miércoles, 8 de abril de 2015

El tango, el bandoneón y sus intérpretes

Hoy tengo ganas de que se dén un atracón de fueye, ese instrumento germano que llegó a Buenos Aires para que lo recibiera como a tantos inmigrantes que arribaron a la Argentina, le diera un baño de ciudad, de potrero, de amores, de cabarute, de noche, de nostalgia, y lo injertaran en el tango, a ver si echaba raíces y frutos. ¡Y vaya si los echó!

Pedro Maffia y Pedro Laurenz

Acomodao en las las gambas de Arolas, de Pacho, de Benrstein, de Greco y otros fueyeros de la vieja guardia, recibió el salvoconducto para que sus brotes tiernos se fortalecieran. Después llegarían los Maffia, Laurenz, Scorticati, Minotto, Marcucci, Fresedo, que lo bendijeron y lo trataron como si hubiera nacido junto al Río de la Plata.

Y cuando llegaron  Ciriaco, Pichuco, Ruggiero y  la savia nueva, ya estaba aquerenciado y en esas manos sabias haría milagros musicales que conquistarían el mundo. Piazzolla se encargaría de pasearlo por sus lugares de origen para oliera aquel viejo origen silvestre y comprendiera todo lo que había aprendido en esos toques mágicos que lo transformaron, lo agrandaron y lo fueron acomodando a las filas del tango, de las cuales no desertaría jamás.

                                         


Esta historia del bandoneón es un filme documental, obsequio de mi amigo Ruben, y hoy lo traigo para engalanar el blog y que disfruten con estos minutos de nostalgia y sabor porteñazo.Y recuerden el camino realizado para llegar a las nuevas manos que lo van acariciando y descubriendo sus legendarios secretos.

Una joyita imperdible.

Una caricia al cuore.



                                               El tango, el bandoneón y sus intérpretes

           
                                                      

                

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