron con éxito en Montevideo.

   El tango fue penetrando en su corazón musical y en los años veinte, cuando apenas contaba con 21 primaveras, se enganchó en el Teatro San Martín, para la representación de la obra "Juan Moreira", en la que intervenían, entre otros Gardel-Razzano, Pettorossi, Sarcione y otros, dirigidos por José González Castillo y Elías Alippi. 

                                                   

Los hermanos Julio y Alfredo Navarrine

   Este porteño del barrio San Cristóbal, al que apodaron "Pigmeo", supo lucirse para ser incorporado al conjunto "Los de la raza", que serían contratados en Chile. De allí saltarían a España en 1923, debido al éxito de sus actuaciones. Entre otros, integraban aquella compañía Mario Melfi, Bachicha, Pettorossi y varios cantantes.   

   Alfredo Navarrine destacaría como poeta-autor de temas que entrarían exitosamente en el repertorio de cantantes prestigiosos. Su amigo Carlos Gardel le grabó nada menos que ocho temas: Tucumana (zamba), Galleguita, Fea (Música de Pettorossi), Sos de Chiclana (Música de su hermano Julio y Rafael Rossi),  Lechuza; Oiga amigo, Gajito de cedrón (canción musicalizada por Mario Pardo), el valsecito Ronda de sueños y Barrio reo, su gran éxito.

   Escribió más páginas que tuvieron recorrido, pero yo me detengo en este tango que musicalizó el cantor-compositor uruguayo Roberto Fugazot. Carlos Gardel lo grabó el 18 de febrero de 1927, acompañado por sus guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri. Hugo del Carril lo canta en la película "Vida nocturna". El trío Irusta-Fugazot-Demare lo grabó y popularizó en Europa.

   Y los versos muestran al hombre que vuelve al barrio y lo encuentra envejecido...

Viejo barrio de mi ensueño
El de ranchitos iguales
Cómo a vos los vendavales
A mí me azotó el dolor
Hoy te encuentro envejecido
Pero siempre tan risueño
Barrio lindo, y yo qué soy
Treinta años y mirá
Mirá que viejo estoy

Mi barrio reo, mi viejo amor
Oye el gorgeo, soy tu cantor
Escucha el ruego del ruiseñor
Que hoy que está ciego
Canta mejor
Busqué fortuna y hallé un crisol
Plata de Luna, y oro de Sol
Calor de nido vengo a buscar
Que estoy rendido de tanto amar

Fuiste cuna y serás tumba
De mis líricas tristezas
Vos le diste a tu cantor
El alma de un zorzal
Que se murió de amor   

  Canaro lo grabó con la voz de Agustín Irusta. D'Arienzo cantando Armando Laborde. Mauré acompañado por Lito Escarso. Abel Córdoba solista. Fresedo instrumental (1927). Y entre esas versiones traemos la de Rodolfo Biagi con Carlos Acuña entonando los versos.  Lo grabaron el 29 de abril de 1943.

                                           



                               


lunes, 20 de enero de 2025

jueves, 16 de enero de 2025

Aquellas cantantes

 MERCEDES SIMONE



Aquellas cantantes

 BLANCA MOONEY

                   


Aquellas cantantes

 NELLY VÁZQUEZ

                              


Aquellas cantantes

MARÍA GRAÑA

                            



Aquellas cantantes

 ALBA SOLÍS

                           



Aquellas cantantes

 ADA FALCÓN

                          


Aquellas cantantes

 VIRGINIA LUQUE

                  



Aquellas cantantes

 TITA MERELLO

                    



     

Aquellas cantantes...

 LIBERTAD LAMARQUE


                                        

                      



martes, 14 de enero de 2025

PING PONG CON IGNACIO VARCHAVSKY

«¿Usted es el Hugo Baralis que tocaba en la orquesta de Troilo?»

Desde su adolescencia se lanzó en una audaz investigación para recuperar los secretos perdidos del tango. Guía telefónica en mano, encontró a grandes maestros olvidados y generó enriquecedores puentes. Con El Arranque desplegó gran parte de aquella magia, con un sello propio reconocible.

