Creador:
el compositor de "Danzarín" y otros tangos de renombre es ajeno a
todo devaneo de figuración y gloria; ahora vuelve al bandoneón mientras evoca
sus años junto a Troilo y Pugliese.
Fundador del famoso Sexteto Tango que integraron él en piano Osvaldo
Ruggiero y Víctor Lavallén en bandoneones Oscar Herrero y Emilio Balcarce en
violines y Alcides Rossi en contrabajo más el cantor Jorge Maciel. Julián Plaza
ha escrito -como compositor arreglador director de orquesta- un fastango.
Don Julián -académico de honor desde 1993 en la Academia Nacional del
Tango- repasa sus primeros años de músico con la morosidad de quien cuenta una
película.
-Yo tocaba bandoneón en esa chacra de General Campos en La Pampa desde los
once años. Papá había aprendido el instrumento por correspondencia y me enseñó
a tocarlo. En esa época -despuntaban los años 40 que es cuando vinimos con mi
familia a Buenos Aires- había aquí muchas orquestas infantiles que actuaban en
la calle Corrientes. Y esa práctica fue fundamental. De esa época quedamos como
sobrevivientes Ernesto Franco y Luis Stazo.
Por eso -dice- a los quince yo estaba tocando como primer bandoneón en la
orquesta de Edgardo Donato. "Era natural. Tocaba con soltura sin miedo. Es
que a edad uno no se daba cuenta de lo que esto significaba."
-¿Cómo se produjo su vinculación con el gordo Troilo?
-Yo admiraba desde chico a Pichuco. Y un día -todos nos conocíamos
entonces- me escuchó tocar en Radio El Mundo. Recuerdo que con él estaban
Piazzolla (que después recordaría este contacto) el cantor Fiorentino el
pianista Goñi. Bueno ahí recibí el primer aliento del gordo. Pero me faltaba
recorrer camino. Así a los 17 me incorporé como primer bandoneón a la orquesta
de Miguel Caló con quien estuve diez años. Y en 1950 -ya con 22 años- emprendí
una gira por Italia Grecia Turquía Egipto Siria y El Líbano junto con Eduardo
Bianco y Atilio Stampone.
-¿Era costumbre pasar de orquesta en orquesta?
-Hasta 1956 los músicos rotábamos. Había muchos bailes y se trabajaba muy
bien. Justamente ese año pasé a la orquesta de Carlos Di Sarli con la que grabé
mi primer tango cantado: "Cuánta angustia".
-¿Cuáles fueron sus primeras obras instrumentales y
cuándo empieza Ud. con los arreglos?
-Las primeras fueron la milonga "Dominguera" y el tango
"Sensiblero". Y en esos comienzos de los cincuenta tenía ya varios
arreglos para distintas orquestas.
Osvaldo Pugliese con Plaza, Lavallén y Ruggiero |
Troilo Pugliese el Sexteto
Julián Plaza repasa su currículum con esa precisión cronológica de quien
entiende de números. Una tarea que le confiaron -y de confianza se trata- sus
colegas de Sadaic cuando lo designaron tesorero en 1970 para acompañar a Ariel
Ramírez hasta el 76. Y que luego ratificaron en 1985 para que se debata hasta
la fecha entre cuentas y partituras.
-En 1957 Troilo me llamó para hacer el arreglo de un tango cantado. Y toqué
el cielo con la mano cuando en el 58 le entregué a Pichuco mi tango
"Danzarín". Recuerdo que él empezó por la segunda parte; esto me
cambiaba el esquema y me desconcertaba. Troilo acostumbraba a tomar con total
libertad los arreglos incluso los que le escribió Piazzolla. Pero él tenía
razón; sabía lo que quería cuando adaptaba partituras a su estilo.
-¿Cúantos arreglos hizo en total para Troilo?
-El me grabó nueve: "Melancólico" Nocturna" Nostálgico"
(que escribí en Nápoles) Payadora" Color tango" Morena"
Milontango" y "Buenos Aires-Tokio"; la misma cantidad de tangos
le grabó a Piazzolla.
-¿Y Piazzolla interpretó algo suyo?
-En 1955 él me había pedido el tango "Sensiblero" que grabó con
un arreglo suyo muy hermoso.
-Ahí llega entonces la época con la orquesta de
Pugliese...
-Sí. Don Osvaldo me llamó en 1959. El buscaba siempre instrumentistas que
fueran arregladores. De hecho había varios en su orquesta. Ingresé como
bandoneonista y alguna vez cuando faltó él me senté al piano.
-¿Con qué estética se quedó? ¨Con la de Troilo o la de
Pugliese?
-Bueno... Mi primer disco con el Sexteto suena algo troileano sin querer
pero lleva indefectiblemente el sello de mis arreglos.
Cuéntenos cómo surgió el Sexteto Tango.
-Más que por una razón estética los pequeños grupos surgieron en esa época
-hablo de 1968- por cuestiones económicas que determinaron la extinción de las
orquestas. Era cuestión de achicar todo como ahora. Nosotros empezamos en Caño
14. Entonces se nos vio como un recuerdo de Julio de Caro si bien hacíamos un
repertorio que abarcaba desde "El choclo" hasta Piazzolla pasando por
la música de los integrantes del sexteto (Balcarce Lavallén Ruggiero y yo).
Poníamos el énfasis en el ritmo y no en el lucimiento de los solistas.
-Ud. asumió aquí el piano...
-Sí. Y debí estudiar la técnica.
-Eso es pura modestia...
Julián Plaza sonríe y calla.
Ahora acaba de partir ayer en una gira de dos meses por varias ciudades de
Japón en su doble condición de bandoneonista y pianista. Lo acompañarán los
cantantes Enrique Dumas y Patricia Andrade más dos parejas de bailarines.
Este delicioso creador no se había quedado en el formato del tango. También
escribió a mediados de los 70 música de películas como "La tregua" (a
pedido de Sergio Renán) Solamente ella" de Lucas Demare y
Sentimental" otra vez de Renán.
"Volví al bandoneón después de veinte años" reconoce Julián Plaza con
esa misma sonrisa de bondad y modestia que lo muestra de cuerpo entero como un
artista cabal.