sábado, 29 de septiembre de 2012

Ricardo Malerba

Dirigió una de las tantas orquestas que enfebrecieron las noches tangueras de los años cuarenta. Nunca estuvo en primera línea y sin embargo, cuando se la escucha tantos años más tarde, se comprueba que tenía un ritmo muy bailable y estaba bien afiatado.

Los tres hermanos Malerba: Alfredo , Carlos y Ricardo, viajaron con Cátulo Castillo como director, a la Exposición de Sevilla en el año 1929 y tocaron en toda España. Carlos que era violinista se enfermaría y murió en Bilbao. Alfredo, pianista,  al regreso acompañó en un trío a Libertad Lamarque y teminó casándose con ella y Ricardo, bandoneonista,  formaría su propio conjunto, luego de establecer un binomio orquestal con Nicolás Vaccaro y el aporte vocal de Francisco Fiorentino.


Recuerdo que mi hermano lo escuchaba a veces por Radio del Pueblo y tenía algunas grabaciones suyas que me gustaban: La piba de los jazmines, Embrujamiento y el vals Cuando florezcan las rosas.  Claro que yo no tenía entonces mayores nociones de música y era simplemente el oído y la intuición que me guiaban en mis preferencias.

Con los años y ya incrustado en las noches bohemias del centro, en una charla en la que participaban músicos con gran recorrido, escuché decir que Ricardo nunca fue un buen instrumentista y que en la gira por España con Cátulo hacía sanata y casi ni tocaba, junto a su compañero de fueyes Miguel Caló.

Y achacaban el mérito del ritmo de su orquesta, de que sonara tan bien y fuera muy buen acompañante de los milongueros, se debía a su cuñado, Dante Smurra, pianista y arreglador del conjunto.

Ricardo Malerba y su cantor Orlando Medina
Afortunadamente, en un viaje a Buenos Aires, el director del sello Emi Odeón, que era amigo personal, me regaló un CD que estaba a punto de salir al mercado y que contenía 10 temas de Malerba y otros 10 de José García. Lo traje a Madrid, lo pasaba en la milonga y se quedaban todos sorprendidos porque no lo conocían. Al poco tiempo sonaba en casi todas las milongas porteñas.


Hoy lo traigo en dos temas que muestran el sonido bailable y bien conjuntado de su formación, en la que destaca, efectivamente, el piano conductor de Smurra, los fueyes de Ricardo Pedevilla y el propio Malerba, y los violines de Alfredo Láttero y Ernesto Gianni, sin que  pretenda desmerecer al resto.

Lo escuchamos en dos instrumentales: Charamusca (16-8-1943) de Francisco Canaro y Guardia vieja (23-1-1944), de Julio De Caro.

Charamusca

Guardia vieja






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