Tenía 11 años cuando su papá, por hacerle una gracia, le regaló un cassette del cantor Ignacio Corsini para bailar en las fiestas y “estar en la pomada”. Esa broma terminó siendo el puntapié inicial del enorme periplo tanguero por la Argentina y el mundo que sigue recorriendo y sembrando el contrabajista, compositor, director y productor Ignacio Varchausky. Hoy, los frutos de la semilla “cassette Corsini” continúan ramificándose en, por ejemplo, la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce, que fundó y cuya dirección artística ejerce desde hace 24 años, y en los cursos web Los estilos fundamentales del tango.

Pero sobre todo Varchausky es reconocido por ser uno de los artífices de El Arranque, una de las orquestas insignia que hizo resurgir el amor por la música porteña a oídos y cuerpos jóvenes allá por inicios de los ‘90, cuando muchos creían que ese enorme legado musical se estaba apagando.

                             Ping pong con Ignacio Varchausky: «¿Usted es el Hugo Baralis que tocaba en la orquesta de Troilo?» 


Aquella broma de su padre desató la curiosidad y audacia que Varchausky ya desplegaba a los once años y todavía marcan su forma de vida. “Agarré la guía telefónica y empecé a llamar a los coleccionistas. Ya un poco más grande me comunicaba directamente con los maestros. ‘Buenas tardes, ¿usted es el Hugo Baralis que tocaba en la orquesta de Aníbal Troilo? Lo quiero conocer’, me mandaba así, sin dudarlo”.

-¿Y qué te decían los maestros? ¿Eras bienvenido?

-Recontra bienvenido. Yo creo que primero les generaba sorpresa que alguien joven los contacte, y que además más o menos supiera de lo que estaba hablando. Los tipos veían que yo sabía de grabaciones, orquestas, estilos, que tenía un entusiasmo alucinante y se prendían.

-Poco después surgió El Arranque.

-Con El Arranque rápidamente hicimos un camino y empezamos a grabar discos y hacer giras, a tener algo de exposición en los medios y, bueno, yo iba ganando pequeños pergaminos, entonces los maestros me reconocían como el pibe de El Arranque, o venían a la presentación de los discos. Los viejos estaban orgullosos porque pensaban que el tango se moría y de repente había unos pibes que tocaban bien. Se fue produciendo un intercambio, un pasar la llama de manera muy natural, muy orgánica, porque los tipos no sabían enseñar, pero te enseñaban siendo ellos. Yo iba a ver siempre a la orquesta de Leopoldo Federico y por ahí me subían al micro,  me iba a Zárate con ellos y charlábamos y estábamos en la prueba de sonido, siempre absorbiendo y absorbiendo.

-Te ibas de gira con tu banda favorita, ¡el sueño del pibe!

-¡Sí! En 1999/2000 yo laburaba todas las noches con un sexteto en Señor Tango, un boliche que hacía shows para turistas. Pero estaba la orquesta de Ernesto Franco, bandoneonista, solista de D’Arienzo durante más de 20 años y además bandoneonista de la orquesta de Osmar Maderna, de Albino Vargas…  Este Ernesto Franco tenía una orquesta de toda gente grande, algunos bastante viejitos. Yo iba temprano y me la pasaba en los camarines charlando con, no sé, Nicolás Parasino, que había sido el bandoneonista ladero de Armando Pontier y en la orquesta de Pontier estaba Emilio González, un violinista que había tocado con Gobi, estaba Roberto Cicaré… Con esos viejos para mí era navidad todos los días y para ellos yo era un purrete de 22 años al que podían enseñarle y darles cátedra de vida.    

-¿De ahí surgió la idea de crear la Orquesta Escuela?

-La idea tuvo que ver en su momento con una necesidad de cómo restablecer los puentes entre generaciones. Yo era un pibe, me copaba el tango, quería tocar, quería aprender, ya venía tocando hace un par de años con El Arranque y teníamos esa necesidad: ¿dónde hay un lugar que vengan los maestros y nos enseñen cómo se toca, un lugar donde los viejos maestros y los jóvenes como nosotros podamos coincidir para que nos pasen la llama? Y sobre esa idea armé un proyecto y lo llevé a distintos lugares. Fui rebotando por varios lados hasta que di con la gente que organizaba el primer festival de tango, con Carlos Villalba, que por fin se interesaron. De hecho con uno de los primeros con los que hablé de este proyecto fue con Leopoldo Federico, que me apoyó muchísimo, pero me dijo que no le daba la vida para ser director y dio el visto bueno con Emilio Balcarce.

