jueves, 7 de febrero de 2019

Carlos Viván

El tango está lleno de personajes pintorescos, llamativos, especiales, llenos de anécdotas y de vivencias que concitan la atención, por motivos diversos. Es, por ejemplo, el caso de este cantor que se llamaba realmente Miguel Rice Treacy, era hijo de irlandeses, por ello hablaba correctamente el idioma inglés y tuvo trabajos donde se lo estimaba y se le pagaba un sueldo altísimo, debido precisamente, a su manejo de la lengua de Shakespeare.

El ambiente en que se movió desde niño, potenciador de sus inquietudes, despertó en él la llama del fútbol y llegaría a ser jugador de primera división en Estudiantil Porteño, Huracán y Ferro Carril Oste, destacando en el puesto de centrehalf, como me recordaba mi amigo y compañero José Barcia. Le ayudaba su físico, alto, espigado y la técnica adquirida en las calles de su barrio de San Telmo con la pelota de goma rebotando en los adoquines y las paredes, obligando a dominarla con talento.

                                     
Carlos Viván


A la vez, también fue importante en la murga del barrio que había armado Enrique Dizeo, llamada los "Fachatosta", por su voz y su soltura encabezando los coros de los pibes. En las giras que hacían estos conjuntos por cines y teatros, fungía de "mannequin vivant", como se estilaba entonces, dado que la pinta le permitía sobresalir en el grupo, además de su templada voz. Con el tiempo, ya dedicado a cantar tangos en compañías teatrales, radios y en orquestas, aquello de vivant, lo utilizaría para firmar su nombre artístico: Carlos Viván.

Canta de forma genética, con sentimiento y buen gusto. Voz de tenor de bajo volumen, en un estilo que luego plasmará con soltura y enorme acierto Ángel Vargas. Pero rápidamente va pasando por distintas orquestas y grabando con muchas de ellas: Juan Bautista Guido, Brignolo, Maffia, Bonavena, Fresedo, De Caro, Donato, Firpo. Maglio. Con éste último deja numerosos registros discográficos.

                                  
Carlos Viván en el filme "Noches cariocas", dirigido por Cadícamo

Trabajó en varias obras teatrales, en algunas películas, pero en su realidad existencial se sentía impelido por los viajes, conocer otros países y luego de una gira teatral por provincias, estaría en Río de Janeiro durante año y medio, como crooner de la orquesta que actuaba en el casino de Urca. Cantaba en inglés y cada tanto se mandaba algunos tangos. Incluso se enteró de que Enrique Cadícamo estaba por filmar alguna película y le escribió y le hizo mandar un pasaje para que también lo hiciera allí. Se trataría finalmente de una comedia musical llamaba "Noches cariocas", en la que Viván hacía de galán-cantor. Durante la filmación llegó a Rio la noticia de la muerte de Gardel en Medellín, antes que a Buenos Aires.

El próximo paso era Estados Unidos. No se lo iba a perder. Se enganchó rápidamente en clubes nocturnos de Nueva York como cantor de jazz y animador incluso. Su inglés le abría puertas más fácilmente de lo esperado y lució en night clubs prestigiosos, cada tanto se mandaba algún tango acompañado por el pianista del lugar y también eso le devolvía aplausos. Fue muy mujeriego, al estilo de Cadícamo, se casó una vez, disolviéndose rápidamente el matrimonio  y tuvo infinidad de amantes. Noctámbulo, con amigos de su índole, buen trasegador de whiskies, así la vivió mientras le dió cuerda el físico.


Entre sus grandes méritos hay que apuntar su faceta de creador. El tango Como se pianta la vida -letra y música propias- refleja tal vez su vida. Como las imágenes efímeras que titilan en la pantalla del ordenador, también él pareciera haber comprendido lo rápido que había pasado todo. Pero recién tenía 26 años cuando escribió y musicalizó este hermoso tango

Berretines locos de muchacho rana / me arrastraron ciego en mi juventud / en milongas, timbas y en otras macanas / donde fui palmando toda mi salud./ Mi copa bohemia de rubia champaña / brindando amoríos borracho la alcé./ Mi vida fue un barco cargado de hazañas / que junto a las playas del mal lo encallé .

¿Un presagio? Tal vez. Tuvo grandes amigos en el ambiente del tango cuando atravesó problemas graves de salud y lo ayudaron en todo momento. Así cómo él también supo ganarse esas amistades. En su rol de creador vale la pena recordar algunos de sus temas, muy valiosos, por cierto:
Domani (con versos de Cátulo Castillo). El barco María, Moneda de cobre, Viviane de París, Palomita mía, Amiga, con Horacio Sanguineti. Suplicio, con Francisco Bohigas. Y entonces qué más querés con Enrique P. Maroni.

Hoy lo traigo a la página cantando el estribillo de este bello tango suyo: Como se pianta la vida, que grabó con la orquesta de Pedro Maffia, el 2 de abril de 1930. Y previamente Milonguero viejo, de Carlos Di Sarli y Enrique Carrera Sotelo, llevado al disco el 2 de abril de 1928 con la orquesta de Pacho.

Milonguero viejo - Juan Maglio-Carlos Viván

                           

                   

4 comentarios:

  1. Claro maestro yo lo habia notado Angel Vargas tiene un registro parecido .

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  2. Hola! Acá los saluda Nicole!
    Viván era el tio de mi abuelo! Y esto de la "musiquita" lo heredé de él.

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  3. Como nieto de irlandeses, con un padre nacido en Barracas, siempre tuve aficiòn por el tango. Pero me entero con sorpresa que Vivàn era connacional mìo (Casi). Gran gusto leer esta nota. Somos pocos pero valemos mucho, los tangueros irlandeses !

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