martes, 4 de julio de 2017

Bien milonga

                              Tango que sos un encanto
                               de quien escucha tus sones,
                               tango que atraes corazones,
                               con tus dulces cantos
                               y tus bandoneones.
                               Sos de cuna humilde,
                               y has paseado el universo,
                               sin más protocolo,
                               que tu música y tus versos



Martes a la noche, Madrid, un sitio para despuntar el vicio de bailar el tango, y BIEN MILONGA nos acoge en su refugio para recibir la madrugada con la sensación de haber pasado una noche entrañable. La Casa de Aragón, en la capital española, justo frente a la hermosa Plaza de los delfines, es el sitio escogido y apreciado. Allí escuchamos música milonguera al mango y la pista de madera es el lugar donde trazamos nuestros dibujos, nuestras ansias bailables y todo el sentimiento que nos desborda.

 Es la magia del tango que nos convoca y nos imanta. Y el tiempo vuela. Por eso es bueno estar en el arranque y no perdernos ninguna tanda. Cada orquesta, cada tema, la música, la poesía, los integrantes de cada orquesta, los arregladores, los cantores, los instrumentos, rezuman las épocas gloriosas e imbatibles que ha tenido el tango, y bailar esos temas nos sumerge de pronto en un pasado glorioso que ha vuelto con toda la fuerza y la polenta que encierran aquellas grabaciones del 40/50.

                              



Ya sabés que los días de milonga me gusta yirar por distintas pistas de este problematizado planeta, para mostrarte cómo sienten y bailan el tango en distintos festivales y encuentros. La atención de los espectadores, ver cómo disfrutan lo que están viendo, sus ganas de entrar en la pista, es el espejo que demuestra la atracción de esta danza y su influencia mágica.

Arranco hoy en  la milonga Tango amor, de Estocolmo-Suecia, con la pareja radicada en Escandinavia, que integran Anna Sol y Aldo Velasquez. En este caso, bailan el tango Tal vez será su voz, por la orquesta de Lucio Demare, cantando Raúl Berón.


                                              

 Me voy ahora a Berlín, y me planto en la milonga: Nou tango. En este caso son Marie-Anne Morin y Özgür Karahan que se mandan con: No hay tierra como la mía. Milonga que interpreta la orquesta de Francisco Canaro con la voz de Ernesto Famá.

                                         


Y para cerrar esta panoplia de exhibiciones, me traslado a Gante -Bélgica-, donde la pareja integrada por Laura D'Anna y Sebastián Acosta, bailan el tango Trasnochando. Lo ejecuta la orquesta típica El afronte y canta Marco Bellini.

                                          
                                             


Y a las 21 horas comenza Bien Milonga... ¿Te la vas a perder?                              

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