-Con casi 25 años de existencia la Emilio Balcarce formó centenares de músicos de distintas partes del mundo.

-Y muchos de ellos, a su vez, abrieron sus propias escuelas en otros países. Y tenemos la dirección musical de Víctor Lavallén que está enterísimo a sus 89 años y tiene la libertad de ser un inimputable, que te canta la justa. Es un tipo muy claro, muy directo, muy amoroso, es el menos y a la vez el más pedagogo del mundo, depende de cómo lo mires. Es de estos tipos que enseñan siendo.

-¿Sigue existiendo aquel casette de Corsini?

-¡Sí! Lo tengo guardado en casa. Una vez se me rompió la cinta pero por suerte la pude arreglar. 

(Virginia Poblet/Tiempo Argentino)   


Las mirlas

    Hoy tengo ganas de traer a la página este bambuco colombiano que dio muchas  vueltas por el mundo y se fue transformando y adaptándose a otros géneros. El abogado Jesús María Trespalacios Madrid fue el autor de los versos y el cantor Climaco Vergara la puso la música que permitió a la canción tomar vuelo y ser interpretado por numerosos intérpretes. 

   Esta especie es el mirlo más grande del mundo, puede medir entre 20 y 28 centímetros de largo. Se reconoce fácilmente porque su pico, patas y bordes de los ojos son de color naranja, este borde puede faltar en las hembras o durante su juventud. Su cabeza, cuello, pecho, vientre, dorso y partes bajas son de un tono gris oscuro. Mientras que, las alas y la cola son casi negras en su totalidad.
                     
                                   


   Esta ave tiene una amplia gama de cantos y vocalizaciones. Su canto se podría definir como melodioso y débil, tiende a realizar su canto en la temporada de apareamiento, minutos antes del amanecer. Se caracteriza por frases musicales rápidas y variadas que terminan en una nota muy alta. Cuando emprende el vuelo o se asusta vocaliza dos sonidos bastante altos, un “kirt” o una serie de “kurt-kurt-kurt-kurt”, también vocaliza un largo “kuiip”.

   En el poema que se convertiría en canción, Trespalacios Madrid trae a la mirla con su canto para despertar emocionalmente a su amada. Porque el día comienza con la música que aportan estas aves del género turdus, y también los ruiseñores. Ese concierto emocional le hace pensar que el ritmo es la esencia de las cosas  y las pasiones humanas se imprimen en toda su intemporalidad.

   Los versos de "Las mirlas" son breves, sencillos pero llegadores. Ella despertará acompañada por los trinos de las aves que aportan la algarabía del paisaje con su vistoso brillo, cuando la zona del alma todavía está en penumbras. Imágenes alborotadas que se van formando en orden, con la inserción de pausas.

Cantan las mirlas por la mañana,
su alegre canto al rayar el día.
Cantan alegres los ruiseñores.
Cantan alegres los ruiseñores
y se despierta la amada mía. 

Ay, quién pudiera rondar tu alcoba
donde parece que estás dormida.
Ay, quién pudiera robarte un beso.
Ay, quién pudiera robarte un beso,
sin despertarte mujer querida.

Yo te recuerdo a cada momento
y sufro a solas con mis dolores.
Yo no te aparto del pensamiento.
Yo no te aparto del pensamiento,
tú eres las reina de mis amores.

Ay, quién pudiera rondar tu alcoba
donde parece que estás dormida.
Ay, quién pudiera robarte un beso.
Ay, quién pudiera robarte un beso,
sin despertarte mujer querida.

   Horacio Salgán, aparte de ser un músico excepcional, que, afortunadamente ancló su sapiencia en el tango, tenía la costumbre de ensayar en el piano músicas de otros géneros y países diversos. Un día se entretuvo con este bambuco, le dio algunas vueltas y lo transformó en tiempo de vals. Afortunadamente lo interpretó con su orquesta y la voz de ese cantorazo que fue El Paya Díaz. Y después de los grandes aplausos recibidos, lo grabaría el 7 de mayo de 1951. Hoy volvemos a disfrutarlo.

                                 




domingo, 12 de enero de 2025

 


EL RITO


La calza en un abrazo de rante malevaje
enfunyinado el mate, con aire de shofica,
masticando compases su sangre shomistraje,
y la paica ensobrada, lo chaira y lo replica.

