viernes, 16 de junio de 2017

Arrabal

Hermosa palabra que define a las zonas alejadas del centro de la ciudad, también conocidas como suburbio ("sub-urbis"). El término procede del árabe hispánico arrabád y éste del árabe clásico: rabád. Concretamente define a cada uno de los sitios extremos de una población. Hay numerosos tangos, valses y milongas  que citan la palabra, como Testamento de arrabal, Nobleza de arrabal, Ventanita de arrabal, Mosquetero de arrabal, Arrabalera, Arrabalero, Melodía de arrabal, Luna arrabalera y muchos más.

El tango nació precisamente en esa zona humilde  que recibió a tantos inmigrantes que allí construían su nuevo mundo y formaban familias que originarán a los argentinos del futuro. De ese arrabal emergerán músicos, cantores y bailarines. Los compadres con atuendo de gaucho dejarán paso a los compadritos, una especie de caricatura de aquellos,  que se filtran en las fiestas de los negros para copiar y  excacerbar las figuras de los bailes de pareja que realizan los morenos.

                                                      

Aquellos tangos iniciáticos son bien arrabaleros, ideados para los movimientos de los bailarines. Esas fiestas se organizaban al margen de la sociedad, dado que ésta rechaza todo lo que de arrabalero tiene la nueva danza. A la larga, será esta música y su danza, la que no sólo ganará los salones del centro y de la clase media alta, sino incluso las salas bailables del mundo entero.

En otra oportunidad hablé del tango Arrabal, compuesto por el fino pianista José Pascual en 1934 y estrenado ese año por el sexteto de Elvino Vardaro, en el que Pascual fungía de pianista, sucediendo a Osvaldo Pugliese en el teclado. Éste último era un declarado admirador de Arrabal, que utilizaba como presentación de su orquesta y que grabaría en 3 oportunidades, siendo la más representativa, para mí, la versión que registró el 27 de septiembre de 1974. Lo he bailado con Pugliese en vivo varias veces, cuando lo seguíamos con la barra.

También conté que Aníbal Troilo intentó en un par de oportunidades ejecutarlo con su orquesta. Hizo realizar un par de arreglos (el de Piazzolla fue uno, y Ástor lo grabaría con su Octeto), pero terminó desechándolo porque sostenía que entre las versiones de Pugliese y Pedro Laurenz (24-9-1937), ya le habían dado un tono genial al tema de José Pascual, que había sido compañero suyo en el sexteto de Vardaro y de quien tenía una alta estima como compañero, como músico y arreglador.

                                         
El sexteto de Elvino Vardaro.  José Pascual, arriba, es el penúltimo, junto a Troilo


Horacio Ferrer definía a Arrabal como "una muestra de tango esencial, una cabal expresión de ejemplar belleza tanguística sin distinción de épocas o estilos. De un moco apenas tosco, su desarrollo  puede describirse así: una breve introducción, a manera de "preludio milonguero"; una segunda parte rítmica con "temperatura" milonga; un puente de cuatro compases (generalmente ejecutado en piano); una segunda de naturaleza melódica, reminiscente de temas criollos, y una tercera de contenido decididamente canyengue".

Francisco Canaro también compuso un tango con el mismo nombre y lo llevó al disco en el sello Odeón, el 6 de agosto de 1929. Podemos escuchar esa versión del tango Arrabal por la orquesta de su autor -Francisco Canaro-, y revivir la de Osvaldo Pugliese (el tema de Pascual) con su conjunto.

Arrabal- Francisco Canaro

Arrabal- Osvaldo Pugliese




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