viernes, 18 de septiembre de 2015

Leopoldo Federico

Van a hacer apenas ocho meses que nos dejó para siempre, aunque la magia de sus dedos se conserve en grabaciones y recuerdos. Yo lo veía seguido en la  Richmond de Esmeralda, cuando acompañaba a Julio Sosa y siempre me atrajo su forma de tocar, que la mostró en numerosas formaciones, incluso las que estuvieron dirigidas por él. Y he pasado hermosas noches en Caño 14, cuando actuaba allí.

Hace años Horacio Ferrer le hizo una nota muy linda que lo definía como músico y como persona. Entre otras cosas recuerda sus grabaciones con Roberto Grela en el cuarteto..

                             
                      

   - Me encanta lo que hice con Grela. Cuatro años estuvimos juntos. Y yo creí que me iba a morir tocando junto a él. Roberto es el Gardel y es el Troilo de la guitarra.
    -¿Troilo?
    - Te dije hace un rato, que en cierta época no me atraía. No se puede creer... ¡Y era lo más grande!... En la época en que Pichuco estaba entero físicamente, ¡a sacarse el sombrero! Vos sabés que compraba sus discos, y lo sintonizaba en los programas de radio, y lo seguía nota por nota en un afán de crítico esperando que metiera la pata. Y nunca, lo que se dice, nunca, lo pude pescar en un fallo con su bandoneón. ¡Qué fenómeno Y además qué hombre, qué clase de hombre...

   -Estábabamos juntos en el programa: Yo te canto Buenos Aires. Como es de uso, los presupuestos para el Tango eran chicos. Entonces yo acompañaba a Sosa con guitarras y bajo, en lugar de la orquesta. A mí no me gustaba, lógicamente. Pero, ¡qué iba a hacerle! Y un día se me acerca Troilo y me dice:

   -Lo veo tristón a usted. Y lo veo así y sufro yo. Dígame, Leopoldo: la semana que viene tráigame los arreglos de su orquesta...

   -Y a la semana siguiente, por su intervención, toqué Tango del ángel y Mala junta, integrada mi orquesta con los músicos de las orquestas de Pichuco y Pontier... ¡Qué grande!

                                     
Horacio Ferrer y Leopoldo Federico


   -¿Te alcanzan las teclas del bandoneón?
   -Son las justas y perfectas. Por lo pronto no estoy de acuerdo con los que dicen que el que construyó el bandoneón tiró el puñado de botones al azar.
   -¿Era un genio el que diseñó ese teclado?
   -  Sí señor. Y alguna vez toqué instrumentos con notas agregadas en los bajos y no. En ese diseño no se puede quitar ni agregar nada.

   -Entendeme bien esta pregunta final: Si Leopoldo Federico director, tuviera la mágica posibilidad de elegir entre todos los músicos de todas las épocas, para formar su orquesta final, ¿a quien llevaría?

   -¡Al diablo! Ésa sí que es difícil... Pero ¿Me decís incluyendo músicos que son o han sido directores?
   -También esos. Pensá que sos una especie de Menotti haciendo una Selección Nacional con figuras de cincuenta años de fútbol. Vos, del tango.
   -En realidad, creo que puedo elegir sin mayores dudas, porque siendo director de semejante orquesta, de acuerdo a cada tango repartiría los solos. En unos casos, por ejemplo, lo elegiría a Gosis, en otros a Di Sarli, eso hablando de pianistas ¿comprendés?
   - Clarísimo.
                                   
                                 
El Octeto de Piazzolla: Stampone, Baralis, Federico, Bragato, Nicolini, Malvicino. sentados: Piazzolla y Francini


   -Entonces, anotá. Bandoneones: (Aníbal Troilo (talento, calidad y técnica exquisita); Ástor Piazzolla (excepcional y con una calentura que contagia); Abelardo Alfonsín (que es la perfección); Antonio Príncipe (tan admirable seguidor de un primero es, que se equivoca cuando vos te equivocás); Pajarito García (flor de bandoneón); Osvaldo Rizzo "Pichuquito" (un músico que escucha cualquier cosa, una tos, un insulto, y sabe en qué tono está), y dos maestrazos: Antonio Ríos y Roberto Di Filippo. ¿Son muchos?

   -Seguí, seguí con la cuerda.
   -Violines, con adecuados solos según los arreglos y los temas: Enrique Francini, Elvino Vardaro, Antonio Agri, Roberto Guisado, Enrique Camerano, Mauricio Mise y Fernando Suárez Paz. Viola: Mario Lalli. Cello: José Bragato. Contrabajo: Kicho Díaz. También Omar Murtagh.
   -¿Y los pianistas?
   -Tres: Orlando Goñi, Carlos Di Sarli y Jaime Gosis.

Pavaditas.

                                           



Después de este jugoso chamuyo de un taita del bandoneón, podemos recordarlo y disfrutarlo, en dos temas con el cuarteto Federico-Grela, que completaban Ernesto Báez y Ramón Arias: De puro guapo, de Pedro Laurenz y Danzarín, de Julián Plaza. Lo editó el sello Music Hall en 1969.

Bellezas.

01- De puro guapo - Federico-Grela

06- Danzarín - Federico-Grela

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