El punto se embalurda de’sparo y farolea
dibujándole verduras de furca a la chirusa
que con sabia menesunda, el fato relojea
cinchándolo al breón, sarpada de carpusa.

En el orre bailetín, va diquera la papusa,
colibriando, reluciendo cartel con el bramaje, 
alardeada de musa, abrojada al pogua como chusa, 

pa' que su Cacha choree perfil en el baraje
arrastrando los fangruyos, ¡dequerusa!
mostrando en el leiba prontuario sin truchaje.

Y en la feria del engrupe taya fuerte el misturaje
del gavión de gacho gris y la grela rantifusa,
floriándose bajo la luna naerma, ranera y comifusa.

José María Otero





SONETOS LUNFARDOS

 

 LUNFA

Batí si laburás de mortadela
con el que te piantó de rantifusa
palpitando en la mersa la papusa
que hoy sólo con bacanes se encurdela. 

No te engrupás de que, amurado, grela,
cache el olivo en tren de batemusa...
Campaneame la bronca y la marrusa
que te podés morfar de manivela.

Me debés todo: cancha, empilche y labia.
Te he dao más de un gustazo macanudo...
Y te desayuné cómo se escabia

solfiando a un tirifilo patilludo.
¡Ni Ovidio, ché, te saca más diquera
con su Arte de yugar en la catrera!

Amaro Villanueva
 



  VEJENTUD

Aquí estoy, derramao en la catrera
con una fiaca, ¡aymé!, de la madona.
Me he dejado crecer la pelambrera.
La vejentud, amigos, arrincona.

Con el coco aún purrete, en primavera,
con el cuore, ¡chambón!, que no funciona,
me resongo: ¿La vida?, ¡cosa fiera!,
¡muy fiera!, porque el tiempo desmorona.

Ver a algunos besándoe en las rúas,
ver a otros en morfes, en mamúas
y uno decirse: yo también he sido...

También he sido un jaife y hoy me veo,
cachuso y amurao, broncudo y feo...
La vejentud es algo muy jodido.

Álvaro Yunque





SONETOS LUNFARDOS

  TANGO

Claro que fui cuchillo y casa baja;
lengue de taura y percantina en fuga;
caralisa, matón que no se arruga;
sangre, mina, farol, trago y baraja.
 
También fui mugre, mishiadura y pena:
escolaso, cafúa y desencanto;
todas mancadas para curda y llanto
que se dan en la mala y en la buena.
                                                 
 Y fui canyengue de semilla fiera
que amarrocó la música fulera
y en el cuore de un fueye se agrandó...
 
Ahora sólo soy melancolía,
un malevo al costado de la vía
que está esperando un tren que ya pasó.

  JOAQUÍN GÓMEZ BAS




   GABY

Es al bardo que quieras trabajarme cachuso
cuando nadie ha logrado engrupirme potriyo.
Al naipe de tu cuore le doy remanye de uso
y mi carpa truquera vale un zarzo con briyo.

Ventajera que en todos los afanos de lujo
vas cargada en el toco y de alivio en la cana,
es al bardo que quieras en el carro que empujo
colocar el bagayo de tu pinta bacana.

Es al bardo que vengas con macanas bonitas
esparando un jotraba que manqué refulero.
Para mí, con estuche, no valés... cinco guitas.

Repasada por todos, garroneada por muchos,
no tendrás la aliviada de mi amor cadenero
por un taura principio de desdén a a los puchos.

CARLOS DE LA PÚA



       

                      


 





sábado, 11 de enero de 2025

Sonetos lunfardos

 

     LA RECHIFLADA

Siempre te rechiflás. Por cualquier cosa
te broncás y te da por el ataque.
Una cheno cualquiera con un saque
te vi'a dejar de cama bien mormosa.

Ya no te aguanto más, María Melato,
esgunfia como estoy te doy un corte,
buscate urgentemente quien soporte
tu neurastenia en gris. ¡Éste es mi trato!

La naifa lo escuchó y dulcemente
le clavó la mirada frente a frente
poniéndole una noma en la cabeza.

Con un hilo de voz, sin espamento,
le dijo al breón que andaba en movimento:
"Andá chabón... barreme bien la pieza."

  JULIÁN CENTEYA

   


   BIABA

Ya se lo había dicho: "Del laburo
sin hacer estación, venite a casa.
No es que yo esté celoso, te lo juro
pero si vos no estás.. no sé que pasa..."
  
