lunes, 12 de noviembre de 2018

Aquella orquesta de las Estrellas

Así como Miguel Caló estuvo a punto de irse a las manos con Osmar Maderna, cuando el pianista le anunció que se alejaría de la orquesta para formar la propia -como recordaba Alberto Podestá-, en los casos de Domingo Federico, Enrique Mario Francini y Armando Pontier, que pasaron por la misma situación, el propio Caló les ofreció su ayuda y todo lo que necesitaran para que les fuera bien como directores.

Incluso Alberto Podestá, que debutó con su orquesta a los 16 años, recién llegado de su provincia -San Juan-, arrancando con el nombre artístico de Juan Carlos Morel, emigraría de la misma para pasar a la de Di Sarli, de allí a la de Pedro Laurenz y volvería a cantar otra vez con Caló, dejando verdaderas creaciones en el disco con esta formación. Incluso, confesaría públicamente que en ella encontró a  dos amigos que lo fueron para toda la vida: Francini y Pontier, con quienes formó cuando ellos constituyeron su propia orquesta.

Francini, Federico, Podestá, Caló, Pontier y Berón
                                      
Tanto Francini como Pontier llegaron a Buenos Aires con la orquesta juvenil del  músico alemán, Juan Ehlert, que había llegado a Zárate con un conjunto, se enamoró de una joven en la ciudad y se quedó a vivir allí, junto al Paraná. Creó un Conservatorio y varios chicos que pasaron por sus clases, como Pontier, Cristóbal Herreros, Francini,Stamponi,  terminarían fusionando sus conocimientos cuando llegaron a Buenos Aires en la orquesta juvenil del maestro de Bremen para actuar en radio.

La imagen los muestra ya grandes y consolidados individualmente. Domingo Federico, que aprendió a tocar el bandoneón con Pedro Maffia, después de pasar por orquestas como la de Juan Canaro y otras, es contratado por Miguel Caló como primer bandoneón de su conjunto. Y algo sabría Caló de bandoneonistas porque él lo había sido, y exitoso, antes de empuñar la batuta.

Federico, no sólo se reveló como un excelente fueye conductor, en la línea que formó con Pontier, José Cambareri y Felipe Riccardi. Aportó además su gran calidad de compositor, nutriendo a la orquesta con composiciones propias como : Saludos (que Caló adoptó como tema-presentación), A bailar, Tristezas de la calle Corrientes, Percal, Yuyo verde, Al compás del corazón, Yo soy el tango.

                           
Lo mismo podría decirse de Pontier: El vals soñador, Corazón no le hagas caso, Cada día te extraño más, Bien criolla y bien porteña, Margo. O de Francini: Bajo un cielo de estrellas, Pobre negra, Mañana iré temprano, Lluvia de abril, El mismo dolor, Óyeme. Temas que fueron garantía de éxito en la etapa que formaron en la recordada "Orquesta de las estrellas".

Cuando, en 1945, Francini y Pontier forman su rubro orquestal, separándose amistosamente como queda dicho, llevan de cantores del conjunto a Raúl Berón y Alberto Podestá, camaradas en la orquesta de Caló. Debutan con gran éxito en el recordado Tango Bar de la calle Corrientes al 1200. Automáticamente son contratados por Radio El Mundo en horarios centrales, graban discos y actúan en numerosos clubes los fines de semana, para atracción de los milongueros.

 
La orquesta de Francini-Pontier con Raúl Berón y Alberto Podestá, sus cantores.

Domingo Federico formó su propia orquesta en 1943 y también tuvo un largo recorrido con la misma dejando 142 grabaciones registradas. Por razones personales dolorosas se radicaría en Rosario, en 1957, donde no sólo tuvo orquesta sino que formó a numerosos futuros bandoneonistas que darían que hablar en la Universidad de Rosario. En 1980 lo declararon Ciudadano Ilustre de la ciudad.

Y vamos a la foto de arriba. Están Enrique Francini, Domingo Federico, Alberto Podestá, Miguel Caló, Armando Pontier y Raúl Berón en radio El Mundo, durante el año 1963. Allí todos los jueves, a las 21  horas, durante tres meses se produjo la "resurrección" de la Orquesta de las estrellas. Los viejos amigos que volvían a juntarse para reeditar aquellos éxitos de los años cuarenta que siguen bailándose en las milongas de todo el mundo. Sólo eran ellos seis, pero constituían un lujo tanguero.



Incluso se editó un disco con las emisiones radiales y en el mismo se pueden escuchan aquellos diez éxitos de la época de oro de la orquesta de Caló: Lejos de Buenos Aires, Mañana iré temprano, Esquinero, El vals soñador, En la calle, Elegante papirusa, Margo, La maleva, Bien criolla y bien porteña y Saludos.



                                 

                         



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