martes, 15 de noviembre de 2022

El contrabajo en el tango

    Instrumento de cuatro cuerdas - también denominado violín- a frotación de arco. Es el de mayor tamaño y más grave sonoridad en la familia de su género. De limitadas posibilidades solistas, es la base incuestionable de toda formación instrumental de cuerdas y de orquestas de todas las estructuras tímbricas y numéricas. 

   Su aparición en el tango no fue inicial; sobrevino en las orquestas típicas cuando la incorporación del piano y de las dos voces de violines y de bandoneones pidieron un apoyo rítmico, que en principio - transitoriamente- aportó la batería pero que en definitiva fue confiado a su grave cordal por una mayor adaptabilidad al temperamento musical del tango. 

                                

Kicho Díaz en el  quinteto Nuevo Tango de Piazzolla - Año 1962

   Roberto Firpo y Francisco Canaro sistematizaron su utilización en los conjuntos; y fue Ruperto Leopoldo Thompson el primer contrabajista del tango. Varios guitarristas -Luis Bernstein, Rafael Canaro, Rodolfo Duclós y el anteriormente nombrado- adoptaron el contrabajo, difundéndose su utilización también con el aporte de ejecutantes de orquestas sinfónicas como Olindo Sinibaldi, Carmelo Mutarelli, Enrique y Adolfo Krauss, Humberto Constanzo, Manfredo Liberatore, Hugo Baralis, Juan Puglisi, Francisco Vitali y Ausonio Pisani.

   Su mayor ejecutante en la perfecta concurrencia del dominio técnico, de la calidad de interpretación y de la gran fuerza de expresión, ha sido Kicho Díaz cuya labor con las orquestas de Aníbal Troilo y de Astor Piazzolla pueden tomarse como modelo en su género. Otras figuras descollantes en ése o en otros estilos y en diversas épocas  son Aniceto Rossi, Hamlet Greco, José Díaz, Vicente Sciarreta, Alcides Rossi, Néstor Casco, Rafael Del Bagno, Omar Murtagh y Héctor Console. 

                               

Aniceto Rossi, izquierda., en la orquesta de OsvaldoPugliese

   Al margen de su tratamiento instrumental ortodoxo, de fuente técnica europea, ha sido empleado en el tango como instrumento de percusión mediante el golpeado de su caja armónica con la palma de la mano o de las cuatro cuerdas con el arco ("tocar con leño") particularmente en los pasajes canyengues. Se le ha servido con una escritura cuya evolución se debe al talento de los arregladores y de algunos directores.

   Ha tomado papel de solista en ciertas ocasiones como en Tierra querida (en pizzicati, conforme a la versión de Osvaldo Pugliese, disco Odeón), en Contrabajeando (en pizzicati y con arco en pasajes cantables, con arreglo a las versiones de Troilo, disco T.K., Piazzolla, disco Victor y Sexteto Mayor, disco Odeón)

Horacio Ferrer


   Y aprovechando esta perfecta definición del contrabajo y su influencia musical dentro del tango realizada por Horacio Ferrer, es algo fundamental adentrarnos en la historia de este iniciático contrabajista del género,  que fue Ruperto Leopoldo Thompson, nacido en 1890 y que fallecería el  21 de agosto de 1925, muy joven aun y en plena ebullición. 

   Como guitarrista militaría en el conjunto de Eduardo Arolas que actuaba en el Café La Buseca, del barrio de Barracas y en La Turca, de la Boca. También integró el cuarteto criollo La armonía, junto a Manuel Firpo (bandoneón), José Bonano (violín), Carlos Macchi (flauta). Con este conjunto llegarían al disco.                 

El Negro Thompson
                                

   Con su contrabajo a cuestas milita en la orquesta de Roberto Firpo, en la de Francisco Canaro que lo recibe con enorme satisfacción.  También demuestra su excelente manejo e instrumento junto a tres próceres del tango:  Eduardo Arolas, Julio De Caro y Juan Carlos Cobián. en un "Cuarteto de Maestros" Para los carnavales de 1917, en Rosario, se unieron las orquestas de Firpo y Canaro, con Thompson como contrabajista.  En 1919 está otra vez junto a Arolas y su Sexteto. 

   Pasa por varios conjuntos entre los años 1920 y 1924, cuando comienza a tener problemas de salud. Estará en un cuarteto con Eduardo Bianco, Casiano López y Mario Brugni con los que actúa en Córdoba. En 1922, lo convoca Osvaldo Fresedo para su sexteto. Al año siguiente forma en el de Juan Carlos Cobián y en 1924, se alista en en el Sexteto de Julio De Caro.

   Precisamente De Caro en una larga entrevista que le hice en mi programa radial me decía sobre Thompson: "Era rápido como el rayo. Un aluvión que metía saltellatos en el arco, pizzicattos, glizzatos, candombes y demás fiorituras, ya fuese, pasar su mano por la tapa trasera del contrabajo, de arriba abajo o viceversa, en efectos muy especiales, metamorfoseando el instrumento tal cual un tamboril, al golpearlo, emitiendo éste diversas tonalidades opacas". 

                          

La orquesta de Francisco Canaro en 1916. Pirincho está junto a Thompson

    Sufrió un serio problema hepático, estuvo internado y los médicos no pudieron salvarle la vida. falleció con apenas 36 años, en plena juventud y recordándonos el calibre de su sentido rítmico. Creó efectos especiales que entrarían a formar parte de los recursos de sus sucesores. Y no solo los golpes en las cuerdas sino incluso en la caja. 

   Por todo ello, el Negro Thompson, como le llamaban en el ambiente, dado su origen, dejó un recuerdo especial y una escuela importante para sus sucesores en el manejo del contrabajo. Por ello es importante recordarlo, por todo lo que aportó y lo que significó en el tango. Compuso algunos temas como Tren de farra, Pierna'e palo,  El consultorio, Buen viaje y otros.

   

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