viernes, 13 de mayo de 2016

Aquellas orquestas

Pedro Maffia
... y aquellos tangos. Época linda de los años treinta, cuando se llenaban los cafés del centro de Buenos Aires para ver y escuchar en vivo a las grandes formaciones de aquellos tiempos. Los músicos pasaban de una a otra orquesta según le fuera en los trabajos, para las giras, grabaciones o actuaciones diversas. Las figuras señeras del momento recibían verdaderas ovaciones, y el calor de los porteños que tenían a sus ídolos tangueros. Como seguirá sucediendo en los cuarenta o cincuenta con las modernas orquestas que seguirían la estela de las anteriores y sus integrantes se habían fogueado -al menos los directores-, en las formaciones que habían hecho escuela.

                                                 
Hoy estoy escuchando grabaciones de conjuntos de los años treinta y es fácil advertir que cada uno de ellos tenía su fisonomía propia, un color adecuado a las ideas musicales de su director. Los arreglos contenían precisamente el espíritu de esos músicos que habían fogoneado en la fragua de los años anteriores y así el tango fue consiguiendo sus formas, su espíritu, sazonado con la formación de los que fueron emergiendo a la sombra de las grandes figuras y espíritu de los fundadores.

Pedro Maffia fue uno de los grandes de la historia del tango.Su paso por el sexteto de Julio De Caro, había sido todo un aldabonazo para quienes bucearían en la horma de su escuela bandoneonística y sus características tan especiales. El musicólogo Luis Adolfo Sierra aseguraba que Maffia había sido el creador de los matices afiligranados, los efectos pianissimos  y la tendencia a ligar las notas.

                                                 
El Septeto de Pedro Maffia (1929-1930)


Cuando se independizó del conjunto de De Caro, tuvo varias formaciones que fueron seguidas y aplaudidas por los aficionados, hinchas, y también por los jóvenes músicos que se asomaban para aprender de aquellos próceres del tango. Hoy, por ejemplo, he escogido un tema que grabó con el septeto que, bajo sus órdenes, formaban: Antonio Rodio y Emilio Puglisi en violines, Eduardo Scalise en piano, Nerón Ferrazzano en cello, Francisco De Lorenzo en bajo y Gabriel Clausi y Pedro Maffia en bandoneones.

Otra formación que me gusta por la fuerza que tiene y la belleza que transmite el bandoneón de su director: Ciriaco Ortiz, es la de Los Provincianos. Este cordobés jocundo que trascendió no sólo por su manejo expresivo, único, diferente del fueye, sino también por los chistes que se gastó en el ambiente. Fue uno de más altos exponentes que tuvo el  bandoenón como intérprete.

Pichuco, que coincidió con él en su orquesta, no tuvo reparos en confesar que "Ciriaco es único, con esa manera de frasear tan típica, ese sonido inconfundible y estando a su lado supe valorarlo. Y sinceramente creo que algo me dejó". Hijo de músico, allá en su Córdoba natal, donde su padre tenía además un boliche que era pura bohemia y cita obligada de todos los que pasaban por allí.

Con apenas 15 años Ciriaquito ya dirigía una orquesta que actuaba en romerías o cafés de la zona. Por allí tocó incluso con músicos como Cobián o con Firpo, en cuya orquesta tañía el fueye Pedrito Maffia, a su paso por Córdoba. Alternó con el dúo Gardel-Razzano y sería el pianista Nicolás Vaccaro quien entrevió sus grandes condiciones y se lo llevó a Buenos Aires, alojándolo en su casa y presentándolo a Juan Carlos Bazán que lo hizo debutar con su orquesta en el Club Pueyrredón, de Mar del Plata.

La RCA Victor lo incorporará a su plantel de músicos para grabar discos y a la vez forma un conjunto que actúa en el cine Gaumont. En 1931, se forma la orquesta Los Provincianos, que graba para la Victor y que nunca actuaría en público. La conforman inicialmente Elvino Vardaro y Manuel Núñez en violines, Orlando Carabelli al piano, Manfredo Liberatore en el bajo y Ciriaco Ortiz y un jovencito Aníbal Troilo en bandoneones, bajo la dirección de Ciriaco. Desfilarían numerosos músicos en la formación, como Orlando Goñi, Enrique Arroyuelo, Nicolás Pepe, Holgado Barrios y otros.

                                     
Una formación  de Los Provincianos. Pîchuco está junto a Ciriaco


De estos genios que hoy traigo a la palestra, he seleccionado un tema de cada uno de ellos. Pedro Maffia nos muestra todo su estilo en el tango de Enrique y Carlos Saborido: Angustia. Lo grabó con el septeto en 1930. Y Ciriaco Ortiz al frente de Los Provincianos, nos aporta Una mirada, de J. Martianich y Víctor Soliño, que canta Carlos Lafuente y lo grabaron el 1 de agosto de 1933.

Pedro Maffia - Angustia

Los Provincianos - Ciriaco Ortiz- Una mirada

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