"Si tardás en llegar tengo pavura
de que te hayas peleao en la milonga,
vos sabés que no falta un cara dura...
Y yo te manco bien, cara chinonga...".

Pero ella se olvidó, sucia y borracha
llegó como a las nueve la muchacha
por seguirle la farra  un mishetón.

Los bifes -los vecinos me decían-
parecían aplausos, parecían,
de una noche de gala en el Colón.

  CELEDONIO E. FLORES


   EL UMBRAL

Sí, ya sé... perdí el tiempo en pajerías
y, creyendo gastarlo en cosas serias,
me vendí en cien mercados y en cien ferias
(mercadería entre mercaderías.)

Compré con esa guita chucherías,
revendí fulerías y miserias.
Vacunao contra tifus y difterias
del alma, viví enfermo de alegrías.

Me alegraba escabiar con los amigos,
el calor de las hembras en los telos,
la lluvia afuera, el fato sin testigos.

Nunca me puse luto por mis duelos
y pasé en vida todos los castigos...
¡Dale, abrime la puerta de los cielos!

   DANIEL GIRIBALDI


  
   ESTANCIERO

Tenés la mosca bruta que dejaron tus viejos,
un sastre que te viste para fotografía,
cerebro de mosquito que se huele de lejos
y una mina de lujo te presta jerarquía.

Admirás tu estructura en todos los espejos,
pagás con vento grande la parodia de orgía
con que engrupís a giles que siguen tus consejos
de cómo sonar guita y quedarse en la vía.

La estancia donde el jovie no conoció la fiaca
sólo la ves de lejos, porque el campo te seca
e ignorás si la leche la da el toro o la vaca.

Avivate, pelandra,  que no sos el primero
que vea permutado el caviar por buseca
cuando hayas reventado el último ternero.

NYDA CUNIBERTI


   EL CHACAO

Estás medio chacao y andás con chucho,
¿chucho de qué, pedazo de vichenso?
¿Te envenenás porque te ves flacucho?
Cuanto más la llorés, más indefenso.

Vos que pa'la milonga fuiste ducho,
ahora hasta tenés olor a incienso.
¿La vida te ha fumao y sos un pucho?
¡Si de verte tan maula me avergüenzo!

Morfá y chupá del bueno y si la vida
quiere espiantar, ¡que espiante la perdida!
(¡Y cuánto se la quiere, sin embargo!)

Aunque seas coyón mostrate fuerte,
basuriá tus pavuras a la muerte...
La muerte es sólo un apoliyo laargo.

ÁLVARO YUNQUE

(Antología del soneto lunfardo- Selección Luis Alposta.)








jueves, 9 de enero de 2025

Astor Piazzolla

 interpreta con el bandoneón de Troilo (ya fallecido), que le regalara Zita, la mujer de Pichuco, el tango de Cátulo Castillo y Troilo: La última curda.

                         



miércoles, 8 de enero de 2025

Esta noche

    La discoteca  de mi bulín exhala tangos, milongas y valsecitos de diversas añadas y mis ojos relumbran en el recuerdo, atiborrándose el cuore de cosas lindas, entrañables. Refractándose en un temperamento que reverbera en cada frase, en cada instrumento, en voces oscurecidas por el tiempo. Un mosaico de realidades e imágenes que enfocan momentos diversos.

   Emboco al voleo un disco y arranco con este tango que lleva letra del rosarino Lito Bayardo (Manuel Juan García Ferrari) y música del exquisito bandoneonista Carlos Marcucci. Lo compusieron en 1937 y el título ya destalla y se instala en la noche, esa parte tan importante de nuestras vidas pasadas y bien vividas. Aunque también hay astillas y en este caso los versos de Bayardo radiografían la tristeza y el desconsuelo amoroso.

                                     

 

   La descarga emocional está realizada en la reunión con los amigos que reciben el fervor de lo vivido por el enamorado, que se resiste a escuchar la opinión de ellos sobre el paso definitivo a la ruptura, el alejamiento de ella. El pasado se protege, hace trampas. Y él los anima a brindar por la tristeza,  en esas copas de sombras, llenas de entusiasmo dionisíaco, como un original locus oremus.

Esta noche,
Mejor dicho, cuando llegue medianoche
Mis amigos,
Yo festejo la tristeza de mi alma.
Brindaremos
Por la dueña de los ojos más hermosos
Por mi vida... por mis sueños... mis recuerdos
Porque quiero ahogar los sueños de mi vida sin amor.
 
