viernes, 7 de abril de 2023

Por el camino

   En el Día Nacional de la Zamba,  me detengo en esta hermosa página del poeta Benjamín Alfonso Tagle Lara  y el pianista-violinista Carlos Vicente Geroni Flores. La compusieron en 1923 y al principio la llamaron Zamba del boyero (Persona que se dedica a pastar y conducir una manada de bueyes). El tema tuvo mucho recorrido, estuvo considerada como página ejemplar en el folklore campero y figuró con nota en el repertorio de los tres grandes: Gardel, Magaldi y Corsini. 

                                    

Benjamín Alfonso Tagle Lara

    Fue estrenada con el primigenio título por el dúo Ítalo Goyeche-Néstor Feria en el concurso de canciones regionales, realizado en 1924 en Montevideo. Se trataba del primer tema de Tagle Lara que luego descollaría en el tango con composiciones de relieve como Una tarde, Trapo viejo, La tropilla, Puente Alsina, Congoja, El trovero o Zaraza.

   Carlos Gardel la grabó con sus guitarristas el 2 de agosto de 1928. Incluso la versionó dos veces, pero el disco no salió a la venta. Magaldi la cantó como solista, y lo llevó a la versión grabada a dúo con Pedro Noda el 27 de julio de 1933. Ignacio Corsini lo canta en la película "Ídolos de la radio" y luego lo registró en el disco con sus guitarristas el 7 de noviembre de 1934. 

                                                    


   El tema poético-campero se desarrolla escrudiñando realidades a la luz del día en pleno campo, y en su densidad emocional, con el poso poético que atesora, vibrando en su esencia. Así el tema nos hace dejar atrás la vida cotidiana y comenzamos a ver las cosas de nuevo desde un punto diferente, aunque sólo sea durante esos instantes en que escuchamos o leemos los versos de Tagle Lara.  

Se oye tristón el silbido
y a un perro desde una estancia
contestar con el aullido.
Solloza el viento al oído
la queja de los molinos.
Y allá cortando caminos
se dibuja la silueta
de una pesada carreta
que tiran bueyes barcinos.

(Recitado)
¡Huella, huella perezoso,
¡Que se sale del camino!...
¡Cuidado con ese pozo!...
¡Cachaciento, guay barcino!...

Lará, lará...
Y a los gritos del  boyero
que va al yugo picaneando,
pisan los bueyes salvando
los peligros del sendero.

Se acerca la madrugada,
y por detrás de la loma
el sol la puntita asoma
como roja llamarada.
De la florida enramada
surge un concierto de trinos.
Y allá va por los caminos
perdiéndose la silueta
de una pesada carreta
que tiran bueyes barcinos.

                                                                           
(Recitado)
¡Huella, huella, Perezoso!...
¡Que se sale del camino!...
¡Cuidado con ese pozo!...
¡Cachaciento, guay Barcino!...

Lará, lará...

No se duerma compañero,
porque ya vamos llegando...
¡Oiga el canto del jilguero
la madrugada anunciando!

Lará, lará...

(Recitado final)
Huella, viejo guay.
¡Perezoso!...
¡Barcino!..."Tá güeno!"
Ceja ceja... huu... uuch

                                                                                    
    En 1984 una incursión subrepticia a los archivos de coleccionistas, hizo que una copia muy infiel -e infidente- de la zamba Por el camino, grabada por Gardel, fuera incorporada a la colección "Vida y obra de Gardel", editada por Odeón, caja número 21. Por su parte, Horacio Salgán acostumbraba  a guardar  muchas páginas de diferentes géneros y estilos y practicaba con ellas en el piano. Allá por 1953 pensó que Por el camino podía transformarse. Y así, jugando con la zamba la fue transformando en tiempo de vals. Y lo grabaría en 1954 con Roberto Goyeneche, que en esa época integraba su yunta de cantores junto a Ángel Paya Díaz.  ¿Lo escuchamos?

                                  


                           


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