miércoles, 10 de agosto de 2016

Suipacha

Qué de cosas se pueden llegar a sentir escuchando este tango en la versión de Osvaldo Pugliese. Es una verdadera maravilla. El tema le pertenece al gran Eduardo Arolas, que en el corazón de su época, clavó una pica maravillosa con la infinidad de obras maestras que nos legó a los tangueros de todo el mundo. Y aseguran que no conocía la notación, que en su primera etapa improvisaba las creaciones en el bandoneón y otros músicos como Harold Philips, su maestro de teoría, solfeo y armonía, José Bombig, Carlos Hernani Macchi o Francisco Canaro lo pasaban al papel, resguardando esos tesoros.

Arolas grabó este tango en 1914 en el sello Polydor, con el título de El 14 de Suipacha. El tema lo compuso recordando y celebrando un acontecimiento histórico: el primer triunfo de las tropas patriotas ante los realistas, en la zona del Alto Perú que está ubicada a orillas del Río Suipacha, hoy Bolivia. El comandante de las fuerzas fue Antonio González Balcarce, político y militar, y la batalla ocurrió el 14 de noviembre de 1810.
                                  
                                         

                                                      
Jesús Fernández Blanco le añadiría posteriormente unos versos que no tuvieron ninguna difusión. Curiosamente, el tema no sería incluido en los repertorios de las orquestas posteriores, hasta que Héctor Varela lo registrara con su orquesta el 15 de noviembre de 1951. Hecho que no aportó laureles a su primera orquesta, cuando salió de la formación triunfal de Juan D'Arienzo para abrirse camino como director.

Osvaldo Pugliese con su conjunto lo llevaría al disco cinco años más tarde y logra una verdadera maravilla. Especialmente por el arreglo que realizara su bandoneonista (también feliz compositor y director) Mario Demarco. Ese juego de violines, piano y fueyes es todo un poema musical. Y en la pista te lleva a un estado mágico de creación, contemplación, quietismo, embrujados por esa conjunción y el clima en que te envuelve.

Pugliese grabó numerosos temas de Eduardo Arolas: La guitarrita, Derecho viejo, La cachila, El Marne, pero, para mi gusto, los tres que sublimó al mango fueron precisamente Suipacha, Lágrimas y La cabrera. El tigre del bandoneón se sentiría orgulloso de su obra si escuchase este trío de éxitos de Pugliese por la belleza artística y musical que logró con ellos. Y esa telaraña que va tejiendo con los distintos instrumentos, respetando y resaltando el orden canónico de su creador.

                                         


Suipacha fue grabado por la orquesta de Pugliese, el 26 de octubre de 1956.  Manyá qué músicos tenía el conjunto ese año: Ovaldo Ruggiero, Mario Demarco, Esteban Gilardi e Ismael Spitalnik en bandoneones. Enrique Camerano, Oscar Herrero, Emilio Balcarce y Julio Carrasco en violines. Aniceto Rossi en contrabajo, Francisco Sanmartino en viola y el maestro director al piano.

Y para que lo disfruten una vez más, les dejo esta joya.

Osvaldo Pugliese - Suipacha

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