Yo no quiero recordarla
¡Para qué voy a llorarla!
Si ya todo lo he perdido.
Esto digo muchas veces
Pero entonces se aparece
Frente a mí como un castigo!
Y me mira desde el fondo de una sombra
Y me vence... porque el alma me la nombra.
Cómo quieren mis amigos
Que la arranque de mi vida
Si no la puedo olvidar.

   En ese supuesto templo de la relajación podemos recordar a Borges cuando decía que "enamorarse es producir una mitología privada y hacer del universo una alusión a la única persona indudable". Lo cierto es que es muy normal llegar a estas situaciones en las parejas. Claro que se sufren de distintas maneras. Y acá el personaje  lo resuelve con los amigos, ahogando su pena en las copas.
 
Muchos años
A su lado yo viví para quererla,
Y bastaron
Unas horas nada más para perderla.
Ya no tengo
Ni una lágrima de amor... y son testigos
Que esta noche, de nostalgia, mis amigos
Vengo a ahogar en unas copas a mi vida sin amor.

   Reitero que Carlos Marcucci le dio vida musical a estos versos convirtiéndolo en un tango que grabarían Julio de Caro con Héctor Farrel en 1939,  Francisco Canaro/Frnesto Famá y Fresedo/Mayel, un año más tarde.  Escuchamos ala versión de Canaro-Famá, grabada el 14 de marzo de 1940.
 
                             


 


martes, 7 de enero de 2025

María Nieves y...

                                                      ...la milonga.

   Mi hermana, la Ñata, se adaptaba a todos los estilos. Porque en ese tiempo no se bailaba como ahora que es como una horma y todos bailan igual. En aquellos tiempos se milongueaba que para qué te cuento. Cada sábado y domingo eran diferentes pasos. Un buen milonguero no podía bailar siempre igual. Ellos practicaban entre hombres en clubes de barrio, en la semana, y después se largaban en los bailes. 

  Se juntaban, se inventaban pasos. Muy raro que uno se copiara de otro. Si a vos te gustaba un paso que hacía otro, lo mirabas, lo sacabas mentalmente pero no lo hacías igual: tratabas de hacerle algo distinto. Porque copiarse era horrible.




   Ir a milonguear era una ilusión que no creo que hoy los jóvenes tengan. Era… cómo te puedo decir… el tango era la falopa de la juventud. La milonga empezaba a las diez de la noche y ahí estábamos. ¡Y entrábamos como avalancha, eh!. Los sábados hasta las tres de la mañana. Y los domingos de ocho a una. No nos perdíamos una, ni con lluvia, trueno o relámpagos… 

   Es que era algo inexplicable lo que se sentía adentro. Por eso te digo que nuestra droga era el tango. Bailabas con rengos, con sucios, con piojosos… Los muchachos lo mismo. La cosa era ir a bailar. Todos los muchachos que bailaban conmigo, con mi hermana, con la barra nuestra, era raro que se tiraran un lance. Ellos tenían sus rebusques, esperaban a las últimas piezas y ahí sí sabían a quién sacar a bailar, pero no mezclaban.

   Yo no tenía una orquesta favorita. Pero como había bailarines de distintos estilos, cuando tocaban Pugliese buscaba a un bailarín que bailaba bien Pugliese. Tocaba D'Arienzo y había uno que te tiraba muchos pasos. Tanturi, Caló, Di Sarli, Troilo. ¿Quién no bailaba con esas orquestas? Vos ibas, no sabías bailar y al mes aprendías y ya bailabas porque el ritmo se te metía por los poros.

lunes, 6 de enero de 2025

Mensaje de la ACADEMIA NACIONAL DEL TANGO

    

   Mensaje de la Academia Nacional del Tango, nombrándome Académico del Tango en Madrid. Otorgado en Diciembre de 2023.

                  





      



Aquellas letras de Tango...

    "Café La Humedad, billar y reunión... sábado con trampas. ¡Qué linda función! Yo simplemente te agradezco las poesías que la escuela de las noches le enseñaron a mis días". Cacho Castaña.

    "Remotos bandoneones despliegan en la noche sus pájaros de brumas. Y un coro de fantasmas que gritan en las sombras preguntan y preguntan, preguntan por qué lloro, preguntan por qué canto, por qué no la maldigo, por qué la quise tanto... tanto...". Rodolfo M. Taboada. 

