Su Big Band tango, asegura al espectador oyente un tango serio, solvente, ya sea de los tradicionales o los nuevos que surgiendo de los atriles de su orquesta y de su potente imaginación musical. Ha visitado numeros países en distintas formaciones y en Japón es un músico muy reconocido.
Por todo ello los temas de su repertorio conllevan una fidelidad a ciertas premisas que buscan reflejar luces y sombras, con belleza, sin vulgaridad. Somos hijos de lo fungible y presas fáciles para el diagnóstico apresurado y demonizador de la cultura contemporánea. Especialmente en lo relacionado con el ríquisimo venero que encierra la historia de nuestro tango y, a veces, creemos que el baúl de las creaciones se cerró a mediados de los años cincuenta para apagarse luego las luces definitivamente. Aunque, como reza el tópico, el tiempo -el mejor antólogo- termina poniendo a cada uno en su sitio.
Pero Fabián Bertero sabe que la interacción entre generaciones es fundamental para el tango y respetando a las grandes creaciones anteriores, sabe imprimirle a sus interpretaciones, un tono apasionado, emotivo, particular. A la vez, las cosas nuevas que va creando con su gente siguen estando aromadas de porteñidad, son de una hondura que nos deja la emoción a flor de piel, sin perder un ápice de tanguidad. y pese a haber perdido a su primer bandoneón Pocho Palmer, elemento vital de la orquesta, recientemente fallecido, el nivel musical de la orquesta sigue siendo muy alto.
| Acá estamos sus amigos del tango, compartiendo con Fabi un asadito en Buenos Aires. | 
Al fin de cuentas, como decía Camus: "El tiempo son las cosas que pasan". Y la Big Band Tango de Bertero suena cada día mejor. Y el director, violinista, compositor y arreglador, que ha recibido un número importante de distinciones de todo tipo, sigue creyendo y construyendo música de la buena.
Fabián nació en Colonia Esperanza, un sitio muy especial de la Provincia de Santa Fe, fundada en 1856 por un inmigrante vasco-francés y poblada por inmigrantes alemanes, suizos, italianos y demás orígenes que desarrollaban tareas agrícola-ganaderas. Y aunque está radicado en Buenos Aires desde hace tiempo, cada tanto vuelve a reencontrarse con sus raíces. En este caso lo hizo con su orquesta, el cantor Alfredo Pittis y hasta un malabarista invitado: Javier Bertero, que le da un tono poético al tema que interpretan orquesta y cantor. Actuaron en el Teatro Dante Alighieri de la localidad.
Los podemos ver y disfrutar precisamente en dicha actuación, En primer término ejecutan el tango que compusiera Bertero con Raúl Garello: Un decibel.
Y a continuación, la orquesta, el cantor Alfredo Pittis, el malabarista Javier, en el tango de Bertero y Pittis: Llueve.
Pura delicatessen.

Está bien eso de que os juntéis...
ResponderEliminarBonitos tangos los que has puesto :)
Muchos besos
Los tangos llegan muy adentro...
ResponderEliminarBesos.
me gusto mucho el cantor juan saludos
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