martes, 25 de noviembre de 2014

Sexteto Tango

En la década del sesenta, el tango estaba atravesando un largo bache. Habían desaparecido prácticamente las milongas, con cientos de miles de personas que aportaban su entusiasmo y pasión en los bailes de los clubes; se había restringido el acceso a las orquestas en las emisoras radiales, y los nuevos ritmos foráneos se ganaban el espacio de los jóvenes.

Las orquestas iban desapareciendo, reduciendo su trabajo, salvo algunos casos como los de Héctor Varela o D´Arienzo con sus cantores Mario Bustos y Jorge Valdez, especialmente. El mismo Aníbal Troilo se veía obligado a actuar con el cuarteto, porque no se podían sostener el costo de una orquesta, dado que escaseaban las presentaciones, y la televisión lo aportaba en cuentagotas.

                                     


En 1968, seis integrantes de la orquesta de Osvaldo Pugliese pensaron  formar un conjunto, adecuándose a la crisis y achicándose. Y, aunque sus integrantes, continuaron durante un tiempo con Pugliese, que ya había barajado esa idea y estaba enfermo, finalmente se independizarían y se integrarían bajo el rubro de: Sexteto Tango. Eran Osvaldo Ruggiero y Víctor Lavallén en bandoneones,  Emilio Balcarce, Oscar Herrero en violines, Julián Plaza al piano, Alcides Rossi en contrabajo y el cantor Jorge Maciel.

Recuerdo  perfectamente la expectación que marcó el debut del Sexteto en Caño 14, ese reducto tanguero de la calle Talcahuano, donde íbamos a escuchar a Troilo, al Polaco, a Francini-Stamponi, a Rubén Juárez y nos llenábamos el alma de tango. El Sexteto de esos grandes músicos y arregladores nos convocaba e íbamos a experimentar la sensación de seguir escuchando a Pugliese o a un nuevo conjunto, con ideas distintas, aunque el paso por la orquesta de Don Osvaldo siempre marca.

                                 


Y, efectivamente El Sexteto Tango confirmó gratamente las expectativas, con aires renovadores y con el maravilloso trabajo de sus arregladores: Plaza, Lavallén, Ruggiero y Balcarce. Fue una noche inolvidable y los volví a ver a medida que iban incorporando nuevos temas, arreglos distintos y un sonido impecable, repetando siempre las melodías originales, pero introduciendo sus ideas musicales.

Por supuesto compré de inmediato el primer LP que sacaron al mercado y cuando salíamos de Radio El Mundo en el programa que compartía con Antonio Carrizo, su presentador-director, nos íbamos a comer al bar de enfrente y charlábamos. Justo hablamos del nuevo Sexteto y Tony me decía que los veía muy efectistas. Y ahí estuvimos discutiendo larga y amistosamente sobre el tema. Yo le decía que no eran Piazzolla pero tampoco Pugliese, aunque conservasen algo de la marcación de su viejo maestro director, y me encantaba la música que hacían.

                                         


Luis Sierra, el gran musicólogo que tuvo el tango, recibió ese primer elepé del Sexteto -que compré en el acto-  y escribe a lo largo de toda la contraportada, a 6 columnas, su opinión elogiosa sobre el mismo. Allí dice cosas como ésta:

-Esa tanguicidad auténtica del "sexteto", vuelve ahora a cobrar llamativa actualidad en la concepción creador de un conjunto compuesto por  talentosos intérpretes, todos de brillante trayectoria y prestigiosa personalidad. Pero el flamante SEXTETO TANGO, es algo más ¡y mucho más!, que la conjunción de los valiosos aportes individuales de sus integrantes. Constituye una nota original, novedosa y de asegurada proyección en la interpretación del tango, la que corrobora la perfecta posibilidad de la continuación o la derivación de la estructura esencial de un estilo consagrado, sin incurrir en la réplica común, o en la vulgar imitación del mismo.

                                         


A mí estas palabras del Doctor Sierra me llevan a recordar a muchos conjuntos de la actualidad que se limitan a trabajar sobre las partituras de las grandes orquestas del cuarenta, intentando tocar como lo hacían aquellos conjuntos, sin agregar nada nuevo y perdiendo ampliamente en la comparación. Y continúa el mismo Sierra en su análisis exhaustivo.

-Es natural que la prolongada actuación de los integrantes del SEXTETO TANGO en la orquesta de Osvaldo Pugliese, haya ejercido una notable influencia en la sensibilidad temperamental de los mismos. Pero es también evidente que, por su inicial formación tanguística fueron convocados cada uno de ellos para incorporarse al celebrado conjunto. Lo cierto es que las figuras fundamentales de la orquesta de Osvaldo Pugliese han conseguido conferirle fisonomía propia y autonomía estilística a un "sexteto", que por sobre la amplia solvencia profesional de quienes lo integran, expresa un mensaje de tango distinto, con una incisiva penetración rítmica diferente, con una llamativa y a la vez clara riqueza armónica, y una calidad musical impecable.

                                                         
                                               


El Sexteto Tango, que debutó en televisión de la mano de Nicolás Mancera, grabó 17 elepés que se vendieron en numerosos países, porque el Sexteto visitó artísticamente varias ciudades de América, Europa y Japón, donde grabarían un disco para la CBS Columbia. Yo los vuelvo a recordar desde aquella primera noche que debutaron en Caño 14 y el primer disco que me firmaron junto a las palabras de Sierra, en Mar del Plata, donde estaban actuando.

Y acá dejo una pequeña muestra de este gran nivel artístico que mostraron durante más de 20 años, enriqueciendo los sonidos del tango con su jerarquía de músicos y la voz de Maciel, además de otros vocalistas que fueron incorporando y el elepé que grabaron con la intervención del Polaco Goyeneche.

Los traigo en el tango de Emlio Balcarce: Luna y misterio. Y con este inolvidable tangazo de Julio De Caro: El arranque. Arte.

07- Sexteto Tango - Luna y misterio

08- Sexteto Tango - El arranque






4 comentarios:

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  3. cuando se fueron estos nenes don osvaldo se quedo guacho de sus hijos y los que vinieron le manosearon la orquesta junto con el sexteto mayor por años fueron grandes puntales del tango saludos juan

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  4. Lo del Tano Ruggiero y Cacho Herrero fue lo que más le dolió. Eran de su riñón y los crió, sobre todo al Tano. Pero los hijos un día crecen y vuelan, es ley de vida.Abrazo.

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