   "Me achica el corazón salir del corralón, porque me sé perdido. Me tienta la ilusión que ofrece el bodegón, en su copa de olvido. Caña en la pena...llama que me abrasa,  mal que no remedia, pena que se agranda. Siempre lo mismo... Voy para olvidarla y entre caña y caña la recuerdo más...". Carlos Bahr.

   "Volvió esa noche, nunca lo olvido, con la mirada triste y sin luz, y tuve miedo de aquel espectro que fue locura en mi juventud. Se fue en silencio, sin un reproche, busqué un espejo y me quise mirar: había en mi frente tantos inviernos que también ella tuvo piedad...". Alfredo Le Pera.

                                    



   "Muchachos, comienza la ronda que el tango invita a formar. ¿Quién, al oir el arranque de un son tan brillante, no sale a bailar? Y así enredar su emoción a esta canción que en nuestras almas se ahonda. Muchachos, comienza la ronda... Vayan pasando al salón....". Leopoldo Díaz Vélez.

   "Contame tu condena, decime tu fracaso, ¿no ves la pena que me ha herido?. Y hablemos simplemente de aquel amor ausente como un retazo del olvido...¡Ya sé que me hacés daño! ¡Ya sé que te lastimo diciendo mi sermón de vino! Pero es el viejo amor que tiembla, bandoneón, y busca en un licor que aturda. la curda que al final termine la función ¡corriéndole un telón al corazón!". Cátulo Castillo.

  "Callejón...Callejón lejano... lejano... Íbamos perdidos de la mano bajo un cielo de verano soñando en vano...". Héctor Marcó. 

   "Vos fuiste el rey del bailongo en lo de Laura y La Vasca...¡Había que ver las churrascas cómo soñaban tras tuyo! ¡Alzaba cada murmullo tu taconear compadrón, que era como flor de yuyo que embrujaba el corazón!..." Mario Battistella.

   "¡Qué ganas de llorar en esta tarde gris! En su repiquetear la lluvia habla de tí... Remordimiento de saber que por mi culpa, nunca, vida, nunca te veré. Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer, temblando, al implorar de nuevo mi querer... ¡Y hoy es tu voz que vuelve a mí en esta tarde gris!". José María Contursi.

  "¡Qué noche llena de hastío y de frío! El viento trae un extraño lamento. Parece un pozo de sombras la noche y yo en la sombra camino muy lento. Mientras tanto la garúa se acentúa con sus púas en mi corazón..." Enrrique Cadícamo.

   "En la tarde que en sombras se moría, buenamente nos dimos el adiós; mi tristeza profunda no veías y al marcharte sonreíamos los dos. Y la desolación, mirándote partir, quebraba de emoción mi pobre voz... El sueño más feliz, moría en el adiós y el cielo para mí se obscureció."... Virgilio San Clemente.

   "San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido, Pompeya y al llegar al terraplén, tus veinte años temblando de cariño bajo el beso que entonces te robé... Nostalgia de las cosas que han pasado, arena que la vida se llevó, pesadumbre de barrios que han cambiado y amargura del sueño que murió". Homero Manzi.

   "Si la vida es el infierno y el honrao vive entre lágrimas, ¿cuál es el bien...del que lucha en nombre tuyo, limpio, puro?... ¿para qué?... Si hoy la infamia da el sendero y el amor mata en tu nombre, ¡Dios!, lo que has besao...El seguirte es dar ventajay el amarte sucumbir al mal". Enrique Santos Discépolo.

   "Nada, nada queda en tu casa natal... Sólo telarañas que teje el yuyal. El rosal tampoco existe y es seguro que se ha muerto al irte tú... ¡Todo es una cruz! Nada, nada más que tristeza y quietud. Nadie que me diga si vives aún... ¿Donde estás para decirte que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor?". Horacio Sanguinetti.

   "No sé que rumbos tomarán mis pasos, lejos de esta tierra me lleva el destino, yo tengo en el alma penas y fracasos que olvidar quisiera por algún camino. Y si entre las brumas espesas de Londres o en la algarabía infernal de Nueva York, arranque esa pena que siempre se esconde, adiós Buenos Aires, amigos adiós.". Leopoldo Torres Ríos.