sábado, 14 de julio de 2012

Chupita Stamponi

Héctor Stamponi fue un notable pianista del tango, oscurecido por los grandes de ese instrumento que brillaron más que él.

Su propia manera de ser, tranquilo, sin estridencias y sin los oropeles de haber tenido una orquesta de larga permanencia en la cartelera, al mando de su piano clásico, le quitaron algo de la trascendencia que realmente tuvo. Pero cuando se lo escucha en un solo de piano a su cargo, esa manera de "decir" la frase musical y su peculiar fraseo lo distinguen entre lo mejor que ha dado el tango.                                                                                             

Nacido en Campana, provincia de Buenos Aires, en 1916, se recibiría de maestro a los 18 años, a la vez que estudiaba el piano desde los 16. Llegó a la Capital en 1936, con Juan Ehlert y aquella troupe juvenil que hacía las Matinées de Juan Manuel. Con él habían venido: Pontier, Francini, Cristóbal Herreros, Homero Expósito y toda la barra provinciana.

Tocó en las orquestas de Federico Scorticati, en las de Miguel Caló y Antonio Rodio, antes de irse a México con Amanda Ledesma, donde estuvo un largo tiempo.Al regreso estudió armonía y composición con los maestros Alberto Ginastera y Julián Bautista.

Lo veía seguido en Caño 14, donde tocaba con su amigo-hermano Enrique Mario Francini en dúo, o dirigía la orquesta. Era hincha de Vélez Sarsfield y yo lo pinchaba, cuando nos encontrábamos allí y Vélez había perdido.
Acá estamos con Chupita en Madrid en 1996

Arregló para varias orquestas -entre ellas la de Pichuco-y sobre todo fue un exquisito e inspirado compositor. La mayoría de sus temas tuvieron un impacto sostenido en el frondoso vademécum tanguero.

Le pertenecen la música de temas como: Junto a tu corazón, Quedémonos aquí, Qué me van a hablar de amor, El trompo azul, Aquí nomás, Es mejor olvidar, Pueblito de provincia, Alguien, En la huella del adiós, El último café, Inquietud (su primer tema que grabó Fresedo con Ricardo Ruiz en 1939), Ventanal, Triste comedia, Pedacito de cielo, Bajo un cielo de estrellas, Flor de lino, Llamarada pasional, Perdóname, el hermoso vals Un momento, cuya letras y música son de él (Adiós.../Qué raro fue tu adiós!/de espina y de jazmín,/como una cruz y una caricia./Tal vez... no presentí,/ni comprendí,/que las estrellas tienen que morir /con los rayos del sol.../Yo fui... un pájaro cantor,/y tú la mariposa /que buscó quemar sus alas./Después... la soledad,/la realidad,/la noche cruel que pronto me envolvió.../fatal..."),Perdóname, Caricias perdidas y otros temas que llevan su exquisitez de compositor como sello de fábrica.
Troilo, Argentino Galván, Chupita, Grela y  Enrique Francini


Con Francini colaboraron en varios de estos temas, sobre todo en algunos valsecitos. En Madrid me recordaba el trabajo que le dió Homero Expósito con Flor de lino. "Siempre le faltaba algo o le sobraba algo. Cuando después de mucho tiempo tuvo lista la letra y yo la música, una mañana me llama y me pregunta: ¿Ché Chupita, el lino tiene flor?" Y se reía recordándolo.

En 1959 se formó el conjunto "Los violines de oro del tango" que dirigían Francini y Stamponi. Además de ellos dos, contaron con el contrabajo de Kicho Díaz  y los violinistas José Nieso, Adolfo Gendelman, Simón Bajour, Hugo Baralis, Carlos Gaivironsky, Vicente Tagliacozzo, Abraham Selenson, Bernardo Stalman, Roberto Gluck, Luis Gutiérrez del Barrio, Sam Reznik , Alejandro Scholz, Jorge Urbansky y Juan Ghirlanda.                                                                                          
Acompañó a Rivero con su conjunto, a Raúl Lavié, hizo música de películas,de teatro, dirigió orquestas, y siempre fue muy querido en el ambiente por su humildad y su gran capacidad de músico, además de su forma de ser. Falleció en diciembre de 1997.

Lo recordamos con su frate Francini y Los violines de oro del tango en el tango de Donato: El huracán y el vals de Canaro: Corazón de oro. Y por Miguel Caló con ese gran cantor y mejor amigo, Roberto Mancini, Quedémonos aquí, grabado en 1956.


El huracán



Corazón de oro

Quedémonos aquí

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