jueves, 9 de abril de 2020

Mi noche triste

Todos los amantes del género conocen este tango que arranca con ese octosílabo impactante: "Percanta que me amuraste".  Y saben que su autor fue el chivilcoyano Pascual Contursi, padre del Catunga, que heredó su pluma poética, dándole otro vuelo distinto. Prácticamente Mi noche triste, fue el primer tango cantado. Su autor se lo sacó de la manga, acoplándolo sobre la música del tango instrumental  Lita, del pianista Samuel Castriota. Sin que éste tuviera la menor idea del tema, dado que lo estrenó en 1917, acompañándose con la guitarra en el cabaret montevideano del padre de Gerardo Matos Rodríguez.

Mucho se ha escrito sobre la invención y la audacia de Contursi, poniéndole versos a un tango como el citado. Pero vale la pena volver sobre aquellas circunstancias que envolvieron esta creación que sería parte de la masa con que se diseñarían las inmediatas letras del tango. El tango fue cantado en el desaparecido teatro Buenos Aires por la cancionista/actriz Manolita Poli. Ocurrió en el transcurso de la obra "Los dientes del perro", de José González Castillo y Alberto Weisbach, que estrenara la compañía teatral Muiño-Alippi.

                               

Carlos Gardel lo había cantado en el Teatro Esmeralda y fue necesaria una entente porque Castriota  en principio no quería saber nada,  hasta que llegaron a un acuerdo. Se afirmó que Gardel y Razzano le cambiaron el título original del músico por el de Mi noche triste, y el gran cantor llevó por primera vez un tango al disco. Fue éste, el 9 de abril de 1917.

José María Contursi, en una entrevista que le hiciera la escritora  Noemí Ulla, y que publicara en su libro "Tango reflexión y nostalgia", comenta el estreno en la obra "Los dientes del perro"-
-Eso fue en 1918. El tango de mi padre incluido a último momento, levanta la obra y le digo que mucha gente  iba a ver la obra después, para escuchar el tango. Le cuento una anécdota: Había dos muchachitos que estaban siempre en la puerta del teatro y que se llamaban Negro y Blanco. Aunque parezca mentira, estos dos chicos empezaron a vender la letra impresa del tango a 10 centavos la hoja y sacaron bastante plata en ese entonces.

Pascual Contursi ya se había atrevido con otros tangos, metiéndole versos por su cuenta, ya desde 1915. Entre otros, a La biblioteca, de Berto, Champagne tango de Manuel Aróztegui, La guitarrita de Arolas, El flete de Vicente Greco.  A fines de 1916, el propio Contursi cantaría por primera vez su creación de Mi noche triste en el cabaret Moulin Rouge de Papá Matos. Justo coincidiría el invento con la subida vertiginosa de Carlos Gardel en el aprecio del público y su interpretación de estos versos acompañado por la guitarra del Negro José Ricardo.

                               
Pascual Contursi

El tango había encontrado su veta poética y así se completaría el tríptico de: Música, danza y versos. Gardel le da el tono justo, la intención dramática y la interpretación  de ese chamuyo lunfardo que hallaría grandes creadores como Celedonio Flores, todo un maestro de estas pinturas barriales. Pero Mi noche triste es el que señala el camino, a partir de su estreno, la piedra angular del tango cantado.

Jose María Contursi, en una carta dirigida al doctor Luis Sierra, ilumina más toda la creación inicial de su padre, el tango que abrió la puerta a los grandes poetas del género y que lo encontraría también a él entre los más destacados. Entre otras cosas menciona a Gardel y cuenta:

-Meses después del fallecimiento de mi padre, me encontré una noche con Gardel en la confitería "Las Violetas", en Rivadavia y Medrano. Era ya pasada la medianoche y él volvía de una actuación en el cine Río de la Plata. Estaba sentado con su apoderado, Defino. Al verme, me invitó a su lado, y luego de preguntarme cómo iban mis cosas me dijo:

-¡Pobre tu viejo! Vos sabés que con él éramos amigos de la milonga... - y me contó la siguiente anécdota, que es la que interesa y hace a la cuestión.´

-Hacía unos años que no lo veía a Pascual, que se había encariñado con Montevideo. Un buen día apareció tu viejo en Buenos aires y vino a verme. Me pidió la viola y me dijo:
-Te voy a hacer escuchar un tango...
-¿Un tango?, le pregunté sorprendido...
-Sí, es de un muchacho uruguayo que me lo pasó en el Royal.

Me gustó tanto que me lo aprendí enseguida. Cuando lo cantaba ante mis amigos, se entusiasmaban, pero no me animaba a cantarlo en público, hasta que me largué con un poco de miedo en el Esmeralda con el éxito que vos sabés. ¡Recién me enteré que Pascual era el autor!

-Yo lo escuchaba emocionado, por eso recuerdo casi textualmente su narración. ¡Era Gardel! El hombre que en 1928, desde París envió un telegrama avisando que mi padre había perdido la razón...

                                       
Para cerrar esta historia podemos escuchar la segunda versión que grabó Gardel de Mi noche triste, el 24 de abril de 1930, acompañado por sus guitarristas Barbieri, Aguilar y Riverol.

                                 

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