Entró con paso firme entre los integrantes de la generación de 1910, luego de haber comenzado con la guitarra pero estudiando luego a fondo el bandoneón en un Conservatorio de su barrio. Tocó en fiestas familiares, en cafés de la zona pasando a continuación el platito y en el año 1924, la popularísima revista Caras y caretas, lo destaca entre varios bandoneonistas de postín, como una de las grandes promesas del instrumento.
Destacaría en orquestas como las de Roberto Firpo y Julio De Caro, nada menos. En la de Firpo hacía yunta con Juan Bautista Guido, "El lecherito" de Parque Patricios. y también formaban allí figuras de la talla de los violinistas Elvino Vardaro y Cayetano Puglisi y el contrabajista Ángel Corletto.
Miguel Orlando de pie. Debajo Minotto y Juan Canaro |
Para los grandes festejos carnestolendos de ese año veinticuatro, lo convocaría Julio De Caro, integrándose en una gran orquesta que tocaría en el Confitería L'Aiglon de la calle Florida. La increíble fila de bandoneones estaba formada por ocho nenes de primera: Pedro Maffia, Luis Petrucelli, Ricardo Brignolo, Miguel Orlando, Luis Minervini, Ángel Danesi, Luis D'Abraccio y Nicolás Primiani.
Y no menos geniales eran los violines de Julio De Caro, Manlio Francia, Agesilao Ferrazzano o Antonio Arcieri. Una orquesta gigante que contaba con dos pianos, al frente de los cuales estaban Francisco De Caro y Roberto Goyheneche (que moriría al año siguiente con apenas 27 años). En contrabajo estaban el Negro Leopoldo Thompson y Olindo Sinibaldi.
Orquesta de Francisco Canaro en el Florida de París. |
Miguel Orlando pegó el salto rápidamente y una temporada después formaba su propio conjunto para actuar en el Maipú Pigall de Maipú y Corrientes. Alineó en la misma a Juan Bautista Guido a su lado otra vez; a Elvino Vardaro, Cayetano Puglisi, Rodolfo Biagi y el contrabajista Hugo Baralis (padre del que arrancaría con Aníbal Troilo en el Marabú).
Con su nombre ya saludado por los colegas, Francisco Canaro lo llamó y viajó a Francia. Pirincho había sido contratado por un empresario norteamericano de dancings y teatros para tocar en el Club Mirador de Nueva York, de la Séptima avenida. Entonces debió reforzar la orquesta que dejaba en París al mando de su hermano Rafael, que actuaba todas las noches en el Florida Dancing. Y para ello, llegaron de Buenos Aires, Lucio Demare, Miguel Orlando y otros músicos.
En sus Memorias, Francisco Canaro cuenta irónicamente sobre Orlando: "Cuando llegó a París no le gustó en absoluto y quería volverse enseguida a Buenos Aires. Y después resultó que se quedó veinte años en la capital francesa". Esa orquesta la integraban: Miguel Orlando, Ricardo González y Pedro Polito en fueyes: Agesilao Ferrazzano, Domingo Demare (padre de Lucio), y dos franceses, en violines; Lucio Demare al piano y Rafael Canaro dirigiendo y tocando el serrucho.
Ya instalado y gozando las mieles de París, Orlando formó su propia orquesta que tallaría fuerte en lujosos cabarés parisinos como Lido, La coupole, y grabaría discos, además de viajar a otros lugares de Francia y Europa con su orquesta. El que sería famoso tenor Tino Rossi, todavía joven, se incorporó al conjunto y Miguel Orlando no regresaría a su Buenos Aires querido hasta el año 1946. Fallecería en 1955.
Y los invito a calibrar el nivel de su orquesta, en dos grabaciones realizadas en Francia. El tango de Vicente Greco La viruta, en primer término, realizado en 1941. A continuación el tango de Alfredo Le Pera y Enrique Santos Discépolo: Carillón de la Merced, que canta Roberto Maida.
15- La viruta - Miguel Orlando
Miguel Orlando- R. Maida - Carillón de la Merced