sábado, 20 de septiembre de 2014

La Beba

Por algo estudió igual que su padre en el mismo piano Fóster alemán, regalo del abuelo Adolfo, y que hoy se exhibe como joya auténtica en "La casa del tango". En su libro, Beba Pugliese asegura que "la música es un bálsamo que nos hace revivir toda emoción, reflejando todos los estados de ánimo.  La música del tango es alegre, imaginativa, despliega todo tipo de matices, es descriptiva".

Hablo seguido con Beba porque es una mujer encantadora, con un bello sentido de la amistad. Y también aprovecho los regalitos fotográficos, recuerdos hermosos,  que nos deja en la Barra del Tango que capitanea Roberto Mancini, el que fuera gran cantor de Caló o De Angelis, entre otros. Acá la vemos en su 12ª cumpleaños junto a Papá Osvaldo y Mamá María Concepción.

                                                  


Primero quiso ser bailarina y estudió danzas clásicas. Luego le agarró el gustito al piano, y ver ensayar en su casa la orquesta de Don Osvaldo es un lujo increíble y emocionante. Lo describe muy bien en su libro, como la creación del tangazo Negracha, que mientras lo componía y ensayaba en el piano, le iba pidiendo a Beba su opinión sobre el mismo.También recuerda cuando iba con su primos y bailaban en el Club del barrio. En realidad estudió en serio y pudo ser pianista clásica, pero el tango la fue enganchando y suele darnos conciertos que son muy aplaudidos por la gente.

Algunas veces veraneaban en Mar del Plata. La orquesta de Pugliese cumplía algunos contratos veraniegos y de paso, aprovechaban la ocasión y disfrutaban de la playa, como se ve en este registro fotográfico, en que el maestro está con Beba y su nieta María Carla, en La Perla. Don Osvaldo se pone la gorrita de la nena al revés, como la usaba ella y la feliz mamá, Beba, sonríe feliz.


Ya les conté  que Beba baila muy bien el tango. Incluso lo hizo  en el escenario, con Roberto Herrera, a modo de anécdota porque en esa gira había acudido con su orquesta. En una oportunidad que estuvo en Madrid, le hicimos un pequeño homenaje en un  boliche argentino y bailé con ella, comprobando in person que se mueve muy bien en la pista.

Cada tanto, cuando tiene poco trabajo y le da el piante, se da el lujo de ir a alguna milonga y mover los remos al compás de esos discos que nos empujan a todos en la pista. Estuvo, por ejemplo, en el Club Oeste, de la calle Juan Bautista Alberdi. donde yo milonguée cuando era muy jovencito, y donde arrancó nada menos que Nélida Roca, la que fuera escultural vedette de la calle Corrientes.

Y acá la vemos bailando con un milonguero -Rolo- con la cancha libre que le dejaron para que pudieran florearse a piaccere. Se lucen con  el tango de Francisco Caffiero, Cachirulo,  por Aníbal Troilo y su orquesta de los cuarenta.




 Digamos que es una anécdota, simplemente, y para corroborar que tiene alma milonguera. Pero lo suyo es el tango bien tocado. Y dirigiendo su orquesta y con sus vocalistas, Darío Vitale e Isabel Mendoza, la podemos disfrutar en una hermosa selección de temas.

                                               

       ¡Muy groso, Beba!                                             






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