viernes, 1 de mayo de 2015

Enrique Alessio

Hoy quiero ocuparme de este excelente bandoneonista, compositor y director, que pasó con su fueye por dos orquestas tan disímiles como las de Osvaldo Pugliese, en su arranque, y la de Juan D'Arienzo, donde debió suceder a un fenómeno del instrumento que parecía tener 20 dedos: Héctor Varela. Y tanto en una como en otra formación aquilató sus méritos de músico muy bien formado, capaz de ahormarse del mismo modo en orquestas de tal calibre, dejando en ambas su sello de bandoneón de fuste. Había estudiado con Alejandro Junnissi y su talento hizo el resto.

Sus compañeros dieron fe de su gran capacidad de adaptación y capacidad. Osvaldo Ruggiero, que era un jovencito de 17 años confesaría luego que aunque Alessio apenas le llevaba cuatro años de ventaja, apenas, cuando formaron juntos en la primera orquesta de Pugliese (la que siempre añoró el maestro), se fijó mucho en la forma cómo Alessio se adaptaba a lo que pedía Pugliese y era elemento fundamental en aquella formación que arrancó en 1939, donde fungían como fueyes, Alessio -también en carácter de arreglador- Ruggiero y Luis Palito Bonnat, con quien el primero hiciera dúo de bandoneones en algunos programas radiales.

                                              
Enrique Alessio

Y cuando Varela se fue de la orquesta de D'Arienzo para formar rancho propio -y muy exitoso-, fue el propio Carlitos Lazzari quien lo recomendó al Rey del compás para convocar a Alessio como primer bandoneón y arreglador. Una prueba harto exigente por todo lo que suponía reemplazar al flaco Varela que estaba tan consustanciado con el formato musical de D'Arienzo.

No solamente en estas dos grandes orquestas dejaría su sello. El triunfante Alberto Castillo que vendía discos a lo loco y producía unos bordereaux fabulosos en todos los lugares donde actuaba, lo llama para suceder a Emilio Balcarce que era entonces director de la orquesta que lo acompañaba. Acá sería director de la orquesta y arreglador. Lo cierto es que sonaba muy bien el conjunto y además, con Eduardo del Piano y Elisardo Martínez Vilas, compusieron el tango Se lustra señor, que fue todo un éxito en la voz cancheraza del Cabezón de Mataderos.

                           
Cuando dirigía la orquesta de Alberto Castillo. Es el primero a la izq. de Castillo


A continuación salta a la orquesta que acompañaba a Alberto Marino,  sucediendo a Emilio Balcarce otra vez, que marcharía un año más tarde hacia de punto de partida de Alessio: la orquesta de Osvaldo Pugliese. Esto ocurre en el año 1948, y Marino estaba en su apogeo después de su consagración en el conjunto de Aníbal Troilo. Tenía muchos contratos para sus actuaciones y la venta de discos era incesante. Las orquestaciones y dirección de Alessio le acompañaron acertadamente.

D'Arienzo con sus fueye Junnissi, Lazzari y Alessio

Este muchacho del barrio de Villa Crespo, con sus jopos engominados pasaría entonces por la orquesta de Juan D'Arienzo en 1950, como cité más arriba y no sólo es primer bandoneón y arreglador sino que además escribe una serie de temas que con el Rey del compás harían roncha: Andate con tu mamá (con Lazzari yMario Álvarez); Cantemos corazón con Reinaldo Yiso que graba Libertad Lamarque con D'Arienzo); Un vals para mamá, El hipo, Y no puedo comprender. Mi amor y tu amor, Palabras amargas, Te odio y te quiero, Nosotros, Papá, Pero te sigo queriendo, todos con Reinaldo Yiso. El vals Porque tú me lo pides, con Alberto Echagüe y Fulvio Salamanca. En el cielo con Enriue Lary. Y con Carlos Lazzari hicieron un hermoso tango instrumental: Julie, que grabaron las orquestas de D'Arienzo y Pugliese. La versión de Osvaldo Pugliese es una exquisitez.

                                           
                                     
Osmar Maderna, Ignacio Rolón, José Basso y Enrique Alessio


En 1957, Enrique Alessio volverá tener orquesta propia, con el cantor  José Berón, el hermano de Raúl que tenía un registro de voz muy parecido a éste. Y deja una serie de registros en Odeón, donde muestra toda su categoría. Alessio fallecería en Mar del Plata, donde se había radicado, después de recibir merecidos homenajes en la ciudad de Buenos Aires y en la propia ciudad balnearia. Y no fue casualidad que sus segundos en las orquestas de Pugliese, D'Arienzo y en la de Castillo (Ruggiero, Condercuri, Lazzari), hayan sido luego muy buenos primeros en esos conjuntos.

   
   














Para comprobar el calibre de sus orquestas, las traigo con el tango de Eduardo Arolas. Catamarca, que registró el 17 de mayo de 1950. Y a continuación, cantando José Berón, el tango del propio Alessio, José Berón y Enrique Lary: Por las calles del tango, registrado el 12 de junio de 1962.


Catamarca - Enrique Alessio

Enrique Alessio- José Berón - Por las calles del tango


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