jueves, 6 de septiembre de 2012

Cosas olvidadas


He vivido infinidad de anécdotas tangueras y en mis andanzas por el mundo me pasaron cosas al respecto, que conservo en mi mente y en el cuore.

Estábamos en Rio de Janeiro en una lunga estadía por la hermosa tierra carioca, con un amigo que me siguió en la aventura juvenil.


Una noche nos pasamos con la caipirincha, la cachaça y las muchachas y en el amanecer de la doménica y con el calor reinante decidimos irnos a la playa de Copacabana en lugar de acostarnos.
Nos pusimos o calçao de banho  y nos tiramos na areia porque era temprano y a praia estaba desierta.

Cuando despertamos de la resaca hacía un calor insoportable y la playa comada  a rebosar de domingueiros.

Nos mergulhamos de cabeza en el agua para espabilar y repetimos la escena varias veces porque el agua estaba maravillosa.

Había un grupo de chicas cerca nuestro y una de ellas se nos acercó. Nos había oído hablar y hay que tener en cuenta que en aquella época no había intercambio turístico como ahora.
-¿Aryentinos?
-Sí –dije-
Y ahí nomás entró a contarnos emocionada un gran amor que había vivido en Mar del Plata con un compatriota nuestro, unos años atrás. Nos habló de que incluso subió a cantar con la orquesta de Osvaldo Novarro y sus Hawwaian serenaders un tema brasileño…. Y medio cayéndosele alguna lagrimita nos cantó ¡en la playa! el tango Cosas olvidadas que le traía enormes recuerdos de aquella vivencia pasional : “Som coisas olvidadas….” 
                                                                                              
A mí estas cosas siempre me dejaban poso.

Años más tarde, como profesional, fui a Chile a cubrir un evento deportivo. Recuerdo que vi a Podestá y Héctor Gagliardi actuando en El pollo dorado. Y nos invitaron a la fiesta en un gran local nocturno para ver la despedida de una vedette argentina, cuyo nombre no recuerdo ahora. La había visto en el Teatro Nacional de la calle Corrientes. Un cuerpazo bárbaro. Era de origen hebreo.

Fuimos  con la cantante peruana Fetiche y un par de compañeros.

El problema surgió apenas nos sentamos en la mesa. La gente divisó a Fetiche (estaba actuando en el Teatro Pim Pam Pum) y le dedicaron sonoros aplausos. Eso provocó un disgusto evidente en la vedette que estaba en el escenario. Luego de cantar un par de canciones la vedette, la gente empezó a corear el nombre de Fetiche para que cantase. Ella se paró a agradecer y nosotros le tirábamos del vestido para que se sentase y le insistíamos: “Sentate…sentate”.  

Pudo más la gente, y ante el griterío subió al escenario. El rostro y el gesto de la vedette tirándole el micrófono fue tremendo. Sintetizo:

El dueño del establecimiento había dispuesto una gran mariscada con todos los chiches al final de la función. Y allí fuimos invitados. Una gran mesa redonda y éramos unas 12/14 personas. La vedette con una cara cargada de bronca y su millonario marido al lado. Nosotros enfrente. El silencio se mascaba. Tuve la suerte de que me tocara sentarme junto al violinista y Director de la orquesta: Antonio Rodio. Para mí un lujo. Y para evadirme de la tensión reinante me puse a hablar de tango con él. Desfilaron anécdotas, grandes figuras, las grabaciones en las que acompañaron a Gardel con Rodolfo Biagi, y por fin le conté aquella anécdota vivida en Rio con ese tango suyo y del Catunga Contursi dedicado por el poeta a su Grisel.                                                 
Alfredo Malerba, Libertad Lamarque, Daniel Sardina Alvarez y Antonio Rodio
                                                               
De repente dejó de hablar, se puso serio, circunspecto, como ausente, pensé en su voluntario exilio chileno,  y recordé esos versos…  “los recuerdos me han hecho mal…” .

Por estas cosas y porque Cosas olvidadas me encanta y lo he bailado infinidad de veces, hoy les dejo con mis recuerdos y la inmejorable versión del pibe Rufino con Carlos Di Sarli del 19/6/1940 . ¡Rufino tenía 18 años!. Y la también muy linda de Roberto Chocho Florio con Alfredo De Angelis grabado en 1958. Incluso Roberto firpo con su orquesta y la voz de Alberto Diale dejó muy buen registro.    


Rufino es el primero a la izquierda del maestro Di Sarli


La verdad: Es un tango hermoso, genial.

Son cosas olvidadas que vuelven desteñidas…

Cosas olvidadas - Di Sarli-Rufino 

Cosas olvidadas - De Angelis-Florio 





2 comentarios:

  1. Hola: quería preguntarte algo. Tenés alguna anécdota de Fiorentino? Te agradecería me la cuentes. Soy Argentino, pero vivo en Barcelona hace 25 años.
    Me encontrás en 2 blogs: www.odiaconmigo.blogspot.com y otro de arquitectura que no creo te interese.
    Muchas gracias por los recuerdos y espero tu contacto!
    Saludos desde Barcelona

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    1. Hola Fernando. Gracias por acompañarme, ante todo. Sobre Fiore hablaré esta semana. Estoy esperando que me arreglen una foto. Saludos y un abrazo grandote.

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