sábado, 5 de noviembre de 2016

La noche tiene alma

                                                                                     Llueve...
                                                                                     y un látigo de luz me azota,
                                                                                     relámpago de fiebre loca.
                                                                                              Juan José Guichandut

Y sí, alguna vez tenía que llover, para limpiar un poco la mugre que echamos al aire, ese oxígeno que nos permite la supervivencia. O nos mata. Dentro de poco tendremos que andar todos con una máscara y un tubo de oxígeno de verdad, para gambetear el aire contaminado de toda clase de venenos. En China y Japón ya lo hacen. A nosotros nos gusta lucir caripela y andar como zombies por la calle, pero este mondo cane no es buen escenario cotidiano para hacer pinta en la rúa.

A mí me piace el solcito de matina. Parece que del cielo te guiñaran el ojo y te invitaran a salir. En cambio con los paraguas te vas chocando con otros  símiles por todas partes, como le pasa a Messi en la cancha con las ásperas gambas rivales. Pero en fin, lo bueno es que cuando entrás a la milonga te olvidás del tiempo que viste afuera. Además te suena este tanguito de Guichandut por Laurenz-Bermúdez y el corazón entra a dar saltitos. Igual que hacen los perros moviendo la colita. Algunas jovencitas también, y te alegran la vista te alegran...

                                    

Pero, dejo de sanatear, total, Obama anunció que en el 2030 podremos vivir en Marte. ¡A la miércoles! ¡Qué quilombo con la mudanza! Y claro, ya envenenaron los ríos, los mares, los bosques, las ciudades, destruyeron infinidad de países y Chau Pinela: ¡A Marte parando en todas....!
 La verdad es que no me veo teniendo un nieto marciano...
Así que preparar los tarros, a milonguear y a esta actualidad fulera, le digo: ¡Andá que te cure Lola!

Y como para ir aceitando el engranaje  del esqueleto, me doy una vueltita por las milongas del ancho mundo y me detengo en Copenhague, capital de Dinamarca. Donde la pareja Anayansi Macherel y Alexander Sossa bailan el valsecito: Porque tú me lo pides, por Juan D'Arienzo, su orquesta y Alberto Echagüe.



Ahora me planto en Cambrige, Reino Unido, en cuya city reina una famosa Universidad.  Por ello se llevan a una pareja de maestros como Murat y Michelle para que, sin hacer ruido, les dén una clase de baile. Y de musicalidad, por danzar al compás de Francisco Canaro y su orquesta, con la hermosa voz de Charlo. Que, desde el disco, nos traen el tango Linyera.

                                          
 

Veo que está saliendo el sol  y la alegría me hacer desbordar el agua del mate...Y entonces me pongo las pilas p'al otoño y me reclino en el sillón para ver a ese cacho'e pareja que forman Sebastián Arce y Mariana Montes. Son dos fenómenos que me hacen revolver en el asiento. En este caso se exhiben en el Festival de Torino, bailando la milonga Con flauta y guitarra, por la orquesta de Héctor Varela, cantando Armando Laborde y Rodolfo Lesica.
   

                                                                                                                      

Se volvió a cubrir de nubes el cielo... Ma'sí, yo ya tengo el cuore lleno de gotán y mate. La completa.                      

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