lunes, 8 de mayo de 2017

Una sinfonía de formas

   En el corazón del tango está el negro que, al dominar la música de sus amos, ha ganado una dulce y profunda venganza.  El tom-tom de los bosques africanos, es un latido profundo, débil, pero preciso. Un latido que es como una semilla que se hincha en la sustancia del canto, y la semilla como una chispa que enciende todo el cuerpo de la música; sin embargo, la danza se conserva dura como la semilla y salvaje como el tom-tom. Toda la elocuencia humana de Andalucía, que es una sinfonía de formas, está en el cuerpo del tango; y el paso abierto de la pampa también.

   El tango es una marcha donde el éxtasis vertical de España se estratifica en un paso horizontal, donde la embestida del llanero se refrena en una elevada reserva y donde los dos, España y la pampa se juntan en el mismo latido de la sangre. Los negros, con sus marimbas sobre el resplandor de las hogueras, son el ritmo; el trote de los gauchos, la letra y la heroica unión de los sueños y las proezas de España, la serena frase musical.

                                     

   Los bailadores y bailadoras del salón subterráneo son pobres ejemplos humanos. ellos visten trajes baratos, tienen ojos lívidos y la cabeza muy peinada y reluciente. Las muchachas usan humildes imitaciones de los estilos de París y llevan tacones muy altos que sostienen unas piernas delgadas. Pero se ennoblecen cuando caminan en el tango. El hombre gúia sus pasos largos, desmayados, flexibles. Su cuerpo está erecto, no se tuerce; la cabeza se mantiene de perfil a su cuerpo y aplastada contra la cara, perfilada también, de la mujer.

   Hasta las manos aparecen también aplastadas y, cuando la pareja se vuelve y los cuerpos plásticamente unidos, se mueven lentos y juntos, ni un miembro ni un músculo siquiera, descompone la unidad de enlace. El efecto es rigurosamente escultórico. El mundo es un elemento sólido que gira, sube y baja; el mundo es la música y los bailadores una prolongación sustancial de este mundo. Pero su paso cauteloso -un esfuerzo natural convertido deliciosamente en arte, como el esfuerzo del amor sexual- transforma este mundo, le vuelve inmóvil y da diapasón a su fluir.

                                         
El Cachafaz y Carmencita Calderón

   Dentro de los contornos de las figuras del tango ruge el deseo del sexo. Los cuerpos no se tocan; sin embargo están juntos. es tan intensa la corriente que hay entre el hombre y la mujer, que salta a uno y otro, y los posee. Esta corriente azul de sexo está en contacto también con la música, que es la sustancia de la vida misma, puesto que, dentro de ella, están la pampa, el altar y la manigua. Así, el sexo no se disocia del mundo, el salto eléctrico del deseo entre los cuerpos que bailan es absorbido en la continuidad de la canción del mundo y las tangentes de la canción están dominadas por el paso austero de los bailadores.

   El tango es la danza popular más profunda del mundo. El genio Terpsícore de tres razas plásticas eminentes, la negra, la india y la española, lo han engendrado. Sin embargo, es esencialmente moderno y privativo del porteño; y tan íntimamente personal como el cuerpo de la mujer que lo baila. En su voz está el aliento que lo canta; la dulce esbeltez de su forma  demanda su deliciosa serenidad; y en sus ojos rasgados se confunden el deseo carnal y el espíritu de Cristo, que el tango debe resolver.

                                     
                                             


   El hombre es el creador de la danza porque lo engendra sobre el cuerpo de la mujer.

                                                     WALDO FRANK (Traducción de León Felipe)

Waldo Frank (1899/1967), fue un notable escritor norteamericano, nacido en Nueva Jersey. A los 28 años publicó su primer novela. Estudió en Lausana -Suiza-, e interesado por la política e Hispanoamérica, se trasladó al continente sudamericano, desplazándose para dar conferencias e intimar con sus colegas de habla española. El tango lo atrapó como espectador y escribió sobre el género que conoció en Argentina.

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