lunes, 23 de diciembre de 2019

Canción de rango

Lindo tango. Para escuchar, para bailar. Es de esos que tenemos instalados en el bocho y en el cuore. El autor de los versos, José María Suñé, fue representante de orquestas, de cantores, cantantes y además mostró su paletá poética en varios tangos que siguen pegando fuerte en las milongas: Una emoción, Decime que pasó, La mesa de un café, Yo quiero cantar un tango, Somos, Nos encontramos al pasar, Pincelada de arrabal, Viento malo, Muñequita rubia, Igual igual que ayer, No temas, el que trato hoy y otros, con músicos muy conocidos y respetados.

En este caso, su compañero en la composición del tango de marras, fue el gran violinista Raúl Kaplún, con quien también firmaron Una emoción, La mesa de un café, Pasión, Igual igual que ayer y Nos encontramos al pasar. Este tango del título lo dejaron a point para que se lucieran cantor y orquesta. Como fue el caso de Tanturi-Castillo, Pugliese-Abel Córdoba, El Polaco Goyeneche acompañado por la Típica Porteña dirigida por Raúl Garello, Caló-Rufino, Demare-Arrieta, entre otros.


Canción de rango lo compusieron en 1942, época en que la familia del tango, aparte de los artistas, estaba compuesta por tangueros y milongueros. Los primeros escuchaban a las orquestas por radio, compraban discos y lo canturreaban y lo silbaban. Los milongas también podían estar en el primer lote o sólo apuntarse al baile, pero reteniendo los compases y el tono de cada orquesta, el trino de los cantores y cada uno de ellos tenía sus preferencias a la hora de bailar.

En el tema de hoy, Suñé reivindica a los dos: al oyente y al bailarín. En la alquimia del verso, lo verbaliza con una prosa familiar, trazando el mapa sentimental de la época de oro del tango. Sabe captar las pasiones, el alma de esos porteños que siguen a sus orquestas, a sus cantores y en esa montaña rusa emocional, se despacha con un verbo impuslsivo, una especie de purgatorio.

Que bailen, los que vienen pa'bailar.
que escuchen, los que quieren escuchar
Pa'todos hay un tango acompasado
pretencioso y retobado
reinando en mi ciudad.
Yo canto, porque vivo la emoción
del tango, cadencioso y compadrón
Yo canto, cuando alguno pega el grito
que hay un tango compadrito
buscando un corazón.

                                 
Entonces ataca a esos intelectuales y críticos que siempre denigraron al tango o no le encontraron aristas positivas, más allá de la popularidad evidente del género. Apenas entrevieron las rendijas, le encontraron un atavismo de baja estofa, el lugar común en esa fatalidad de lo cotidiano. Sobre todo en las clases bajas, de las cuales ellos no formaban parte. Ajenos al entusiasmo de los muchachos que habitaban conventillos  y vivían ese poder catárquico que tuvo y tiene el tango para reunirlos en torno a canciones que no tienen fecha de caducidad..

Pa' que se callen los que andan divulgando
que el tango es triste, que es danza y son del fango.
Pa'que se callen les voy pasando el dato,
mi tango en danza triste
pero es canción de rango.
Pa'que se callen
les mando en dos por cuatro
esta cadencia viril que se hace canto.
Si son sensibles
verán que no es del fango
aquel que envuelve en tangos
su corazón.

Y vaya si tenía razón Suñé. Hoy día, que tantos géneros musicales populares han desaparecido o tienden a desaparecer, que muchos "éxitos" desparecen a una velocidad extrema, el tango no sólo ha conseguido sobrevivir a tantas mareas bajas, sino que ha crecido de forma impresionante y es una de las danzas populares más expandidas. La plasmación sonora de su música y sus versos, esos sonidos atrapados en la memoria y en añejas grabaciones, se cantan y se bailan en medio mundo.

Podemos escuchar la versión de Roberto Goyeneche, grabada el 10 de abril de 1968.

                                   

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