domingo, 27 de octubre de 2013

El último cantor de Troilo

Aunque la memoria colectiva no fije a Roberto Achával como cantor de Pichuco, engrosando la nómina de cantores inmensos que dejaron páginas imprescindibles para la historia del tango, este bahiense de Ingeniero White, al sur de la Provincia de Buenos Aires, ha hecho méritos suficientes para ostentar recuerdos laudatorios por su trayectoria.

Porque la de cantor fue sólo una faceta de sus capacidades profesionales ya que ha sido violinista y bandoneonista de varias orquestas antes de dar el paso adelante y amigarse con el micrófono, por su voz tanguera de barítono, expresivo, temperamental y cuidadoso del repertorio escogido.

                                                 

Es cierto que lllegó un poco tarde a la rueda grande, porque orillaba los cuarenta ("en el debe de la vida", según la exagerada expresión de la milonga "El conventillo"), cuando acertó el número en la ruleta de Televisión, en un concurso de "Grandes valores del Tango". Ahí nomás, entre el director del Canal, Alejandro Romay y el conductor del programa, decidieron que convenía separarlo del concurso y que valía la pena hacerle un contrato de tres años de duración en Canal 9.

Entonces lo reconoció la noche, el ambiente tanguero y el de los músicos. Más de dos años atrás había intervenido en el Festival de La Falda, Córdoba, en otro concurso, donde entró segundo, un placé que no alcanzó para nada, aunque el Polaco Goyeneche afirmara que el segundo "era muy superior al que ganó y a todos".

Achával canta con el cuarteto de Troilo: Arias-Colángelo-Del Bagno.
Se llamaba Oscar Aníbal Crudeli, y la música le tiró desde chico porque un tío suyo lo estimuló para que siguiera sus pasos con el violín . A los 18 años tocaba el instrumento en la orquesta bahiense de Aníbal "Melón" Troncoso, un pianista que ostenta la increíble doble faceta de haber sido a la vez un destacado delantero de Tigre, en el fútbol profesional, y que incluso llegó a jugar en la Selección argentina, compatibilizádolo con la música.

Pasaría el futuro cantor a la orquesta del bandoneonista Luis Bonnat, que fuera integrante de los conjuntos de Osvaldo Pugliese y Antonio Rodio, y que allá en Bahía Blanca, lo motiva para que estudiase el bandonéon, dado que le veía condiciones. Luego se perfeccionaría en el mismo con el rosarino Antonio Ríos.

                                               

Pero su destino de cantor lo estaba esperando y así se fue ahormando con Lucio Demare en un boliche que tenía el maestro en la calle Cangallo, con Omar Valente, Osvaldo Piro, Baffa-Berlinghieri, Osvaldo Tarantino, Carlos García y otros maestros en giras y presentaciones diversas., como en El viejo almacén.

Aníbal Troilo lo convocó para su último espectáculo en el Teatro Odeón -Simplemente Pichuco-, que se estrenó en abril de 1975. Con el cuarteto, Achával -su último nombre artístico-, cantaba Te llaman malevo y la milonga Con mi perro. La obra no tuvo gran repercusión y a Troilo le afectó muchísimo. Caería enfermo y fallecería un mes y días más tarde. Por eso el cantor bahiense no llegó a grabar  con la orquesta de Pichuco.
                                             


Leonel, el hijo de Achával, recuerda: "Cuando comenzaron a ensayarsin que nadie se enterara, “soto voce”, Troilo,  le iba dando pautas para alcanzar mayor realce a la interpretación. Ahí tuvo mi viejo la sensación, mezcla de temor y de deslumbramiento, de haber llegado a los umbrales del conocimiento como cantor de tangos”.
 
Existe una grabación del ensayo, precisamente del tango de Homero Expósito y Troilo: Te llaman malevo, que sirve como referencia para calibrar su garra interpretativa y uno de los últimos fraseos de Pichuco con su fueye. Acá podemos apreciarlo. Y con la orquesta de Osvaldo Piro, canta el tango de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo: Desencuentro.

Aníbal Troilo-Roberto Achával - Te llaman malevo

Osvaldo Piro-Roberto Achával: Desencuentro

                                 







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