jueves, 19 de mayo de 2022

Mocosita

      1926. De vuelta en Montevideo y a la barra de amigos. Algunos habían seguido estudiando, se habían recibido y habían desertado. Otros seguían al firme... ¿Para qué preocuparnos de la vida? Hay que dejarla deslizarse... Mañana lloraremos igual el tiempo ido, la juventud que se fue para no volver... Entretanto vivíamos lo más alegremente posible.

   Montevideo había crecido, se había puesto pantalones largos y tenía un nuevo cabaret, haciéndole la competencia al Moulin Rouge. El "Royal Pigall"  se llamaba y se levantaba sobre las ruinas de un famoso tambo, cerrado por el Municipio junto con todos los demás tambos que estaban ubicados dentro de la ciudad.

                                       

Gerardo Matos Rodríguez

   Yo no faltaba jamás a las tertulias de cada noche. La concurrencia era de lo más heterogénea y no había despedida de soltero o festejo de algún acierto en el hipódromo de Maroñas que no se hiciese allí. Pero nosotros éramos habitués, La "barra ateniense", nos autodenominábamos. Nos querían mucho. 

   No por lo que pudiera ganar el dueño con nosotros, sino por el buen humor, el ingenio para divertirnos con poca plata, la desfachatez y la simpatía.Más vale caer en gracia que ser gracioso... dicen. El dueño, de apellido Visconti, nos servía los copetines a mitad de precio de artista: nos cobraba exactamente la mitad.

   Fue a mi vuelta de Europa que compuse Mocosita, inspirado en esas veladas y especialmente en una buena amiga, alegre y generosa, que las compartía con nosotros. Víctor Soliño, uno de los de la barra, le escribió una letra preciosa. Tiene emoción y tiene ternura. Me gusta.

                                   


   Mocosita se estrenó en el Teatro Odeón (que tiempo después fue el Royal), cantado por Pepita Cantero. Era parte de una revista desopilante: "Seguí Pancho por la vía", escrita por Roberto Fontaina y por Víctor Soliño, dos atenienses de pura cepa. 

   La noche del estreno no había una sola butaca disponible. Se ve que el agotamiento o la emoción que le produjo el éxito fueron demasiado para Pepita. A los dos días hubo que transformar a "Mocosita" en "Mocosito" y dejar que lo cantara Luisito Viapiana.

Gerardo Matos Rodríguez 

(Del libro: Yo Matos Rodríguez), por Rosario Infantozzi Durán, descendiente del autor de "La cumparsita")

   Carlos Gardel lo grabó en ese año 1926, acompañado por las guitarras de José Ricardo y Guillermo Barbieri. Alfredo De Angelis con su cantor Carlos Dante, le dieron nueva vida al estrenarlo en el Glostora Tango Club y grabarlo con gran éxito, el el 29 de abril de1949. Lo escuchamos:

                                      


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