viernes, 24 de octubre de 2014

José Basso-Floreal Ruiz

Construyeron juntos una hermosa etapa, de la cual quedó el fruto de cuarenta grabaciones, en las cuales se puede apreciar, tanto el talento pianístico y de dirección por parte de Basso, como la voz inconfundible, creadora, fraseadora y con esa gama de matices que sabía aplicar el Tata a cada tema, ya fuese de envergadura sentimental o dramática. Fue  sin duda uno de los más grandes en el canto.

Así lo reconocieron muchos de sus contemporáneos y el propio Goyeneche que lo tuvo de modelo, junto a Gardel y Rufino. Floreal -nombre que le puso su padre anarquista-, cantó desde chico y con su amigo desde niños, el que luego sería famoso como Hugo del Carril, animaron muchas noches de serenatas y fiestas, en su barrio de Flores. Debutaría profesionalmente con la orquesta de José Otero.

                                       
Alfredo Belussi, José Basso y Floreal Ruiz en 1957.


No tengo nada que ver con ese músico, pero sí con mi amigo del barrio, Piraña, como le conocimos los pibes más chicos cuando era el arquero del equipo de los mayores. Con los años nos fuimos perdiendo y al final terminamos comiendo asados en una quinta de Haedo, de un amigo común, en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires.  Floreal Ruiz, en su final, durmió un tiempo en el bulín de Piraña que lo acompañó hasta la muerte. Osvaldo Pugliese y su hija, Beba que le dedicó un tango a Pirañeta, como le llamaba el maestro de Villa Crespo, también fueron muy amigos de él. Piraña me contaría muchas cosas de la vida de Floreal, sobre todo de lo mal que lo pasó en su última etapa.

José Basso dió la gran campanada cuando fue llamado por Aníbal Troilo para su triunfante formación, con la tarea de  reemplazar nada menos que al Pulpo Orlando Goñi, lo que parecía una sucesión muy difícil de sobrellevar. A todo ésto Pichuco lo había observado atentamente con su oído privilegiado, cuando  actuaban las grandes orquestas en el desafío de Ronda de ases, y Pepe Basso ocupaba el sillón del piano en la orquesta de Alberto Soifer, que tocaba en los intervalos.

                                               


Fue, seguramente quien mejor interpretó aquel estilo que dejó sentado Goñi, aunque lógicamente Troilo ya buscaba otros horizontes, entraban nuevos cantores y cambiaban algunos músicos. Sobre todo la llegada de Alberto Marino y Floreal Ruiz, y el alejamiento de Fiorentino -una baraja ganadora-, también influyeron en los nuevos destinos de la orquesta de Pichuco, aunque continuó su carrera ascendente hacia la idolatría de los porteños, sin prisa y sin pausa..

Basso, se separa de Troilo en 1947, luego de cuatro años de grandes halagos artísticos, para formar su propia orquesta, que arrancó ganando. De entrada tiene sitio en la radio, graba de inmediato con sus primeros cantores, Ortega del Cerro y Fiorentino, y anima bailes con enorme tirón. Recuerdo unos carnavales en el Centro Lucense de Olivos, al que acudimos una noche con amigos de la barra y en los que estaba precisamente José Basso con la orquesta en su apogeo.

                                           


Hoy estuve escuchando temas de esta orquesta con Floreal y extraigo, dos que no son nada del otro mundo, pero a los que ellos saben cómo sacarle lustre. Se trata en primer término, del tango de Alejandro Romay y Roberto Rufino: En el lago azul, grabado el 9 de marzo de 1959. La orquesta realiza una gran creación y sobre todo -algo que acostumbraba mucho  Basso- introduce en la segunda parte una adaptación del vals número 9 de Chopin.

Y también podemos escuchar a la dupla en el tango de José Basso, Floreal Ruiz y Ángel Cabral: Tu beso y nada más, grabado el 14 de abril de 1961. Curiosamente, el que clama por ese beso es el autor de la letra, Cabral consagrado por sus más de 200  tangos, valses peruanos y criollos y que fuera un bohemio inclaudicable hasta el final. Guitarrero, cantor, e anche piú. Precisamente este tango surgió durante un pucherete en el que participaban los tres autores.


Atenti.

08- En el lago azul . José Basso-Floreal Ruiz

013- Tu beso y nada más- Floreal Ruiz con José Basso.




2 comentarios:

  1. jose maria no sabia que floreal anduvo mal de ultimas,se por el hijo que faseaba mucho cuatro atados por dia .tu amigo piraña se apellidaba vizzini? porque segun florealito que es chiquito como yo fueron el y este hombre los que media hora antes de fallecer floreal le concedieron el ultimo deseo; UN PLATO DE ÑOQUIS saludos juan

    ResponderEliminar
  2. Piraña se llamaba Alfredo, lo conocía cuando yo era un chico y él era mayor y estaba en mi barrio. Todos le llamaron siempre por su apodo. Floreal estuvo durmiendo unos días en su bulín, porque andaba mal y Piraña lo cuidaba. Nos contó en un asado en la quinta de Armando Mareque (Técnico y futbolista), que murió en sus brazos. Estábamos en Haedo, y también concurrió Don Victorio Spinetto. Y Piraña contó que en un momento determinado Floreal le dijo: "Me voy Piraña..." Y se murió en sus brazos. Piraña era muy amigo de gente del ambiente y sobre todo de Osvaldo Pugliese y su hija Beba. Tengo muchas anécdotas con él. No era de decir pavadas ni vendía humo. Por eso lo respetaban todos.

    ResponderEliminar