jueves, 18 de febrero de 2016

Pa'que seguir

Es un tango que hemos escuchado en infinidad de ocasiones, lo hemos bailado en otras tantas y  he decidido traer hoy al blog porque lo tengo zumbando en mi cabeza desde temprano y porque aúna motivos de sobra para merecer un análisis destacado. En primer término, sencillamente, por que es hermoso. Y tiene unas representaciones maravillosas, arrancando por la de Troilo con Fiorentino.

Los versos de Pedro Lloret, un hombre que vivió apenas 42 años (1903/1945), son difíciles para adosarles la música, y ése fue el gran mérito de Fiore. Pero, además encierra un drama de amor, que enfoga al protagonista en su pasión y sus dudas envueltas en el dolor de la ruptura, el regreso sin luz, el crepúsculo que deja una estela de sinsabores tremendos, que muerden, atoran y que lo persiguen constantemente. Vale la pena detenernos unos segundos en los versos.

                                     


Con la noche enfrente, revolviendomé,
dolorosamente, a mi conciencia pregunté:
¿Pa'que seguir?...
Cada paso por la vida
es un fracaso, es una herida más.
Mientras que luchando por no ser y por vivir
me despedazan el deber y mi sentir.

Ya tenemos el carozo del dolor humano en la primera parte del tango y todo ese tormento que se refleja en las dudas. ¿Quién no sabe de esas penurias angustiantes del corazón? Pero está muy bien descripto, máxime si tenemos en cuenta que Lloret es como un forastero dentro de los enormes poetas que escribieron las páginas mayores de nuestro tango. En la segunda, aparece el drama en toda su verdadera dimensión y el poema crece a pasos acelerados.

Y por pensar, cuando volvió llorando
buscando mi piedad, pidiéndome perdón,
mirándola en el barro, más la hundí, riéndome...
Llorándola después, después cuando al partir
vivía el drama de estar solo, con la voz de mi sentir...

                                           

Creo que este tango merece nuestra reflexión y la concesión de una mención especial a su autor porque nos planta todo su problema de una manera cruda y dura. Para la reflexión. Porque con la muerte del amor intenso, dramático, sobrevive la angustia infinita por el recuerdo. Lacerante recuerdo que hostiga y persigue al que en su momento pareció ser un victimario y ahora es la verdadera víctima. Como nos muestra en la primera bis, que cierra el telón.

Trágico dilema, drama sin final,
llama en que se queman tantas ansias, tanto mal
por este amor
que me llora su agonía
hora tras hora, más, todavía más.
Noches y más noches sin morir, no vivo yo
más que una angustia dolorosamente atroz.

Después de esta confesión, poco puedo aportar yo, más que admiración por estos versos difíciles de musicalizar. Y eso sirve para valorar en toda su justa dimensión, el trabajo de Fiorentino, no sólo en su hermosa interpretación del tema. sino en la melodía que le agregó a los mismos, convirtiéndolo en un tango para el recuerdo permanente.

                               
Francisco Fiorentino con José Martínez en los años veinte


Fiorentino comenzó su carrera como bandoneonista, formado con Minotto Di Cicco, su maestro y alentado por su hermano Vicente, que era violinista. Fiore tocaría en un trío con el gallego José Martínez, se alistó en el cuarteto de su hermano Vicente, que completaban los negros Plácido Simoni Alfaro en piano y Joaquín Mora en fueye. Actuaría en la orquesta de Francisco Canaro y en una gira por el sur del país se enfermó el cantor y él lo suplantó con bastante fortuna.

Así arrancó su carrera de cantor, al comienzo como estribillista, con Canaro, D'Arienzo, Juan Carlos Cobián, Julio Pollero y Pedro Maffia. Viajó a Europa con un conjunto que se disolvería en el viejo mundo y al regresar se incorporó, siempre como cantor, a la orquesta de Roberto Zerrillo. Y así fue pasando en puntas de pie por otros conjuntos hasta que en 1937, Aníbal Troilo le abre las puertas de la fama para siempre. Fueron seis años maravillosos en esa orquesta, que dejaron una herencia en forma de grabaciones que nos embriagan en la pista de baile. Ni antes ni después fue ese tano Fiore que creó una parva de éxitos imperecederos con Pichuco. Nada menos que 81 temas que parecen mejores con el tiempo y nos salpican el corazón con confetti, cuando los escuchamos.


                               

       

Como ejemplo, nada mejor que este tango suyo del título que lo grabó con Pichuco y su orquesta el 14 de diciembre de 1942. Miguel Caló con el cantor Jorge Ortiz también nos dejó una muy buena versión, registrada en disco el 19 de enero de 1943. Años más tarde, en 1978, el Polaco Goyeneche nos trajo su interpretación con la Orquesta Típica Porteña dirigida por Raúl Garello.

¿Qué les parece si escuchamos las tres?

14- Pa'que seguir- Troilo-Fiorentino

Orq. Miguel Caló- Jorge Ortiz - Pa'que seguir

Orq. Típica Porteña- Goyeneche - Pa'que seguir




5 comentarios:

  1. salute jose maria me comentaron que con este tango se despidio de la orquesta fiore ya que fue el ultimo que canto en los carnavales de 1944 en boca,comentario que escuche a j j nelson hace años .que tango dificil para cantar igual que sorbos amargos por ejemplo salute y abrazo juan de boedo

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  2. Lindos datos Otero. No tenía ni idea que Fiore tambien compusiera. Gracias.

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  3. Lindos datos Otero. No tenía ni idea que Fiore tambien compusiera. Gracias.

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  4. Tiene 9 obras registradas y algunas tuvieron recorrido, como: Orquestas de mi ciudad, Admiración, Buzón de la esquina, El amor nunca muere, Orquestas de mi ciudad, o En las noches, con Enrique Cadícamo. Saludos.

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