sábado, 19 de noviembre de 2016

El reino de la Milonga

                                                                                             "Soy muchacho de la guardia
                                                                                              tango, dame tu compás..."
                                                                                                             Héctor Marcó

Inolvidables veladas tangueras en las noches porteñas, con aquellas grandes orquestas que hoy iluminan las pistas del mundo, gracias a sus grabaciones. Y de paso cañaso, los repertorios de dichos conjuntos históricos, alimentan no sólo las filigranas de estas camadas de milongueros, sino que incluso, hay muchas orquestas locales en países donde se ha impuesto el tango, que copian aquellos estilos orquestales refugiándose en las partituras. Contáselo a nuestros gobernantes y a los "dueños de la cultura" que no se enteran ni se enteraron nunca, de la gravitación de esta música. Actualmente  es el mejor antídoto contra la mufa y los sobresaltos de questa castigada humanidad.

                                                 


¡Qué magia debe tener para atrapar a cientos de miles de gentes de otras danzas que se han pasado al tango por todo lo que tiene como linimento para el cuore y el ánimo! ¡Ah!... y cómo lo bailan en algunos puntos del globo terráqueo... ¿Quién podía imaginárselo? Cuánto dinero deben estar ganando las discográficas de las ciudades donde el tango ha ganado terreno velozmente. Y ellas usufructúan algo de lo cual no han participado. Incluso venden partituras de tango para los músicos.... Si Canaro levantara la cabeza...

                                                 

Dicen que para muestra basta un botón. Yo te muestro la botonera completa, aunque por ahora me remito a mostrarte como se baila, por ejemplo, en Belgrado, capital de Serbia. La pareja local que componen Andela Diki Ristic y Luka Skopelja se mueve al compás del tango Felicia, por la orquesta de Juan D'Arienzo. Pensá que este tango es de 1907. Y todavía te pega duro en el alma.

                                                



Pero, andiemo, que la notte é lunga. Cazá la avioneta virtual y venite conmigo a Moscú, esa legendaria ciudad de cosacos y la Plaza Roja. (El nombre se lo puso Trostzky o algún capotosky del PC ruso).  Y acá te presento al turco Yalcy Ugur bailando con la rusa Elisabeta Tavroskaya. Y se amasijan en la pista con el tangazo Mi dolor, por la orquesta del vitamínico Juan D'Arienzo, cantando Osvaldo Ramos.

                                      

Sigamos viaje que esto se van poniendo lindo. Ya conocen al suizo Joachim  y la norteamericana Michelle. Ella descubrió el tango en 1998 y él en el año 2000. Los entusiasmó tanto a cada uno de ellos, que estudiaron con numerosos profesores, y se encontrarían y unirían para bailar juntos en 2007. Tienen su propia academia en Basilea (Suiza). Y acá nos deleitan bailando en Tokio, el valsecito Soñar y nada más por la orquesta de Alfredo De Angelis cantando el dúo Dante-Martel.

                                         

                                        
Mirá, muchacho, yo sé que muchos dicen que esto no es tango, que revolean muchos las gambas y se sueltan... que el tango es pechito con pechito, y todas esas sanatas. No se dan cuenta que esto es tango-espectáculo y no tango de salón. O tango, dale. Lo otro, lo que bailamos nosotros los sábados y martes noche, en la Casa de Aragón de Madrid (BIEN MILONGA), es otra cosa, papá... Por ejemplo si querés bailarte una milonguita en esta pista que te bato, juná cómo te enseñaban Javier Rodríguez y  Geraldine Rojas (Y eran dos pibitos...).

                                      
Y paro porque estoy embalado y con ganas de llenarte la matina con parejas de tango. De belleza, vamos...                               
                                          

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