miércoles, 14 de diciembre de 2016

Los tangueros sean unidos


                                                                                           

                                                                                                Los hermanos sean unidos
                                                                                                porque esa es la ley primera
                                                                                                tengan unión verdadera
                                                                                                en cualquier tiempo que sea
                                                                                                porque si entre ellos pelean
                                                                                                los devoran los de afuera.
                                                                                                            Martín Fierro 

   La gente del tango tuvo numerosos problemas de todo tipo. No eran correctamente atendidos por editores que se aprovechaban de las condiciones del momento e imprimían partituras piratas al margen de los derechos de sus autores. Lo mismo sucedía con los porcentajes que les correspondían en carácter de músicos, orquestas, cantantes y autores. Se unieron, pusieron al frente a los más listos y lograron con la creación de SADAIC, que los creadores de las obras cobraran correctamente sus derechos, como también los de difusión.


    Esta es la casa de Lavalle 1547, que se compró en un remate, gracias a las condiciones empresariales de Francisco Canaro y que se transformaría en la sede de SADAIC, una vez levantado allí, el nuevo edificio. La piedra fundamental se colocó el  1 de junio de 1936. Y su primera comisión directiva estuvo integrada por Francisco Canaro, Osvaldo Fresedo, Andrés Domenech, César Vedani, Augusto Berto, Agustín Bardi, Enrique Santos Discépolo, Francisco García Jiménez, Juan Noli, José Pécora y José Di Clemente.

   El tango, evidentemente, rompía normas establecidas de hecho. Porque se bailaba en un abrazo sensual, porque sus letras lunfardas, no se correspondían con el idioma que aprendíamos en el colegio. Y hablaban de la chica del cabaret, los cafiolos, el bajo fondo, que tanto molestaban a los gobernantes que, con menos reparos podían entregar bienes a potencias extranjeras. 

   Al llegar el golpe militar encabezado por el General  Rawson, en 1943, éste le cedió el cargo al general José P. Ramírez y fue designado ministro de cultura  el escritor Hugo Wast, ultranacionalista y católico, antisemita, que, con la ayuda de Monseñor Franceschi, decretaron la censura en el tango y la prohibición total de letras en lunfardo. 

                                    


   Juan Domingo Perón, teniente coronel, era el Ministro de Trabajo y Previsión, entonces,  y tenía amigos tangueros. Por intermedio de Blas Lomuto recibió a una delegación de SADAIC que venía a solicitarle que levantaran la prohibición del lunfardo por el daño tremendo que le estaban haciendo a tangos famosos que debían modificar su contenido, y estaban estrechamente vigilados en las radios y grabadoras. 

   Siendo Presidente de la Nación el 25 de marzo de 1949, Perón volvió a recibir a la gente de SADAIC y firmó el decreto devolviéndole al Lunfardo su carácter propular. En la imagen se ve a Filiberto, Canaro, José María Contursi, Manzi, Lomuto, Avilés, Mario Benard y otros personajes del tango, con el presidente argentino. 

La rivalidad existió siempre -afortunadamente- pero los músicos, compositores, cantores, supieron unirse cuando las circunstancias lo determinaron. La lucha contra la invasión de música extranjera, favorecida por gobernantes, emisoras y grabadoras, siempre iba en detrimento de la consideración hacia la gente del tango. Esa lucha sirvió para demostrar todo lo que se podía conseguir con la unión y la ayuda entre todos. 

    En 1917, Francisco Canaro y Roberto Firpo decidieron aunar a sus orquestas para actuar en los carnavales del Teatro Colón de Rosario. En aquella época no existían los aparatos capaces de trasladar correctamente los sonidos musicales en grandes recintos y en este caso, incluso, Agustín Irusta, vocalista de Canaro, debía cantar con megáfono. La unión hace la fuerza y el resultado fue muy bueno. Eduardo Arolas era el primer bandoneón de aquella gran orquesta.




   Hay inúmeras fotografías que demuestran la amistad que había entre ellos, más allá de los egos y los celos artísticos. Pugliese, Troilo y Gobbi, anduvieron juntos de pibes, tocando en boliches  y esa amistad la mantuvieron hasta el final. En esta imagen podemos ver a Tanturi, Francini, Floreal Ruiz y Troilo escuchando un tema que va a estrenar Pugliese y que toca en el piano.

                                                    


   En 1933, festejando los bailes de Carnaval, actuó en el porteño Teatro Colón una orquesta de 106 músicos, dirigida alternativamente por Francisco Lomuto, Roberto Firpo, Augusto Berto, Francisco Canaro y Julio De Caro. La formaban integrantes de las orquestas de los directores citados. Por otra parte, la orquesta de la Guardia Vieja que tocó en el Teatro Nacional, revivió los albores del tango y se unieron en aquel espectáculo los antiguos músicos que dejaron tantas recuerdos y obras: Enrique Saborido, José Luis Padula, Ernesto Ponzio, Juan Carlos Bazán, Vicente Pecci, Ernesto Muñecas, Alcides Palavecino, Eusebio Aspiazu, Eduardo Arbol, J. Polonio y Domingo Pizarro. Acá los vemos.

                                     
                             
                                   
   Podríamos seguir con la Gran Orquesta que reunió Radio El Mundo y en la cual formaban 100 músicos de los conjuntos de Julio De Caro, Francisco Lomuto, Juan Canaro, Edgardo Donato y Ricardo Tanturi y que dirigieron alternativamente cada uno de ellos.  Actuaban en forma exclusiva para las "Fiestas Shell.Mex", que se transmitían todos los viernes de 21 a 22 horas por dicha emisora y que fue uno de los grandes éxitos del año. Los cinco directores están al frente.


     La lista de los demostración de aquella amistad y unión de los integrantes del tango, aunque cada uno de ellos velara por sus interes personales, como es lógico, determinó que este género tuviera durante tantos años el éxito merecido y que se prolonga hasta nuestros días, aunque ya no esté ninguno de ellos, pero que el milagro de los discos nos los reviven cada día.  

   Guardo infinidad de imágenes de reuniones, cenas, presentación en actuaciones de Troilo, Pugliese, Di Sarli, Gobbi y otros en distintos cabarets céntricos y aquellas noches eran eternas e inolvidables, con la presencia de colegas y amigos. Quizás ésta la simbolice. Dos de los más grandes.

                             
Aníbal Troilo y Juan D'Arienzo.

Y les dejo, para finalizar, una de las tantísimas imágenes donde se los ve conversando tranquilamente en un restaurante céntrico, después de cenar, a Rodolfo Biagi, Donato Calabrese, el representante Vitale, José María Contursi, Miguel Bucino, Pichuco, el jockey Irineo leguisamo, Zita y Adolfo Carabelli.
                                                                                               
                    


3 comentarios:

  1. Querido jose Maria: necesitaría tratar privadamente algunos datos sobre un trabajo anterior que creo sería útil para ambos.Te agradecería me dijeras a que dirección debo enviar
    el material.Con el cariño de siempre, recibe un abrazo de Oscar Zucchi- 14 de diciembre de 2016

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  2. Querido jose Maria: necesitaría tratar privadamente algunos datos sobre un trabajo anterior que creo sería útil para ambos.Te agradecería me dijeras a que dirección debo enviar
    el material.Con el cariño de siempre, recibe un abrazo de Oscar Zucchi- 14 de diciembre de 2016

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